Marzo, 2014.- Julia Lorraine Hill (conocida como Julia "Butterfly" Hill, nacida el 18 de Febrero 1974) es la joven que el 10 de diciembre de 1997 se subió a la secuoya que llamó Luna y se instaló en su copa a más de 50 metros sobre el suelo para evitar que fuera talada. Ahora Julia ha cumplido 40 años. Cuando bajó de su árbol el 18 de diciembre de 1999 tenía 25 años. Para la joven Julia, una nueva vida empezó en aquel momento. Su hazaña dio la vuelta al mundo y Julia acaparó portadas de revistas. No es fácil vivir con el peso de la fama. Para unos es la heroína, para otras una egocéntrica que se aprovechó de la hazaña.
Cuando Julia bajó de la secuoya Luna, escribió un libro de su experiencia El Legado de Luna que se tradujo a numerosas lenguas. En su capítulo de agradecimientos empieza: “Al principio era el Amor, y el Amor creó y se convirtió en Creador. Al Creador le ofrezco todo el honor y la gloria, y mi más humilde gratitud por concederme el don de vivir en un Amor que reside tan delicadamente en cada aliento, y por guiarme hacia una experiencia en la que pude aprender el poder, la magia y la comprensión de lo extraordinario que es ese don. Durante el resto de mi vida haré todo lo que esté a mi alcance para honrar, cuidar y proteger este don de la vida que nos conecta a todos”.
Marcando la diferencia
En 2002 escribió un nuevo libro One Makes the Difference: Inspiring Actions That Change Our World, que marcaba el ideario de su compromiso o convicción con la conservación del planeta. Luego, desde la Fundación el Círculo de la Vida no ha cesado de impulsar proyectos para estimular la idea que todos podemos contribuir al cambio que queremos ver en nuestro entorno. Tal y como expresa en su web: “La pregunta que debemos hacernos no es, "¿Una persona puede marcar la diferencia?" Todos y cada uno de nosotros contribuimos a ser la diferencia. En realidad, es imposible no ser una diferencia. Así que la pregunta que debemos hacernos es: "¿Qué tipo de diferencia es la que quiero aportar? Somos los ancestros del futuro. ¿Cuál debe ser nuestro legado? Uno puede marcar esta diferencia, pero lo maravilloso es que no estamos solos, que somos parte de una familia global”.
Julia Butterfly Hill ha cumplido 40 años de edad. Para muchos activistas siempre será una inspiración y para el espíritu de todos los árboles, un bello recuerdo en la memoria de los bosques del planeta, como también lo han sido el Movimiento Chipko de Índia o el Movimiento del Cinturón Verde de Wangari Matthai.
Julia Butterfly Hill bajó de Luna cuando tuvo la garantía legal de su protección junto con un franja de 60 metros a su alrededor. Su gesto imprimió un mensaje claro que permanece “no se debería talar ni uno más de estos árboles centenarios”. Sin embargo, más de quince años después de aquel gesto, todavía estamos lejos de que se cumpla en términos globales. Pero los gestos, los símbolos, los sacrificios de cualquier persona nunca son el balde.
Amor incondicional
Julia Butterfly Hill cumplió 40 años de edad, pero como sucede a veces a los protagonistas de estos gestos llenos de Amor, sigue atrapada en su propio círculo, entre lo que su imagen proyecta en las personas y su propio sentir. En su blog, el día de su aniversario escribió: “Me siento como un fracaso. Me siento como un desastre. Tengo 20 kilos más de los que quisiera y mis problemas de salud son parte de la razón por la que no puedo mantener el peso. No me gusta lo que veo cuando me miro en el espejo. Tengo 40 años, y estoy sin hogar, he fracasado en casi todo lo que he intentado en los últimos años... aunque continúan amándome a pesar de que esté echa un lío”. No es fácil animar con palabras a una mujer que más allá de su físico, debe fijarse en la luz que iluminó e ilumina todavía el corazón de miles de amantes de la naturaleza.
Julia Butterfly Hill cumplió 40 años. Fotomontaje artístico.
Julia Butterfly Hill cumplió 40 años de edad y sabe que no hay nada permanente: “Lo sé, lo sé ... esto también pasará ... está todo inventado, y todo es efímero. Pero, aquí y ahora mismo ... Estoy triste y vacía y rezo para que el inicio de este nuevo año no sea el presagio de lo que puedo llegar a ser por el resto del año. Así pues, estoy soplando las velas imaginarias y expresar mi deseo…” Julia, como tantas veces ha expresado en público, “cada uno tiene que escalar el árbol que llevamos dentro”. Escalar el propio árbol es más difícil que encaramarse a un árbol milenario, pero nos lleva a una felicidad extrema cuando lo conseguimos. La misión de todos los humanos es abrazar este árbol interno.
Julia Butterfly Hill todavía no sabe cual es su deseo para el 2014, pero seguro que más allá de los proyectos y convicciones que pueda tener sabrá adentrarse en su mundo interior destinado a amar. Como lleva lustros haciendo sigue hablando cerca del corazón de las personas para conectarlas con el planeta. A veces, parte de nuestros problemas “vitales” no son más que una advertencia para que hablemos también a nuestro propio corazón. No es fácil dejar de buscar fuera la felicidad y extraerla cubo a cubo, como quien sube el agua de un pozo profundo, hasta que esta felicidad interna sacíe nuestro corazón de pura vida.
Cada uno traza el dibujo de su vida a menudo más influenciado por el entorno que por los mensajes de nuestro corazón. Demasiado a menudo, el ruido, las palabras, la música, las luchas que nos rodean, nos absorben y nos impide escuchar la tenue voz que emana de nuestra consciencia. Tener el valor para apagar este ruido social, mediático, familiar, es la clave para retornar al regazo universal que nos da el aliento de la verdadera felicidad.
Respira con árboles
Julia Butterfly Hill cumplió 40 años. “Estoy empezando de nuevo... de nuevo. Al parecer, yo soy la mariposa que vuelve a entrar en el capullo de vez en cuando. Estoy licuada una vez más. Y antes de que te crees que eres oh!, tan divertida y original... sí , no es más que la crisis de la mediana edad tantas veces oída”. Empezar de nuevo no es volver a tomar las mismas herramientas para los mismos trabajos, sino sentarse en silencio -día tras día- hasta que del silencio lleguen a nuestros oídos las palabras sabias que brotan de nuestro corazón a cada instante. Y en este silencio se dibuja una nueva vida más consciente, no para empezar de nuevo, sino para emocionarse y servir a la Vida, que al fin y al cabo es nuestra misión como seres humanos conscientes.
Julia Butterfly Hill cumplió 40 años. Quizás ahora más que nunca debemos recordarte tus propias palabras cuando estabas acurrucada con Luna: “hay que saberse tomar tiempo para recordar cómo es la respiración”. Todos necesitamos tomar no sólo un respiro, sino convertir la respiración en un acto casi meditativo de pulsación como lo hace el Universo. Cuando sincronizamos nuestra humilde coraza biológica con los pulsos de la Madre Naturaleza, entonces bebemos el Amor directamente de la fuente y este Amor incondicional nos llena lo suficiente para que ninguna circunstancia externa nos quite nuestra felicidad. El mejor aniversario es aquel en el cuál sabemos encontrar la esencia de nosotros mismos más allá de las ilusiones de cada día.
Cada cual en su árbol
Algunos caminos se cruzan, y mientras la heroína de las secuoyas celebra su particular 2014, otros hacemos lo mismo tras 20 años de bregar a favor de la Tierra poniendo todo el esfuerzo del que uno es capaz. Cada vez somos más, millones de personas que en silencio y repartidas por todo el planeta ponemos nuestra existencia a favor de la Tierra. Cuando se brega nunca es en vano. Pero, a veces, hay que saber dejar el personaje individual que somos para encontrar la verdadera naturaleza que nos hace únicos cuando somos parte del Todo.
Cada uno tiene que escalar su propio árbol. El año en que nacía Julia yo estaba profundamente ligado a los árboles. El legado de Julia está ya en la memoria de los árboles del planeta.
No es fácil desapegarse de tanto esfuerzo, de tantos éxitos o fracasos, de tantas convicciones o frustraciones, de tantos proyectos. Pero más allá de ellos, lo realmente verdadero es la poesía silenciosa que a cada minuto, a cada hora, por veinticuatro horas y por trescientos sesenta y cinco días no dejamos que se apague ni por razones familiares, sociales o laborales.
El Legado de Luna es una historia épica, pero no más que la de muchas otras mujeres y hombres del pasado y del futuro. Por esto, cuando protagonizamos una heroicidad por accidente, por circunstancias, por convicciones, ésta no puede secuestrarnos. No es fácil volver a la humildad de simplemente ser coherentes con nuestro corazón. El corazón es igual para todos los seres vivos.
La Madre Tierra nunca deja a sus hijos sin acunar, tan sólo debemos dejar que el susurro de los sonidos de la naturaleza inunde nuestro ser, como cuando, sedientos, dejamos que la Luna nos refleje su felicidad del momento siendo un reflejo del Sol.
Vivir conscientemente, en el ahora, sin apegos, escuchando nuestro corazón, puede exigirnos una vida entera. Por eso 40 años y el físico que los contiene no son más que un instante efímero de un Universo glorioso cuando éste se expresa desde nuestro Amor.
Feliz cumpleaños los próximos días de todo el 2014
¡¡Feliz aniversario Julia!! Que cada día de este 2014, y de los que le sigan, sea un motivo para celebrar la Existencia y que tu corazón encuentre la Luz, la Vida y el Amor que un día te acompañó en Luna. Ya no es hora de que sigas siendo el testimonio de una forma de lucha, sino del compromiso de amor que te llevó al regazo de tu secuoya.
Luna seguirá viviendo cuando tus cenizas sean esparcidas entre sus raíces, pero su savia y tu sangre permanecerán unidas para siempre.
Seguro que recuerdas a cada momento que tu Amor es eterno y que la mariposa, esta mariposa que llevas en ti, más que volver a su capullo, sabrá detenerse en la flor que siempre le ha dado su mejor néctar. Con los mejores deseos…
De un ecologista en los bosques mediterráneos...