Sobre el porqué un ecologista apóstata de la fe católica, te lo cuento mas abajo.

No me acuerdo nada, ni siquiera hay una foto, de cuando mis padres me llevaron, sin mi consentimiento, lógicamente, a ser bautizado bajo la fe católica. Por aquel entonces rondaba los 2 meses de pululeo por la vida. Más adelante, leves son los recuerdos de asistir, cogido de la mano de mis progenitores y sorprendido por las fascinantes y sonoras campanas a algún bautizo de otros, a alguna comunión de otros tantos o a alguna boda familiar. Llegada la primera decena de años, recuerdo sólo de la comunión, aprenderme el catecismo, cuyo contenido no recuerdo que recordara al poco del trance. Lo que me quedó más marcado de aquel luminoso día, y es que hacia un sol primaveral especial, fue darme cuenta de mi condición de hijo de kurrante honesto. No entendí bien porque el banquete no era en un restaurante, después del esfuerzo un premio pomposo era merecido. Las buenas dotes culinarias de mi madre, la mesa del comedor con la ampliación y no más de 10 familiares cercanos y 2 hermanos nos pusimos las botas en el restaurante más valioso que he disfrutao durante tantos años, de nombre Gran Mama.

Cayeron algunas visitas a lugares de culto y ya antes de volver a vestirme de uniforme fusil en mano y jurar por dios y por la patria no sé que, lo de la fe a mi no me cuadraba.
Desde aquel entonces y después de compartir amistades inolvidables con gentes de mentes elaboradas desde la libertad de pensamiento, la fe sólo se me ha conservado para agradecer al azar cósmico, el personal viaje biológico por la vida que me tocó, y que espero seguir dándome, durante el tiempo que me toque hacerlo. 
Y llevaba años queriendo poner orden en eso de una fidelidad sólo estadística de la que he formado parte hasta hace poco. No procedía que yo fuese considerado fiel de la Iglesia Católica por el hecho de haber sido bautizado sin mi consentimiento y menos en un club donde no me han preguntado nunca mi parecer al respecto de mi forma de entender el hecho religioso. Mientras, la Iglesia Catolica ha obtenido gracias a mi indiferencia, un minimo pero contable balance de ventajas sociales. Llevo más de media vida siendo único propietario de mi libertad de conciencia sin necesidad de dogma religioso alguno. Hace unos días recibí la confirmación de mi baja como católico. Hace unos días soy un apostata y hace unos días reforcé mi respeto hacia las personas que no piensan y no sienten la magia de la vida como la siento y la vivo yo.
Se puede ser ecologista y fiel a cualquier religión, o buscar la dicha sin dogma o mejor trabajar por el máximo volumen de felicidad global de una especie sorprendente.

Soy ecologista y fiel a la divinidad de un planeta cargado de diversidad de formas, sentires, milagros acuáticos y energéticos, esencias recombinantes de mucho elemento orgánico e inorgánico, fiel al respeto a millones de otras especies dominadas por la mía, fiel y devoto agradecido al milagro de los flujos energéticos y químicos reguladores de una ecoesfera equilibrada para que yo y 6400 millones de miembros de la misma especie podamos respirar, nutrirnos e incluso amarnos, los unos a los otros.

Apostatar de lo que no te sirve para nada, sirve para poco, pero ese poco es suficiente para notar la libertad de conciencia más integra y coherente. Esto se dice del acto comentado: la apostasía no es una acto ofensivo ni de desconsideración hacia nadie, ya que reconocer la condición propia, para aquellos que no comparten la fe de la Iglesia y no quieren que ésta obtenga provecho de su indiferencia, es sencillamente un acto de responsabilidad propio de un espíritu libre y comprometido.

Ha sido fácil dar el paso, te lo cuento. La declaración de apostasía contenía mis datos personales y de residencia y el nombre de la parroquia donde me llevaron mis padres, una fotocopia del DNI, junto a un modelo que carta que te enlazo, las envié por correo postal con acuse de recibo al arzobispo de la diócesis de la parroquia que me tocó. Aquí puedes localizar a la que te toca o infórmate en la Conferencia Episcopal Española  (Tel.:913 439 600). Al mes, me ha llegado respuesta oficial a mi petición y hoy ya no figuro en ningún lugar como fiel de la Iglesia Católica. Una web clave que me orientó al dedillo sobre todo el proceso y que te recomiendo que conozcas para ampliar conocimientos sobre el fregao de la apostasia es esta.

Hoy mi mente y mi libertad de conciencia se han encontrado reforzados y más unidos que nunca. Espero que no te sorprenda que un ecologista del que estas leyendo esto dedique tiempo a cerrar pequeñas cosas con las que no comulga, si lo hago es porque tengo fe en que una sociedad laica y progresista, que es respetuosa con que toda forma de pensar y sentir la fe religiosa, sea la que sea, es la única fórmula para convivir en libertad y sin opresión alguna con las convicciones personales y con el divino ejercicio del bien común, para con todos los miembros de la especie humana y de ésta con todas las demás.

Con amor a la vida y a la gran madre Gaia y con gratitud a ti por tu interés