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Retratando la sosteniblidad activa
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Me
alegré mucho ayer cuando Vicent, un buen amigo del ramo de la
construcción sostenible, que es arquitecto técnico en continua búsqueda
de conocimiento para hacer su trabajo lo mejor posible que ya es mucho.
Lo dicho, que me alegré cuando me llamó por teléfono para comunicarme
que había llegado sin problemas a su casa, en Montmeló, a 40 km del
lugar donde nos despedimos, el portón de la sede de la Fundación
Tierra, en plena Barcelona.
Ayer su viaje fue especial, digamos que un viaje épico sin CO2. Usó la combinación del tren y de su flamante bicicleta plegable Brompton.
Sin embargo, lo destacable de este viaje y por lo que de virtuoso tenía
en cuanto a los menesteres sostenibles cotidianos es que transportó dos
máquinas energéticas de primer nivel y máxima modernidad ecológica. La
mercancía era nada menos que 19 kg por unidad, 38 kg, en dos
cajas planas hechas como a medida para que pudieran colocarse perfecta
y equilibradamente sobre su frágil, en apariencia, máquina verde
rodante.
Vicent adquirió ayer dos cocinas solares parabólicas Ksol 14
que ya de por sí son todo un acontecimiento del vivir sin ensuciar tanto
el ambiente. Pero lo que suma y sigue es que ahorró un porte, la
contaminación de un coche y ganó en felicidad ambiental al unir su bici
con el tren y la más sabrosa máquina solar del mundo.
Como
individuo, dado a la perspectiva y ágil con las medidas numéricas,
calculó el modo de colocar las cajas sobre la estructura de su bici. Y
amigos, quedaron al dedillo; las Brompton son bicicletas plegables que
tienen un plegado de la rueda trasera inmediato y muy sexi, en esta
posición reposan sobre dos ruedecillas de arrastre que la equilibran
en la vertical. Fue precisamente en sus soportes donde los 3 cm
de grueso de la caja de cada cocina se posaron perfectos, ni hechos a
medida.
Como Vicent también es un papá enrollaete, colocó en
sus bicis (pues resulta que la mamá también es enrollaeta y tiene su
bici plegable) la sillita genial ITCHAIR,
un diseño supremo para las Brompton que permite llevar en este tipo de
bici a los más pequeños disfrutando estos de la perspectiva directa del
ciclista. Pues bien, los dos reposapiés de la sillita fueron la clave,
abiertos hicieron de base superior perfecta para el apoyo de las cajas,
cada una a una lado y cogidas a la estructura con unos eficaces pulpos
elásticos.
Aprovecho para hacerte saber de un artículo excelente sobre como llevar a los pequeños en bici, sistemas, trailers, sillitas, una gozada.
Tuve
el privilegio de colaborar en el montaje y no pude resistirme a
retratar el momento, que puede parecer poco trascendente ante los
fregaos que nos envuelven en este invierno que más bien parece
primavera, en esta sequía suprema que ni a lo mejor salvaremos con
danzas de la lluvia, en este stress positivo ante la locura climática
que hemos acelerao, ...pero amigo/a, los pequeños gestos son poderosos
y ayer encontré satisfacción de la buena.
Y debo decir que como
casi un amante imposible de la bicicleta, en sentido biológico, y
absolutamente salido por las cocinas solares, ver aquella estampa
activa de una buen amigo, una buena bicicleta y dos cajas contenedoras
de tecnología limpia y suprema me emocionaron de verdad. Al ver
alejarse a Vicent con su preciada carga noté como se acercaba un sentir
de confianza en todos los actos cotidianos que mirados con aprecio
tienen una potencia extraordinaria.
La confirmación de que la
aventura de trasladar y subir más de 50 kg al tren y llegar sin
ninguna alteración a su casa fue una llamada inesperada al mismo tiempo
que cargada de sentimiento. Él lo había disfrutado, y yo, como que más.
Y es que todos y cada uno somos la solución a los cambios, ya sean climáticos, mentales o inesperados.
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