Viajar en una habitación con dos camas, en litera del Talgo Tren
Hotel, que une Barcelona con Málaga es de lo más recomendable, todo un
lujo de la movilidad más sostenible: dormir desplazándose y despertar
poco antes del destino. Al igual que en un hotel de los cogidos a
la tierra, en el departamento tienes de todo menos WC, aunque para
aguas menores esta solucionado el tema. Hasta tienes a tu disposición
un mini equipo de costura, por si el botón del pantalón o de la camisa
llega a su fin en su apretada cogida.
El traqueteo del tren, que
aumenta o se suaviza en relación al estado de las vías y cruces, es en
ocasiones como una mecedora relajante. Media hora antes de llegar al
destino, el atento interventor te devuelve el billete después de
pegarte un toque de diana no guerrera. Ya me dirán ustedes si no es un
placer hacerse relajadamente, digamos que 800 km, sin tirar C02
personal pero si algo colectivo, sin casi arriesgar la vida,
compartiendo las buenas noches y los buenos días, y hasta como hoy que
incluso alguna almohada ha volado como arma arrojadiza nada peligrosa.
Y
es que viajar en tren puede ser un placer ininterrumpido, dependiendo
de la disposición del pasajero, de la buena lectura que tenga pendiente
y de la compañía elegida.
07:30, estación de Moreda, antaño
dicen los del lugar, una de las más importantes de la región y hoy con
peligro de cierre que afortunadamente nunca llega. Cada vez que me bajo
o cojo un tren en ella contribuyo a la estadística de usuarios. Un silo
enorme de cereal y numerosas construcciones sin uso denotan que aquí
hubo trasiego intenso. Cuatro kilómetros nos separan de Huélago, uno de
esos pueblos para vivir con calma y sosiego. Desde un puentecillo
elevado sobre el tren el conductor del Talgo nos lanza pitido y saludo
que es correspondido.
Para un chaval que lleva algunos años
viviendo en ciudad de edificios altos, encontrarse con el sol ya
levantado y enormes campos de cereal y girasoles que tapizan la vista
hasta solo algunas laderas de pequeñas serraladas, ha sido una grata
sorpresa. Hemos comentando que aunque parezca que no hay muchos
animales por la zona, numerosas huellas sobre la arena polvorosa del
camino, nunca he observado tantas juntas, delatan que aquí y
quizás con la fresca y la nocturnidad veraniega la vida bulle entre
igual cientos de especies entre multitud de aves, algunas serpientes y
ágiles zorros, conejos, liebres y comadrejas y casi seguro que cientos
de especies de insectos. Las señales de la vida en estas tierras de
secano, algunos de sus sonidos y el peculiar olor a tierra caliente han
hecho del trayecto una experiencia intensa y agradable.
Huélago
tiene unos 800 habitantes, una alta tasa de paro, muy pocas
posibilidades de nuevas actividades económicas, una población de edad
avanzada, poca agua, pero el más limpio de los cielos que he visto en
mi vida. Uno de los aires más saludables que me han ventilado y en sus
vistas, aunque está situado el pueblo en una zona de valle, se pueden
otear el Mulhacén, presidiendo la enorme y aplacible Sierra Nevada.
En
la casa familiar disponen de una cocina solar parabólica SKM, la
antecesora de la KSol, y por cierto, está más que amortizada, cuando no
están asando, están cociendo o elaborando conservas al baño María, y es
que sol, aquí casi nunca falta. Son de alta apreciación las
invitaciones que hace mi familia para zaparse generosas ollas de
patatas cocidas con el sol que llega al lugar.
Nosotros y cumpliendo con el plan vacacional cultural y sostenible
hemos emprendido la dulce tarea de elaborar magdalenas con el sol y
buenos ingredientes, según receta de Maia, de las que aun me llegan
aromas del Encuentro Solar del mes pasado. Pau se ha esmerado en el
batido, mezcla y relleno de moldes con los ingredientes: 4 huevos,
200 gramos de harina, 200 gramos de panela (lo mejor de la caña de
azúcar), 1 sobrecillo de levadura, y medio vaso de aceite de oliva, más
la ralladura de un limón, todo menos los huevos procedentes de la
agricultura sin venenos. Primero se baten los huevos, luego se añade la
canela y se diluye, después se añade el aceite y a continuación se va
incorporando la harina al mismo tiempo de que se mezcla. Se le añade la
levadura y la ralladura del limón y al rato listo. Una masa homogénea y
sin grumos está lista para ir depositándose con una cuchara. Hemos
utilizado moldes de papel colocando dos a la vez para que la masa no se
expandiera mucho. El resultado ha sido excepcional y las gentes del
pueblo se han encontrando con la novedad culinaria del año. Pau que
conoce poco pero ya suficiente la cocción solar andaba dando
indicaciones sobre el funcionamiento de la cocina solar a los
interesados y percibida la recepción que han tenido nuestras especiales
magdalenas hasta me ha propuesto de montar un negocio para la venta
callejera. Le he dicho que pienso en ello y que lo que tenemos que
hacer antes en afinar en las recetas, el punto de cocción y en como
seducir a los clientes que al principio serán los amigos, después igual
todo vendrá rodado. Ha sido tan agradable y enriquecedor para ambos
compartir el día entorno a la receta, la elaboración y la cocción
limpia y solar que nos ha sabido a gloria la primera cata. Y es
que el empleo de las energìas renovables y las buenas energías humanas
sólo aportan satisfacciones. Quien sabe, igual a Pau hoy le ha quedado
un poco más claro que es un miembro activo de la esperanzaora
generación solar. Poner un toque dulce a nuestras vacaciones ruteras ha
estado como muy bien.
Una tortilla de patatas con verduras nos
ha apañao la cena, preparada con el gas butano y la más alta dosis de
amor posible por parte de la abuela, vamos, el que escribe solo cree
que se puede superar cuando se elabore con la cocina solar. Y ante eso
la abuela me responde ¡¡ que te crees tú, ya las ha habido
¡¡, oleeé.
La caída del sol trae la fresca al lugar y las gentes
sacan sus sillas a la calle y comienzan unas horas de relajo e
intercambio de noticias, que son de lo mejor para ir preparando el
sueño. La TV, mucho menos encendida que en otros entornos, aquí no
tiene muchos seguidores cuando hace buen tiempo y el sol anda alegrando
el mundo en el otras latitudes. |