Estoy contento con mis convicciones ideológicas, y me gusta que lo demás lo sepan, por si acaso gustan de compartir.
Me satisface cuando puedo unir la bicicleta con el tren. El pedalear te recarga las pilas y hace que en numerosas ocasiones puedas llegar contento y rápido en los desplazamientos. El tren tiene la frescura de la rapidez lineal. Llevo ya días con mi rotor (el sistema de pedaleo que elimina el punto muerto) que noto que no rula bien. Desde el 24 de abril he realizado más 350 km de los 900 a los que me he comprometido a hacer en un año, o sea que voy sobrao. Soy uno de los siete aforutandos ciclistas urbanos del proyecto BCN + B con Rotor. Debo adminitir, sin embargo, que en algunas de las subidas que hago habitualmente ya no me parecen tan agobiantes; entre el rotor y mi entreno, en las subidas marcho bien.
Para aprovechar la tarde y cumplir con el mantenimiento de la bici, hoy me he acercado a que David, doctor en bicicletas de Espai Bici le echara un vistazo al Rotor. Solo con verlo ya ha lanzado el diagnóstico, desplazamiento de rosca interna, hay que operar. Resulta que se me había saltado el pegamento que bloquea unos mecanismos del sistema, lo que ha hecho que este quedase más allá de su posición dura, ...ya me parecía que algo no rodaba bien. Una media hora de intervención y tengo a mi bici lista, el rotor en su sitio y un chequeo general que detecta un golpe en el cambio con desvío de soporte. El bicidoctor me explica que por eso me hace ruidos extraños al cambiar, además de no entrar bien la marcha más larga. Un toque maestro y el soporte vuelve a su sitio. He probado al momento mi Dahon y no parecía la misma, su suave pedaleo y sin ruidillos, hacen que me la sienta como nueva. Eso sí, me autoaplico un tironcillo de orejas por no haber sido capaz de detectar lo que pasaba, y eso que tengo el primer grado de mecánico de bicis pasado, no hay duda de que debo aplicarme mucho más.
Y como siempre pasa en la fantástica multiespacio de la tienda de Espai Bici, el chute de biciimpresones es continúo. Mientras estoy en la sala de espera he conocido al distribuidor de las fantásticas bicis plegables Brompton, precisamente en acto de servicio. Y es que ha llegado con una impresionante bici de carga a la tienda, ha entrado hasta el taller y ha descargado la caja con bici dentro. La bicicleta que llevaba me ha sorprendido, no he visto hasta el momento nada igual en vivo. Alargada y robusta, made in Holanda, esta máquina de transporte está disponible por pedido, dispone de amortiguadores especiales y un sistema de giro de la rueda delantera, donde carga el peso sobre un soporte, especialmente diseñado. Me han comentado las enorme posibilidades que presenta este sistema de bici de transporte, que puede acarrear hasta 50 kg. Unejemplo para empresas urbanas que distribuyen pequeño material y no muy pesado. Hagamos cuentas. Con este tipo de bici te ahorras el parking, los seguros, el combustible, los impuestos, los tiempos de espera para aparcar en la carga y descarga, ya que llegas hasta la puerta. Además el bicicurrante gana en salud. Y todo por 1200 euros, de una sola vez. Invertir en movilidad sostenible, puede ser para muchas empresas también rentable, además de la mejor publicidad, ya que esta se mueve continuamente. Ha sibo todo un biciplacer el descubrimiento.
Sigo con mi saludable empacho en Espai Bici y descubro una balanza para pesar maquinas rodantes. No tardo en colocarle los enganches a mi Dahon y ¡¡sorpresa¡¡, de 12 punto 1 kg ni hablar, resulta que pesa 14 punto 6 Kg. Y yo que llevo 5 meses vacilando de una livianez que no le cuadraba a nadie..., nuevo tironcillo de orejas. Cierto es que lleva el cable para atarla con seguridad y el portabultos, también el Red Alert, ese fantástico sistema magnético para iluminación de seguridad, el cuentakilómetros y un liviano timbre, pero no imagine que hubiese tanta diferencia: 2,5 kg en total. Ya me decía mi amiga Marta que le parecía más pesada, y es que los humanos o por lo menos yo, hay veces que hablamos sin constatar las cosas, y luego mira que pasa.
Con la bici ajustada, el rotor a punto y bien pesada, sólo me ha faltado un repaso a las novedades. Me he hecho con unos parches autoadhesivos que evitan el porte del pegamento vulcanizante habitual. No tardaré en probarlos. También me he comprado e instalado un piloto de led blanco que funciona como faro delantero e impresiona por su visibilidad. Aunque parece que la retocada nueva ley de la bici no deja andar con la luz destelleando, creo que es como mejor trabaja. Por supuesto tiene la posición fija.
De una forma u otra lo importante es que nos vean los cochinos, y en clave de humor lo digo por aquello de que si los que van por el mar los llamamos marinos a los que van en coche les llamaremos cochinos... y por los viandantes, que se merecen no caminar sin señales en la ruta. Una cámara nueva también ha entrado en la bolsa, y es que el otro día pinché y opte por cambiarla por la de repuesto. Ahora con lo nuevos parches, me reparo la antigua y a la reserva. La nueva es una inversión para un futuro sobreseguro.
Pero para bordar la tarde, me dicen que el biciartista Oscar anda en las cercanías haciendo una obra de arte. Me despido de los Espais Bici, aunque ciertamente me cuesta. Esto de la bicipasión, cuando entras en un templo, absorbe y nutre, y me sirve también para comprender mejor a las personas confesionales.
Me he encontrado a Oscar Patsí con su obra acabada. El lienzo, como no podía ser de otra forma, iba sobre un trailer enganchado a su bicicleta. Se ha inspirado en la fachada del mercado del barrio y me ha dejado trastornao. Y es que no para, después del WC de la tienda, ahora esto. Oscar se expresa con arte, y tiene a la bici como vehículo para ello, además de ser ciclista urbano in extremis, pone belleza y mensajes en sus intervenciones. El chico ha hecho que me comience a interesar por la pintura, a lo cual le quedo agradecido y no tardo en proponerle que quizás lo suyo es que no pare de pintar por el mundo elogios a la máquina verde, o por lo menos desde ella. Chapó Oscar. El próximo viernes 11 de junio, el virtuoso artista brinda la lección ¿crees que sabes ir en bicicleta?. ¿El lugar? Adivina... la sala de charletas de la tienda templo de la bici urbana, Espai Bici. Allá estaré, vamos, ya puede llover que yo llego pedaleando. |