Lo conozco desde que lo parieron, coincidió con la feria Biocultura
en Barcelona, era primavera avanzada, su llegada no podía ser en mejor
momento, cuando todo bulle en el interior de lo vivo.
Información
para la acción, fue el titular de su editorial, firmada por José Luis
Gallego, comunicador nato, escritor hasta de cuentos infantiles,
sublime por ello. Y por lo que sé de su equipo editorial, gentes
provenientes del mundo del buen diseño grafico y la buena comunicación
social. Los colaboradores, de reconocido activismo social, son regalo
obsequio cultural.
Decían antes y siguen contentos, que nacían con la vocación de aproximar de forma gratuita
la información ambiental a los ciudadanos. Que son una publicación hecha
desde el compromiso y con el ánimo de comprometer. Que creen en la
acción individual como motor de cambio social y el lenguaje llano y las
ideas claras son sus principales señas de identidad.
Se reparte a través de los ECOservicios de Espai Bici,
el templo de la bicicleta urbana en BCN, donde conocer las bicis
plegables que ofrecen puede llegar a causar delirios según
sensibilidades pedaleras. Un atento ecobicimensajero que me he
encontrao me ha brindao el recién horneado ECO nº 2. Por cierto, fíjate
en la bici de transporte tan guapa con la que ECO se reparte.
He flipao pepinos con la portada, y la ilustración a modo de navaja
suiza multiusos convertida en multiarma agresiva reflejo de los
conflictos que la especie humana ejerce sobre esos purificadores de
aire, reservas de agua, fuentes de alimentos, cobijo de millones de
otras especies, fuente recurso valioso para construir hasta castillos y
belleza de tonos, matices, aromas, sigilos y emociones. La tierra
pierde sombra anuncia que lo que hay dentro de este número del ECO
tiene mucho que ver con seres vivos de gran servicio a los humanos.
Me he enterao de nuevo al pasar la primera hoja del crimen forestal ocurrido
en la remodelación del Museo Reina Sofía, donde más de 140 hectáreas
han sido arrasadas para obtener los 130 metros cúbicos de madera ilegal
de jatoba, rojiza y bella que ahora se puede pisar y acariciar en
estanterías, suelos y paredes del supuesto noble espacio del
arte, que por cierto podría cuestionarse si es el arte válido.
Aprovecho y cuelo una cita de ecosabio Satish Kumar: El arte
también toma dos formas. La primera es el arte famoso y comercial, que
está desconectado de las preocupaciones del mundo. Este arte egoísta y
alienante tiene poco que ver con los retos ecológicos, espirituales y
sociales de nuestro tiempo. A medida que el artista se hace famoso, a
medida que el arte crea controversia, entonces se considera que este ha
conseguido los objetivos artísticos que se proponía. Pero hay otro tipo
de arte: el arte de la integridad; el arte que inspira, que ilumina y
sirve al mayor propósito de la vida. ¿Qué arte escogemos? Pues
yo NO me quedo con el arte del museo lleno de madera ilegal,
destrucción amazónica y negocios mafiosos, aunque me duela y lo pague
con mis impuestos.
Dos páginas más adelante me encuentro con el logo del FSC,
esa historia de amor entre los humanos y los bosques, donde la gestión
sostenible es la reina. Gracias ECO por informar y visualizar esa marca
de prestigio que todo el mundo debe conocer cuanto antes para consumir
madera mejor.
Poco después me leo la entrevista a un activista
urbano que va en bici a todos lados, está reduciendo su huella
ecológica y flipa cada vez más con las flores del campo y los bichillos
que las rodean. Siguen más noticias sobre los bosques del mundo y sobre
el Ibérico, que es lo que queda de lo más nuestro.
Un admirado
escritor sobre lo vivo y limpio describe con prosa el paisaje, gracias
Joaquín Araujo. Un anuncio a toda página promociona el ECO diciéndome
que lo puedo encontrar en mil sitios de la ciudad. En la sección de
naturaleza me encuentro con la ficha del petirrojo y me voy a hace unas
semanas cuando casi se me cae la baba mirando a uno que quería hacerse
amigo mío.
Ahora, mira como son los ECOs que colocan al final
una viñeta del entrañable Señor Mundo, y en este número uno dedicado a
la deforestación, como no. Si quieres conocer lo que allá por el
1994 el diseñador Javier Mariscal dibujaba sobre el ECOmundo, no te
pierdas la sección de Artistas por la Tierra en este mismo portal,
están todas la viñetas de aquella gloriosa época de ecocomunicación
visual en el País Dominical. Mira aquí, esto sí que es arte del bueno.
Estoy
seguro que como un Ecooooooo enorme, las réplicas de los contenidos del
ECO no tendrían que parar de rebotar de ojos a ojos, cuantos más seamos
los que los miramos para leerlos y hacer sus contenidos algo nuestros,
más fácil será querer cambiar a más bonito, más limpio, más divertido,
más justo y solidario, más posible este mundo que disfrutamos para que
otros lo disfruten luego.
De momento el ECO es de Barcelona,
bilingüe, en formato periódico. Todavía no ha conseguido que se reparta
a pie de la salida de metro, sería bueno para la sostenibilidad que lo
consiguiera. Puedes informarte y hasta mandarles un detalle, el mejor
sin duda, tu dosis de interés por ECO, en [email protected]
¡ECO, ECO... oleeeé!
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