Y echándole huevos ecológicos a la feria me he topao con los de la cooperativa Avega que
desde Lugo envían huevos de gallinas felices a cualquier lugar de la
península. Les he recomendao que por cuestiones de huella ecológica,
mejor que se coman los huevos los gallegos y en todo caso algún adicto
a ellos que no ande por la zona. De momento hemos quedao que se tolera
hasta que se llene el mundo de gallinas contentas con huevos de verdad
a disposición de todos.
Los simpáticos y barbudos carpinteros de Shimón,
una tribu comunitaria que sabe de elaborados culinarios y vida
sostenible mucho, ha presentado y con ellos me he sentado en unas fabulosas
mesas de jardín en madera de pino y cedro. Doy fe que es lo
más bello y mejor hecho que he tocado en mi vida en el sector de mueble de
exteriores.
Al poco, la cata de galletas Belsi,
con más de 20 variedades sabrosas y sanas. Me gustaría que pudiesen
hacer sombra a los monstruos de las galletas convencionales, pero creo que todo
llegará, pienso.
Llevo un tiempo que ando atento a los avances y
novedades en el sector cosméticos, y no porque ande interesado en lo
metrosexual sino porque he puesto a prepararme mis geles y champús por
aquello de que lo hecho en casa sabe mejor y deja menos huella sobre
este finito planeta. Pues bien, conocí hace tiempo la oferta del
sabroso aceite de oliva de Vizcántar
de Córdoba, tierra de zumos supremos, pues bien, en la feria han
presentao su catalogo de ecocosméticos, lógicamente todos en base al
aceite ecológico de olivas divinas, y para todas las pieles y gustos. Le
eché el diente a dos dosis de helado certificado por el aval Demeter
(agricultura ecológica biodinámica, la más conectada con lo cósmico y
lo telúrico, siempre sorprendente), mango con limón y limón con fresa
me retornaron a épocas de frescos empachos.
Comercio justo,
distribuidores y productores de alimentos procedentes de la agricultura
sin venenos, vehículos que se mueven sin petróleo y entre todo ello
una revista de ecoculto como Opcions, donde la sabiduría y acción
por un consumo responsable muestra cada tres meses la mayor
concentración de ideas críticas y soluciones lógicas y posibles para
sentirse responsable y activo en aquello que es ir a votar a la tienda
por el mundo queremos.
En el stand de eCRAC,
me muestran la última versión de esa radio sorprendente, la nueva y
estética Freeplay Max, que con 20 segundos de manivela te entrega el
mismo número pero en minutos de agradable sintonía de radio, y si te
cansas, puedes dejar que el sol active las limpias melodías. No
lo pude resistir y me colé en un taller infantil donde un móvil de
cartoncillo con diversos modelos de bicicletas tocó mi fibra
bicifetichera. No tardo en recortar los cartoncillos y colocarlo en
sitio bien vistoso. Me crucé con Joaquín Araujo,
cronista de la belleza de lo vivo en la naturaleza y que repartió
sorbos de su sabiduría en conferencia destacada sobre como pensar
ecológicamente. Y yo mismo, no han sido menos de tres veces las que me
salió aquello de que el vivir simple y disfrutar de lo bueno para todos
es uno de los caminos donde mejor me encuentro, aunque ande por
espacios de abundancias. Entre lo energético quedé seducido por un colector solar galáctico, esférico, bello y aparentemente eficaz, SFERASOL
se presentaba como novedad como supremo diseño italiano al servicio de
la ecoestetica. Según me enterao ha sido convocado para que se muestren
sus virtudes en el Encuentro Solar 2005. Ya
en el tren y compartiendo viaje, que no compartimiento, con el ilustre
comunicador de lo saludable, invitado a las actividades de la feria para
compartir sabiduría, Mariano Bueno,
descubro con asombro la ducha de la que disfruta el buen hombre en su
viaje, y como no, quedo alucionao y retrato el agradable momento, y es
que es el remate: viaje cómodo, mínimo impacto y con ducha incluida.
Vamos, a ver qué medio de transporte da más. El mismo
tren que me trajo, me lleva de retorno, como siempre en litera alta,
incluso me encuentro al cabo de unas horas con gentes que vinieron en
el mismo compartimiento a la ida, un saludo cómplice nos une mientras
estoy rellenando la encuesta de RENFE. Atrás queda un fin de semana
lleno de rostros, algunos recuperados del recuerdo, y también más de
una de esas complicidades amistosas que te llenan la vida. Me costará
un tiempo diluir algunas de las sensaciones obtenidas en BIOTERRA 2005, que de aquí a un año brindará de nuevo por la economía ecológica.
Por cierto, no pude probar las aguas del ferrocarril, ya que el
apuesto interventor me ha avisado con tan sólo 15 minutos de la llegada.
Unos japoneses con maletas más gigantescas obturaban el paso con lo que
me ha imposible del disfrute acuático. O sea que me reservo para otra
ocasión; pero yo me ducho en el tren como sea, pues es de lo poco que
me queda por hacer en él. AGUR
Ecofin de semana en BIOTERRA - Irún (I) y (II) |