|
|
Libro para no crecer
|
|
|
|
Latouche y 300 decrecientes
|
|
|
|
Manual radical para el decrecimiento
|
|
|
|
De
lo rápido que vamos hacia no se sabe bien donde, pero sí que cada vez
parece que se intuye por más gente un destino emocionante, cuando se
presta la correspondiente atención reflexiva claro, sale que el
escenario no es el mundo feliz de tantos cuentos y sueños. Jolines...
Cuando
el concepto de desarrollo sostenible ha calado en la mayor parte de los
actores sociales, y cada uno le saca el partido que mejor le viene,
algunos babean y otros dividen, resulta que en esencia no sirve para
nada. Que siga avanzando una especie dominante de forma llamada
sostenible en un biotopo de recursos limitados bajo la tutela del
capitalismo salvaje es simplemente imposible, si no se desarrolla un
cambio mental profundo y radical y se acaba con la gran pirámide
asesina. Y esto nunca ha ocurrido, ni se ha comentado mucho, ni se quiere
pensar en ello, porque es un camino muy duro. Creo que tardaremos mucho en
asistir con la cabeza a lo real y mientras, lo que vaya pasando
pertenece ahora a la evolución mágica e incierta de las acciones y
decisiones de los humanos sobre este solo y genuino planeta.
Nos
hemos olvidao que al contar lo que hay en la gran caja no hemos contao
a las otras especies, quizás porque sólo pensamos en comérnoslas o en
sustraerles sus espacios naturales. Aquí no hay desarrollo sostenible
ético que valga. Los acomodaos globales no queremos acercarnos mucho a
los números porque son para flipar, 1.000 millones de consumidores
humanos lanzaos nos hemos cepillao ya el capital natural de la Tierra,
5.500 millones que restan nos quieren y siguen a toda pastilla, ¿donde están los
recursos para este voraz y democrático apetito? No cuesta mucho imaginarlo, y que no hay para todos.
Hay
veces que en mi interior se contiene una sensación de rabia, de duda,
hasta de dolor por saberse beneficiario de una sociedad global cutre
llena a rebosar de perdedores. La retahíla de términos que definen
nuestro estado actual no te la cuento porque ya te la sabes, sobre todo
lo referente al CO2 en la biosfera y los escenarios que ya vienen. Yo
que
destaco por mantener el ánimo contentillo para no caer en la
desesperanza, debes saber que hago todo lo que puedo para que, por lo
menos mi pisada
sobre esta tierra, sea la mínima posible. Y es que se me ha metío en el
tarro dejar la porción que no deboro
por voluntad para que otros puedan simplemente intentar acceder a ella.
...romántico el nene.
Y
qué hacemos 6.500 millones de humanos para que en esta bola cósmica
podamos simplemente estar y dejar estar, esperar quizás a que el caos
ordenado del universo nos altere algún parámetro y esto haga
simplemente que dejemos de estar o seguimos jugando a la lotería sin premio
en la que nos hemos enfrascao camino al destino incierto? Decrecer a nivel energético y de uso de
los recursos es lo sensato, lo lógico, lo ético, lo humano superior, lo posible, lo más sencillo... Si
no estás al día del término, aquí puedes leer qué es esto del decrecimiento.
Estuve hace unos meses en la presentación de un libro importante, Objetivo Decrecimiento,
dedicado a presentar de qué va esto de dejar de crecer y comenzar a
decrecer en
el desarrollo sostenible de una gran duda global sobre el futuro de
nuestra especie. El comentario en esta web sirve de sobras para saber
de qué va y si decides avanzar, hacerte con un ejemplar en alguna
biblioteca
o por inversión personal pensando en pasarlo a los que tienes cerca.
Esa
presentación era el comienzo de una aventura en red fascinadora,
ahora llevo unos meses siguiendo el trabajo de preparación de la
puesta en escena de las voluntades de una malla de personas y
colectivos que han parido decreixement.net, (en catalán) defendiendo lo que creo, que la única solución a los problemas ambientales, energéticos y sociales es
decrecer.
Gracias a su ilusión y trabajo hace unos días me dio para
disfrutarme la primera actividad de unas jornadas sobre ideas para
deshacer el crecimiento y rehacer el mundo. Fue Serge Latouche el que
llenó la Aula Magna de la Universidad de Barcelona, más de 300 humanos
lo escucharon a él y a parte de miembros de esta necesaria red. El
objetivo fue descolonizar el imaginario del desarrollo sostenible. Yo
que de francés entiendo poco y además llegué algo tarde, me encontré sin
receptor de traducción hasta que me tocó uno averiado, me gustó mucho
compartirlo con una activista que me propuso poner entre su oreja y la
mía el auricular.
Le siguieron los días posteriores varios
espacios de activismo para decrecer, de ello ya van saliendo
conclusiones. Otro libro se incorpora a la biblioteca del
activismo, Sobrevivir al desarrollo, también del Serge y editado por Icaria. La prensa ha tratado con gusto y aprecio el
nacimiento del movimiento, y espacios de alto nivel informativo han
dado cobijo al nuevo virus necesario. Me saco una pregunta con
respuesta, de las muchas que han atraído estos días mi atención: P. Dice que el desarrollo sostenible es lo mismo que no hacer nada. ¿Cuál es entonces la salida? R.
El desarrollo sostenible es imposible porque ya no podemos desarrollar
más. Sólo lo que emite cada año la población mundial al respirar, unas
3 gigatoneladas de dióxido de carbono, es lo mismo que quema Europa de
combustibles fósiles en un año.
En búsqueda de la temperatura del estado cultural activo sobre decrecieminto me encontré ayer un blog estupendo,
que recoge videos y textos que seguro te van a ser de gran utilidad. No
te pierdas los videos de Voces contra la globalización, divinos para
saber y pillar energías de cambio y emitidos en TVE hace unos meses, aquí un diario.
Y por último y desde hace ya
más de dos años, debo recomendarte el manual radical para simplemente
ponerte en marcha hacia tu decrecimiento personal, Simplicidad Radical
es ahora si acaso más actual, más necesario y útil para animar el
camino
arduo, duro y emocionante que tiene más sentido transitar. Déjame que
te recomiende algunos ingredientes para la batidora emocional: mete una
buena dosis de aprecio, equidad, humildad, compasión
y compromiso con todo lo vivo ahora y lo que será después y sobre todo
añade unas enormes dosis para el gozo en la alegria de vivir con
sentido y compromiso.
Una muy sostenible decreciente primavera a punto de llegar.
|
|