El procesado solar de alimentos no está de moda. La cocina solar es una tecnología usada de forma minoritaria. Pero esto cambiará!!!. Lo cierto es que en España, durante más de 10 años se celebraron encuentros solares para compartir ingenios y recetas culinarias hechas con el sol. Todo tiene su momento. Luego, algunos viejos activistas montaron en plena canícula veraniega la solarquedada en Navarra para dar continuidad al gozo de reunirse alrededor de las tecnologías solardomésticas.
Narcís Puig junto a Luis Díaz, dos ingeniosos solares mostrando una de sus cocinas eficientes con biocombustible reciclado. Foto: Fundación Tierra.
Aquellos jóvenes ingeniosos solares de los años noventa que participaban en los encuentros solares ya no son tan jóvenes, aunque siguen siendo ingeniosos. Algunos cocineros famosos se atreven a preparar recetas de autor con el sol, pero es puramente coyuntural. Hoy por hoy, la mayoría de nuestra sociedad, parece más interesada por lo virtual que lo natural.
De todas maneras, la cocina nutritiva sí está de moda, el veganismo va en alza y la pasión por comer bien rompe records. Quizás es la hora de mostrar nuevamente que el procesado solar de alimentos es una práctica culinaria para cinco estrellas; que permite preparar recetas culinarias de alto valor nutritivo y sabor exquisito.
Hace unos días en el espacio saludable de Pamies Vitae el incansable activista solar, Manolo Vílchez, organizaba un día para compartir pasiones solarculinarias; el evento no podía tener un título menos sonoro: Solar Masters Social Chefs.
Días atrás, recibí una pequeña joya tecnológica para la cocción solar, la Sunplicity, una cocina solar parabólica plegable obra del francés Alain Bivas quien ha producido una serie bajo pedido. Así que consideré que el mejor sitio para estrenarla era precisamente entre cocineros solares. Ya en el evento solar, desembalé la Sunplicity, le di un vistazo rápido al manual de instrucciones y en seguida pude montarla; su montaje es fácil e intuitivo. La verdad es que una vez has visto su diseño, en 5 minutos la tienes a punto para colocar enfocando al sol.
Una vez montada rápidamente nos dimos cuenta que precisaba de lastre para que no saliera volando por el viento, aunque la base apreciamos que es bastante estable. Sin embargo, dado que toda la máquina es muy ligera (lo cual para transportarla es muy interesante), un poco de lastre no le molestaba. Por ello, de immediato le colocamos una bonita piedra en la base, la cual, dicho sea de paso, parece que la base se haya diseñado para facilitar esta opción. Además, por la propia estructura de la cocina parabólica, a través de las lamas del reflector pasan unos finos rayos de sol que incluso enbellecen esta parte trasera.
Lo que más me gustó, antes de poner la cazuela en el foco solar, fue el indicador del tiempo de cocción. Su diseño com unos círculos concéntricos es claro y muy pedagógico. Lo interesante es que sobre estos cuando la parabóla está bien orientada se proyecta un pequeño sol en el centro del anillo más central. Así que para obtener el máximo rendimiento basta con que mantengamos nuestro sol en el centro de la "diana solar". Y la verdad es que la máquina no tiene más secreto para trabajar con buena energía. La estructura que soporta la olla podría ser ajustable, pero admite una ollita de 3 litros sin problema, o sea la medida exacta para su poder energético.
La Sunplicity con la olla y la receta de seitán que cocinó. Fotos: Fundación Tierra.
Así que estrenamos la Sunplicity con un guiso de seitán con picada de ajo negro y aceite virgen de oliva. En fin, bastaron 25 minutos para obtener una sencilla, pero nutritiva y exquisita receta de seitán. En medio de esta fiesta estaban numerosos ingenios solarculinarios de Narcís Puig y Luis Díaz de Taer. Un lujo pues colocar la Sunplicity entre ellos. No los enumeraremos pues consumiríamos mucho espacio describiendo cada uno de ellos, pero sin duda eran un buena muestra de lo que la radiación solar permite de forma fácil y asequible a cualquiera. Vaya que no cocinamos con el sol por pura pereza. En fin, para ir terminando, os paso el enlace a un reloj digital (Mojoptix) realizado con una impresora 3D, expuesto en esta pequeña muestra de ingenios solares y donde también había hasta una cocina que consume 30 ml de aceite usado de freir para un revuelto de huevo.
Desde un punto de vista más pragmático, cabe destacar de este evento solarculinario, las grandes parábolas solares de alsol, con las cuales preparaban una no menos exquisita comilona solar a base de quinoa con pisto de verduras para 40 personas con sólo dos parabólicas. Estas, fueron manejadas por personas veteranas de la cocción solar, Manel de Intiam y Núria de Ecoment, que ahora preparan cestas de comida ecológica.
La Sunplicity entre medio de otros ingenios solares expuestos en el evento solarculinario. En la imagen inferior, la Sunplicity plegada lista para descansar hasta otra jornada de procesado solar de alimentos. Fotos: Fundación Tierra
Para terminar diré que contamos con un día soleado, algo imprescindible y de la buena energía de todos los partícipes. Y yo me volví a casa con la Sunplicity plegada bajo el brazo, despúes de lucirla entre "buenas amigas" también cocinas solares. Por si os animais ver este video del modelo Libertad400 de SUNplicity:
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