Hoy he vivido la experiencia de oler lo que sale del tubo de escape
de un coche con motor diesel que ahora funciona con aceite de girasol
100%. Y ya digo que no pasa nada desapercibido, ya que parece que estés
esperando que el churrero te entregue la dosis mientras te vienen los
aromas de la ebullición del aceite del sartenón. Eso si, prefiero oler
a fritura vegetal que a aromatizantes de sucio y toxico aceite fósil. Mi amigo Ricard adquirió un kit de ELSBETT que permite usar aceite vegetal en lugar de gasóleo. Lo dicho que ha decidido
dejar de pagar a los jeques y se ha pasado al fomento de la economía
solar, ahora paga a los agricultores por ir con sus productos por esos
caminos del mundo soltando sus particulares aromas, con su interior más
en armonía.
Y siguiéndole en coche tóxico, precisamente el mío, hemos llegado a
una reunión de trabajadores de domingo en jornada intensiva contra la
invasión transgénica. No considero que estén bien pagaos por la
sociedad a la que defienden, pero en fin, cada cual encuentra en esta
vida el sentido de ella misma. Con sombrero de paja e instrumento de
percusión de bambú aportados para la ocasión por mi amigo, el de la
limpia y saludable churrería rodante, nos hemos unido, a la hora
prevista y delante del ayuntamiento de Mollerusa, a los mas de 100
ecoactivistas que había en el lugar. Debo decir que la concentración ha
sido todo un éxito de convocatoria en lo que a fuerzas del orden se
refiere. Impresionaba ver como el despliegue de recursos humanos para
contener a pacíficos ciudadanos que reclaman cordura. Apunta si te
sientes atraído por actos de protesta contra injusticias: es
absolutamente recomendable o como necesario que a la concentración
asista la banda de tambores mas cercana, amigo, todo el mundo se entera
de que allá esta pasando algo, porque cuando paran tambores suenan
altas las voces del colectivo.
Miembros de la convocante Plataforma Transgenics Fora han
entregado al Conseller de Industria de la Generalitat de Catalunya, de
visita oficial a la renombrada feria agraria de la población, un
manifiesto donde se le pedía la parada del Real Decreto de Coexistencia
entre cultivos transgénicos, convencionales y ecológicos, y es que la
región está llena de maíz retocado, con cultivos de toda la vida sin
retocar tanto. Además le han entregado unas docenas de huevos que
simbolizaban el fin de la avicultura ecológica. El pienso, con el
maíz ecológico que se suministra a las colaboradoras gallinas de los
huevos, ya comienza a no existir en la región debido a la contaminación
cruzada de maíz transgénico con plantaciones no alteradas. ¡¡Maldita
coexistencia¡¡
Aceptada la entrega, los tambores solo han parao para dejar espacio de silencio en la lectura del Manifiest de Fraga,
donde se posicionan los cuerdos agrarios contra los mercaderes de
alimentos transgénicos, con el agricultor como servidor forzado.
Al rato, la alegre y combativa congregación de activistas, no me
toques los genes y oleeé, se han dirigido rumbo al mogollón de la
feria, y aquí que conste que se han enterao en todo el pueblo de que
aquello que parecía una banda de música cachonda era un pacifico
batallón reivindicativo y activo solicitando al sector una agricultura
donde los que manden sean los que trabajan y cuidan y no los que
especulan con la vida y la tierra.
Altamente efectiva ha sido la visita en tropel al recinto ferial,
donde entre ruidosos tambores, pancarta en diagonal y griterío en
sintonía, los visitantes se han percatado sin remedio de que algunos
trabajan los domingos, en reivindicar cordura por el bien de todos. Las
paradas pacificas, con activo seguimiento de algunos mossos de
escuadra, delante de los stands de las empresas distribuidoras de
semillas y de colectivos afines a las tesis transgénicas no han dejado
tranquilo a sus cuidadores. Miembros de la Plataforma ha soltado al
aire lo que cada entidad aporta a esa aventura arriesgada de los
mercaderes que ya tenemos en los platos sobre nuestras mesas. Con un
toque de tambores final se ha despedido y desconvocado la manifestación
a favor de una agricultura soberana para los agricultores. Ya entrada
la noche, el Conseller en visita oficial ha visitado la feria, un
saludo cómplice y políticamente correcto nos ha lanzao la comitiva y el
mismo, el buen hombre debe pensar que no se puede tener contento a todo
el mundo, esa difícil balanza del juego político. Esperemos que la
música celestial festiva de la percusión de los tambores y el buen
hacer de la ciudadanita informada, le halla servido para valorar las
decisiones que se están tomando en el sector que debería cuidar la
tierra y seguir nutriéndonos con absoluta seguridad, algo totalmente
posible en el siglo XXI, por lo menos para los comemos de más y por
respeto para los que deben comer lo necesario.
¡¡Trasgénicos fuera de mi mesa, de la tuya, de todas las mesas de las ciudadanía libre y soberana¡¡
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