Aquí te presento una nueva serie en la que iré colocando ideas
sencillas para crear reciclando lo que otros tiran y sobre todo pasarlo
bien. Haré lo posible para no presentar chorradas y sí artefactos y
detalles de cierta utilidad para que tú, si te apetece y te hace falta,
puedas conocerlas y aplicarlas llegado el caso.
Recicreacción
es para mí un espacio donde volcar esas dosis de creatividad que desde
pequeños vamos acumulando y que el día a día adulto, tan intenso y
rápido, nos hace quizá olvidar a muchos. Que te lo pases bien
cultivando el arte del reciclado y creando, cuesta poco o más bien
nada, te alejas del consumo creado por otros, sólo ganas. Y tiempo hace
falta, y yo lo considero bien empleado.
Además luego con algunos montajes puedes jugar, que no sólo es
divertido, es también importante para nuestro desarrollo y bienestar. Y
no te olvides de que además, los niños y niñas aprenden a cada
instante, de las enseñanzas de quienes los cuidan, de los que les
rodean, del ejemplo de los demás, de las cosas que les suceden.
El
juego es una de las experiencias más intensas de la niñez: a través de
él se aprende a compartir iniciándose en el convivir en comunidad.
Jugando las emociones son intensas y la creatividad se desarrolla al
máximo. Tal vez esto muchos de los agradables recuerdos de la infancia
se relacionan con ellos, al igual que permiten el desarrollo de
habilidades, actitudes y valores que perduran durante toda la vida.
Sirva esto para darle a las actividades recicreácticas valor puntero en
los objetivos del divertimento y la cultura sin mediar dinero en ello.
Hace tiempo que siento como dolor cada vez que veo en la
basura callejera preciosas y útiles garrafas de plástico. Imagino lo
valiosas y apreciadas que serían allá donde tener a mano un recipiente
no es tán fácil. En la ciudad donde vivo hay suficientes iglús
amarillos para desprenderse de esos contenedores de agua viajera, pero
cuando no están cerca de personas mayores o pasotas, acaban junto a la
bolsa de basura. Un montón de millones de litros de petróleo
convertidos en moléculas plásticas, tirados continuamente con suerte y
lo menos a la revalorización de residuos, y sin suerte y lo más, al
vertedero o la incineradora.
El otro día, en plena busca y
captura me encontré con tres garrafas de 5 litros, con sus hermosas
asas atadas al cordel de la bolsa de basura. No tardé ná en hacerme con
ellas y ahora y aquí, te cuento lo que en un rato me he ido haciendo
con estas.
Recogedor y pala para hacer castillos en la arena Córtese
con destreza y cuidado una garrafa de 5 litros de forma rectangular en
su base y según la imagen de al lado. Y listo, a realizar con ello
labores de recogedor o si te da por jugar a construir castillos de
arena en la playa, pues tienes no una pala, más bien un palón.
Cloc/cloc profesional Elíjase entre la
amplia oferta callejera y contenedora garrafas del gusto y medida
apropiados para los ecojugantes (jugadores ecoelegantes), córtese con
cútex o tijera y sumo cuidado la parte baja de una garrafa y a la asa
átese un cordel (más mérito si es recuperado – al deshacerse de zapatos
y zapatillas porque ya no hay quien ande con ellas por sus desgastes al
límite, sáquense los cordeles, únanse con nudo sencillo y guárdense
para el momento adecuado de reuso), désele más medida al cordel que la
que hay entre la altura de cintura del jugante y el suelo y en su
extremo átese el objeto a encestar (úsense siempre materiales que ante
los posibles impactos con el jugante no precisen de atención
médica, por ejemplo son recomendables varios tapones de garrafas
recuperadas o mejor unos calcetines embolados pero eso sí, siempre
lavados). Ala, a jugar practicando con habilidosa destreza. Si al
quinto intento no la cuelas, mira, te sientas, respiras hondo y vuelves
a probarlo, ánimo.
El divertido y habilidoso juego de canastera al vuelo Hágase
lo mismo que en la anterior propuesta, pero en vez de una es preciso
hacerse con dos como mínimo y hasta cien será seguro más divertido.
Hágase con dos pares de calcetines, siempre lavados, un embolado, y a
la, a ver quien lo tira más alto y quien es habilidoso para recogerlo
en la caída. Háganse círculos a partir de cuatro y tírense la
bolacalcetines entre los jugantes (recuerda jugadores/as ecoelegantes),
bien alto siempre y con distracciones, más divertido siempre. Una vez
dominado el arte y para seguir progresando sin fomentar la competición,
que de eso ya esta nuestro mundo lleno, dense todos los jugantes la
vuelta y solo con giro de cabeza indáguese en la trayectoria del bolón,
cuando esto también esté superado ha llegado el momento de rozar el
límite, haciendo uso del olfato (aquí es interesante que los calcetines
no se hallan lavado) tápense los jugantes los ojos con una cinta y ala,
aquí de frente o de espaldas da igual, es difícil que en este punto se
puedan obtener resultados satisfactorios, eso sí, el divertimento está
garantizado, oye y si llegado el caso y conociendo lo habilidoso que
son algunos humanos se consigue canastera con más de tres tiros a 5
metros de distancia entre los dos puntos, llámese a un programa de TV
de esos que dan premio a lo extraño e increíble, por que chicos, os lo
habréis ganado.
Recomiendo los dos juegos para todas las edades y supremo cuando a ellos juegan el máximo de generaciones, razas y condiciones.
Tus semilleros maceteros, únicos Acábese la jornada garrafera recicreactiva acercándose a la tierra. Aprovéchense
las bases cortadas para los anteriores artefactos canasteros para
colocar un buen sustrato y plantar dos semillas, en una flor y en otra
una hortaliza. Una para agradecerle a la vida su presencia y el divino
don de la biodiversidad y otra por la paz anhelada entre humanos y de
estos con las demás especies. Y las dos colocadas en el alfeizar de la
ventana soleada, puedes convertidas en tu personal homenaje al juego de
la vida. Pero una cosa, no te olvides de regarlas.
Ya te digo en que breve seguiré reciclando, creando y accionando, o sea recicreactivándome,
todo lo que se me ocurra y pueda. Y si tú quedas enganchad@, no te
olvides de decirme por qué espacios creativos te desenvuelves, tú con
tus garrafas.
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