Barcelona, plaza de Sant Jaume, 12 horas. Una manifestación del
trabajadores de la automoción clama a gritos por sus derechos delante
del Palau de la Generalitat. En el mismo momento, pero enfrente,
otro grupo de personas se iban concentrando en la puerta del
Ajuntament de la ciudad, también vinculados con el transporte, pero en
este caso usuarios de un vehículo limpio y sostenible: la bicicleta.
Los asistentes al acto llegaban en su mayoría sobre dos ruedas. Entre
ellos se distinguía a los 7 ciudadan@s ciclistas, ciertamente
afortunados y que van protagonizar este acto singular para
dar una nueva y larga vida a la bici. Todos expresan en sus caras la
ilusión de quien tiene el privilegio de participar en la celebración de
la unión entre doña Bici, y uno de los inventos más fascinantes habidos
en el mundo en relación con el pedaleo, don Rotor.
Ayer las organizaciones responsables en una rueda de prensa
contaron con todo lujo de detalles la historia de amor que
´tuvo como resultado el parto de Rotor y la otra que desembocó
en el enlace de 7 Bicicletas urbanas barcelonesas con siete
Rotors. Sin duda, este es el primer real enlace del siglo XXI para
elevar a lo divino a la máquina más verde de las que circulan por la
ciudad. Los medios de comunicación no han faltado a su cita y varias de
las novias mecánicas con sus respectivos han posado sin titubeos.
¡¡Rotor
se ha casado hoy en BCN con la Bici urbana!! Las autoridades Asisten
a este real enlace con la compañía de los padres, amigos y
simpatizantes. Por parte del novio tecnológico Rotor la pareja que le
dió vida no podía sino reflejar su felicidad y han comentando las
excelencias que seguro van a dar sus 7 hijos a las 7 novias urbanas,
todas ellas bicicletas bien adaptadas al asfalto callejero y a la
vivienda prieta. Las 7 parejas rebosaban de alegría por estrenar esta
nueva vida en el marco de los actos que se organizan con motivo
del Día de la Tierra. Y como ocurre en estos festejos, las 7
bicis lucían sus mejores galas y daba gusto verlas de
radiantes que estaban.
Los representantes municipales para bendecir el enlace, denominado BCN +B con Rotor han
sido la 3ª Teniente Alcalde de la ciudad, Imma Maiol y el
concejal Ricard Martínez. Megáfono en mano, ha iniciado la
ceremonia el presidente de la Fundación Tierra. A esta
organización, practicante de lo pequeño que siempre es hermoso, se le
debe el que haya juntado a las siete hermanas con los 7 novios. De
testigos no han faltado. Desde la radiante bicicletera Diana en
representación del Bicicleta Club de Catalunya, a los distinguidos activistas unidos de Amics de la Bici. Tampoco han faltado el representante de la salud técnica de las parejas, Miguel de espaibici. Aunque
no he visto saltar ninguna lágrima, si he percibido algunas hondas
emociones. Vaya, lo normal en este tipo de enlaces. No todo los
días se unen fielmente una tecnología innovadora con una
maquina casi perfecta.
El idilio ha llegado casi como por sorpresa, aunque
llevaba tiempo gestándose. El interés entre ambas partes surgió después
de la lectura de una noticia en la prensa, donde se comentaba el genial
parto de un inventor malagueño, Pablo Carrasco, y su enlace por amistad
e ilusiones con Ignacio Estellés, quien fundaron la
familia Rotor Componentes Tecnológicos. El largo proceso de formación
del rodado ingenio finalmente recibió el nombre Rotor, pues en lugar de
salirles como un plato bicicletero más bien se les pareció al rotor de
un helicóptero. En fin, la familia estaba contenta y por aquel
entonces, en plena emoción, poco podían imaginar que aquellas piezas y
bielas de metal e ingenio humano les depararían mucho esfuerzo y
riesgos, pero también seguras alegrías. Vamos, lo que se espera
siempre de todo lo que se quiere y tiene.
A medida que crecían los Rotor's, empezaron a causar
sensación social y a ser portada en diversos medios, pero la que
estoy seguro que a algunos causo gran emoción y altas dosis de ilusión
fue la de una modesta publicación dirigida
a maestros y gestada en el laboratorio de ideas sencillas de la
Fundación Terra. En ella se recogía la experiencia de la didáctica de
la asignatura de física por parte de un profesor que un buen día
se subió al estrado con una bicicleta y con ella dió todo el curso de
física. En este cuadernillo se recuperaba un trabajo de amor a la
bicicleta y en su puesta al día se colaron las excelencias
del Rotor y lo fantástico que podía ser para las relaciones de las
bicicletas del siglo XXI.
Puestos en contacto con
los padres del invento, estos no tardaron en enviar por correo las
fotos e imágenes más bellas del tecnoahijado, junto a su cartilla de
identificación y todos los datos para valorarlo mejor. Al momento y sin
dudarlo, uno de los cuidadores de bicicletas quedó fascinado por
la belleza de Rotor y lo llamó el mayor avance para la bicicleta
tras un siglo de vida. Desde aquel día y en la emocionante relación
generada entre las partes, ya nada seria igual.
Quedó siempre el
gusanillo lógico en toda relación de saber cómo podrían ser las
virtudes si se casaran a los hijos Rotor con las amadas Bicicletas. Y
como todo enamoramiento, la más osada de las partes ideó una estrategia
para no fallar en el intento. Una carta primero y una llamada
telefónica después fue suficiente para que los padres de Rotor
atendieran a la petición. ¡¡Aceptamos¡¡ dijeron, y entregamos siete
de nuestros hijos a siete bicicletas, la mayoría plegables, todas
urbanas, joviales y residentes en Barcelona.
Ante la emoción, la parte más afortunada no tardó casi nada en
organizar a toda la familia para que tan ilustre enlace tuviese la
mejor acogida. Y todos, con subidos ánimos, confirmaron su compromiso
de recorrer, sumando distancias, más de 5.000 km por el asfalto urbano
durante un mínimo de un año en su ciudad más rodada, Barcelona. Todo
por el invento y por la más bella máquina jamás salida de un parto
mecánico.
Hoy, día del enlace, hasta Lorenzo estaba presente con una inusitada
fuerza sobre un cielo azul impactante. Después de una vuelta en tan
simbólica plaza y sin arroz vertido, pero si un montón de vítores y
aplausos, las siete bicis con sus siete rotors y el más
animoso de los cortejos, más de 20 biciclistas, han
puesto rumbo al banquete de celebración que estaba preparado en
la emotiva y militante Fira per la Terra, situada en uno de los más verdes espacios de la ciudad, el Parc de Ciutadella. Allá, después de una frugal chistorrada solar, el padre del invento ha contado a sus tecnonuer@s, los secretos e intimidades de Rotor. Y
ha conseguido emocionar más todavía, sobre todo al mostrar como y lo
bien que trabajan sus protegidos. Una foto de familia, besos y abrazos,
y todos los asistentes han partido por sus diversos rumbos, sabedores
de que entre todos harán muchos más de los kilómetros hablados y de que
durante un año celebraran encuentros para comentar las sensaciones y
experiencias de su nueva tecnorelación. Todo un lujo donde
no faltarán los pormenores de la prensa del corazón del mundo de
la bicicleta.
Deciros que una de esas siete parejas rotorizadas ha sido mi
bici y como tutor me he comprometido a velar por el bien de la nueva
pareja. Ella es una bella Dahon Boardwalk 6 con un imponente Rotor RCK
que no dudeis que vivirán felices por muchos años y que sus andaduras
superarán los mil kilómetros y su felicidad será ejemplo para
otras bellas y no menos esforzadas bicis urbanas. De como
avanza, se pedalea y se vive la intensa relación entre los tres, y
entre todas las demas parejas, ya daré noticias.
Durante la noche de la boda seguro que todos han dormido de un
tirón. Y durante la luna de miel y el año de convivencia, de una cosa
estoy seguro y es que la vida de 7 ciclistas urbanos y sobre todo su
pedaleo, ya nunca serán lo mismo. Rotor y la bicicleta urbana van a
contribuir, sin duda, a mejorar la salud de los usuarios de
la bici urbana y a aportar su grano en el montón de arena que hay
que conseguir para dignificar hasta el limite la movilidad más
sostenible y ecológica.
¡¡ Felicidades y un brindis por las nuevas parejas bicirotantes y sostenibles ¡¡ |