Más de muchas miles de luchas y un solo sueño




Más de muchas miles de luchas y un solo sueño ##fechadiario##
Demasiados residuos de los humanos.
Diseñar todo como un árbol.
Para votar por la tierra en Paz.
Somos lo que comemos.
Transgénicos ni en el plato ni en la tierra.



El otro día hablé con un buen colega utilizando el skype; él estaba en Beirut y yo en Manresa, íbamos cambiando imágenes y contactos mientras comentábamos aconteceres de aquí y de allá. La tecnología hizo intenso nuestro encuentro aprovechándonos de ella mientras valorábamos la suerte que nos lo permitía.

En El País telemático acababa de leer sobre la recesión en las bolsas del imperio y los cangelos en las vasallas globales, lo hice mientras reflexionaba sobre la basura de Nápoles y el follón social armado por mover la mierda de un sitio generador a un sitio receptor nada contento. Un viaje de la cuna a la tumba. Y en la isla del Hierro, me estaba enterando de que un vendaval nunca sentido dejó a oscuras a la gente, mientras un barco se aproximaba con generadores eléctricos/fósiles. En Manresa, y para mucha Cataluña, se anunciaban restricciones primaverales de agua debido a la sequía mientras se secaban las reservas en los pantanos y los coches se lavan con agua osmotizada, calentita y enjabonada.

La política tiene los motores calientes en el imperio más sucio y comienza en los dominios cercanos. La lucha por el poder tiene diversos colores, afortunadamente los dos géneros, y tiene siempre a los que sueñan con construir un mundo mejor y a los que compiten para mantener un mundo solo mejor para pocos. Le dije a mi colega con parada en Beirut que aquí los gestores de los creyentes están que trinan, porque saben que su poder se diluye mientras los pecados los inundan, qué le vamos a hacer, mientras los políticos que los babean intentan arrancar los votos a los que se asustan con los cuentos reales del fascio. Pero no tardé mucho en comentarle que mi bicicleta estaba que daba gusto montarla, que en la ciudad cercana se iban quitando espacios a los coch-inos por parte de los bici-osos y que pedaleando yo no era el único que meditaba sobre lo que pueda llegar con tanta fragilidad ambiental y social. Le dije que los tiempos normales ya no lo son, ahora son absolutamente extraordinarios y que, claro, cualquier cosa imposible, en breve, por qué no, podría llevarse a cabo.

Me fui directo a lo bueno que viene, que hay tanto, y le dije que le pasaba lo recibido, que es poco pero no por ello de poco interés.

Los promotores locales del decrecimiento para que podamos seguir siendo, han presentado una loable campaña traducida como tiempos de revuelta y el 10 del mes que viene comienzan, durante dos, a pedalear por Cataluña para reflexionar entorno a la crisis energética y cómo el sistema financiero nos condiciona nuestras vidas. Como ellos y mi colega se mueven pedaleando, la sinergia quedó bien y aquí tienes el espacio informativo en catalán, para crecer en conocimientos sobre el mundo real, según creemos los muy crecidos.

Otros, más amigos de todos los que jugamos en el experimento social Humanidad, también quieren decrecer pero sin ánimos de romper un sistema cómodo, no para todos. NUTEC se anuncia como la gran exhibición de materiales de consumo en base a nutrientes biológicos y de servicios en base a nutrientes técnicos. El concepto de la cuna a la cuna es el eje, coger de la tierra, transformar y retornar a ella una vez acabó el servicio suena bien y ya comienza a ser posible.

Y otros activistas han presentando para los políticos de aquí Un programa por la Tierra, con propuestas de futuro sostenible para la próxima legislatura. Estoy seguro que algún sector se ríe de ello mientras va a misa, pero me alegraría mucho si el que medita sobre el futuro de la ciudadanía cercana, por lo menos le echara un vistazo y se animara a trabajar un mundo mucho mejor y muchísimo más posible que uno peor.

También le comenté a mi amigo payaso bicicletero skypero, que está con su bici de camino en Beirut, qué tal la comida. Variada, me comentó, mientras le informaba yo de que aquí 300 paisanos acababan de presentar y firmar un manifiesto en contra de los transgénicos. Una declaración activista de la sociedad civil sobre las aplicaciones de la biotecnología en la modificación genética de plantas, ante la amenaza que representan para la agricultura y la sostenibilidad, relacionando la democracia, la precaución y medio ambiente. Diciéndoles directamente a los traficantes de la vida ajena que no están solos ni bien acompañados.

Quise preguntarle a mi amigo cómo lo iba a hacer para votar desde tan lejos, estoy seguro que me habría contestado que venga, que le ayudase a preparar los papeles, que cuando vuelva quiere encontrarse con las mayorías de sus paisanos, por lo menos no tristes, sabiendo que estamos quizás en las puertas de una de las mayores transformaciones sociales en nuestro camino evolutivo como frágil especie en un poderoso planeta.

Acabo la charla con Álvaro y veo el lomo del Simplicidad radical en la estantería, me toca recordar cómo el autor pedaleaba por Estados Unidos y luego lo hizo aquí, reflexionando quizás sobre cómo poder pensar en un mundo sin perdedores, votando cada día al sistema que queremos, animándose entre otras cosas a cultivar o ayudar en un huerto cercano para ver como de la tierra salen nutrientes biológicos manipulados solo por ella, mientras con unos nutrientes técnicos conformadores de nuestras bicicletas soñamos al unísono que todo lo bueno, ético, moral y librepensado es posible y ahora ya absolutamente necesario.


¿Por qué este diario?



Modificado
09/02/2017

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