Ser ecologista en general conlleva asumir que a todo hay que ponerle algo más de energía. Bueno, eso, al menos en nuestro país. Por ejemplo, para ir a comprar productos ecológicos, uno puede ser de alguna cooperativa de consumo y eso lo facilita. También hay muchos otros productos que hay que perseguir en la tienda adecuada. Hoy en ciudades como Barcelona, hay cada vez una mayor oferta de tiendas de alimentación ecológica y supermercados bio. Eso da pues alegría a quien, aunque pague más, obtiene una calidad que no daña el medio ambiente. Pero, también es cierto que uno no puede ser un inocente ecologista al que le engatusan con sólo ponerle el logo del CCPAE u otro distintivo tipo eco.
Pérdida de marcas de calidad
A veces la inocencia se pierde de la forma más inusual al observar que en el negocio BIO se aplican presuntamente los mismos conceptos que en las grandes superficies convencionales. No voy a entrar en detalles, pero hay algunas reflexiones a considerar más allá de comprar BIO.
Algunos de los productos de esta conocida marca de higiene femenina ninguneados por un supermercado bio en Barcelona.
En fin, estaba yo acostumbrado a entrar a uno de los establecimientos de Veritas en Barcelona para comprar, entre otros, productos de higiene femenina de la marca Natracare cuando descubro que han desaparecido y hay otra marca. Pregunto a los empleados y me confirman que la han retirado. No doy crédito. Inicialmente pienso que esta empresa ha desaparecido, pero no. Natracare está bien activa. No es la primera vez que me encuentro que desaparecen productos de alguna empresa en esta cadena de supermercados eco. Así que empecé a observar y la realidad es que hay más marcas que han desaparecido incomprensiblemente, -y que no entraremos a detallar.
Aumento productos con marca blanca
Otra de las tácticas que impone la gran distribución son las llamadas marcas blancas, en las que los fabricantes etiquetan como si fuera el distribuidor el que fabrica el producto. Ésta es la mejor forma de perder la trazabilidad de los productos y una de las vías para colocar gato por liebre, si por razones de precio hay que competir contra los propios fabricantes. El debate de las marcas blancas no es fácil, pero desconocer el fabricante nos aleja de los principios y compromisos de calidad. Curiosamente, el consumidor habitualmente no se fija en estos detalles y mira simplemente el precio. Esta táctica también se está imponiendo a marchas forzadas en los supermercados ecológicos de Veritas, lo cual no es raro pues sus directivos están ligados a la gran distribución y algunas de las estrategias habituales se les deben pegar.
Los productos de marca blanca se imponen en los supers de Veritas igual como hacen las distribuidores convencionales.
Bajos salarios de los trabajadores
Cuando entramos en un supermercado BIO vamos directos a los lineales para buscar lo que necesitamos. El precio es lo determinante y poco más, ya que la calidad la damos por sentada. Pero si se entra en un supermercado bio es también porque uno tiene valores éticos y debería fijarse en otros aspectos. Quizás algunas personas hayan observado el incremento entre los empleados de los súper bio de personas de otros continentes. Esto empezó hace tiempo en la gran distribución, pues es una forma de pagar salarios más bajos. Además, las tipologías de contratos son auténticas basuras. Estas tácticas también se están implantando en los supermercados bio de la cadena Veritas. De momento, lo hacen con algo de disimulo, pero parece que es cada vez con más frecuencia.
Finalmente, está el sagrado tema del salario del cual nadie habla. Pues bien, interesándome por el tema, he llegado a saber que una persona encargada de tienda de Veritas puede cobrar menos de mil euros mensuales por jornadas de más de cuarenta horas la semana. Las cajeras que también realizan tareas de aprovisionamiento y atención al cliente, el sueldo es todavía es menor. Pero, en cambio, nosotros buscamos el precio. Lógicamente, en las empresas de este país no explotan a niños o niñas, pero la distribución de productos BIO tendría que tener también una ética laboral diferenciándose de la del resto de los supermercados convencionales y pagar sueldos más decentes.
Falta de ecología en los establecimientos
Otro aspecto a considerar de los establecimientos BIO es cómo se aplican en cuanto a ahorro y eficiencia energética y uso de materiales reciclables, minimización de envases, recogida selectiva de residuos, etc. En esto también se pueden hacer muchas observaciones que cualquiera puede comprobar. Incluso en establecimientos recién estrenados, estos criterios ecológicos antes mencionados brillan por su ausencia. En fin, antes la prioridad era buscar productos BIO y la aparición de algunos establecimientos especializados en alimentació biológica y productos ecológicos parecía que era la solución. Pero de momento, la evolución que experimenta la cadenas Veritas sigue la estela de cualquier distribuidora convencional, -de productos poco convencionales, eso sí. Una verdadera lástima. El consumidor de productos ecológicos también debería estar atento a los aspectos medioambientales de los establecimientos donde compra.
Un supermercado bio en un pequeño pueblo de Alemania. No hay comparación posible ni con los de las grandes capitales en España.
Basta ir a Alemania para que en un pueblucho, -con todo el cariño-, no sólo disponen de un supermercado BIO, sino que éste incorpora precios más bajos que aquí y criterios de arquitectura ecológica. Definitivamente, Spain is different. Por cierto, que la cancillera alemana Merkel ya ha anunciado su presencia en la mayor feria europea de bicicletas que se celebra en el continente en Friedrichshafen a finales del próximo agosto. El presidente del Gobierno español, ni sabe que la industria ciclista de este país sobrevive porque vende fuera y se dedica a imaginar cómo joder más para que el uso de la bicicleta urbana vaya a menos (como plantear la obligación del casco en calles urbanas). Y por supuesto ningún apoyo a estas empresas sostenibles.