Las bicicletas urbanas, también la de cicloturismo, se diseñan para que den el máximo rendimiento con el mínimo mantenimiento. Una de las piezas claves es el cambio de marchas. El cambio de marchas nos permite sacarle el máximo rendimiento a esta máquina perfecta que es la bicicleta que nos permite la movilidad de menor coste energético por kilómetro recorrido. Mientras que andando se consumen 0,16 MJ/viajero/km, en bicicleta son sólo 0,06 MJ/viajero/km (en un tren de cercanías son 0,35 MJ/viajero/km , en autobús 0,58 MJ/viajero/km y en coche de gasolina de potencia inferior a 1,4 l de 2,26 a 2,61 MJ/viajero/km). En fin, sobran más argumentos del porque la bicicleta es una opción fundamental para todo tipo de desplazamientos, y especialmente, en las ciudades o a distancias inferiores a 20 km.
Componentes básicos de un cambio mixto como el Dual Drive de SRAM: corona de piñones unida al buje con el cambio interno y mando de control que integra el cambio interno y los piñones.
A lomos de un cambio interno
Ya hemos comentado que los cambios internos, son la mejor opción para equipar una bicicleta por su bajo mantenimiento, son mucho más limpios y muy fiables, es muy difícil que salte la cadena, el plato, el piñón y la cadena duran hasta 10 veces más! Casi de por vida! Y el cambio interno no se rompe casi nunca (las excepciones son muy pocas) y aunque nadie se lo crea es muy fácil de ajustar.
En la circulación urbana el cambio interno añade otra funcionalidad sin igual: se puede cambiar de marcha en parado y en marcha y el cambio es instantáneo. Esta es una de las razones por las que en los países con una elevada tradición bicicletera como sistema de transporte urbano la mayor parte de las bicicletas vayan equipadas con cambios internos. Pues, aunque parezca una tontería cuando uno lo ha probado ya no hay quien te lo abandone. Sin embargo, como que no hay nada perfecto, los cambios internos tienen en su contra un desarrollo limitado que solo los hace viables en recorridos de desniveles moderados, o sea, para bicicletas urbanas o de paseo. Los cambios internos van de las 3 a las 8 marchas (Sram, Shimano, Sturmey-Archer), como novedad para el 2006 podemos destacar el cambio interno de 9 velocidades de Sram.
En otro artículo ya comentamos que las marchas en los cambios internos no equivalen a las marchas de los cambios externos, cuando en un cambio interno mueves una marcha es como si movieras 2 marchas en un cambio externo. Existen cambios de hasta 14 velocidades (Rohloff) que equivalen a un cambio de 27 velocidades externo. El escalado es totalmente progresivo, no se repite ninguna marcha, pero… es extremadamente caro. El Rohloff es un cambio fabricado íntegramente en Alemania, su nivel de calidad es elevadísimo pero no es por eso que esta tan bien valorado. El Rohloff es un cambio de marchas valido para todo tipo de usos pero donde más se puede ver es en bicicletas de viaje y urbanas de muy alta gama. En segundo lugar lo montan bicis de montaña con pedigrí e incluso se ha montado en bicicletas de Downhill y de carretera.
Al galope con un cambio externo
Los cambio externos nos permiten poder ajustar de una manera más eficaz nuestro esfuerzo al terreno o desnivel por el que circulamos, pero esto tiene un coste, el mantenimiento. Son cambios más sensibles, se desajustan más fácilmente y debido a estos desajustes es más fácil que se salga la cadena y haga ruidos de roce de cadena. Al tener mas piñones y platos hay más piezas engrasadas expuestas al polvo, al agua o a los pantalones (los que se llevan la peor parte)… La cadena, por su parte se ve obligada a trabajar en el sentido de la tracción, se desplaza lateralmente y no trabaja recta. La cadena al no trabajar recta sufre un mayor desgaste, igual que los piñones y los platos. En este sentido una cadena sobre un cambio externo puede quedar inservible entre los 1.500 y 2.000 km. Los cambios externos se han convertido en el estandard para bicicletas deportivas, de cicloturismo e hibridas.
En la búsqueda de la perfección para la bicicleta ideal es evidente que conseguir la máxima versatilidad con el mínimo de mantenimiento a un precio razonable, sólo hay un camino: la ya tradicional solución salomónica. En el caso de los cambios de marchas, la hay: los cambios mixto.
En un mando de cambio de marchas mixtos, las tres posiciones del cambio interno (subida, plano, bajada) permiten que el biciclista tenga un pedaleo muy placentero con un pinón intermedio.
Los cambios mixtos, mitad internos mitad externos.
Los cambios mixtos no son más que la combinación de cambios internos de 3 velocidades que hacen la función de los conocidos platos, mandados por 7, 8 o 9 piñones con un solo plato, o sea, capaces de montar hasta 27 velocidades con un solo plato. Desde hace años Sram lo ha comercializado con el nombre de Dual Drive (puedes descargarte el manual de montaje) y muchas marcas lo han montado en bicicletas de gamas altas urbanas y de cicloturismo. Su competidor, Shimano se ha subido al carro de los cambios mixtos con cierto retraso y no es en el 2005 que comercializa su versión de cambio mixto: el Intego. Esta decisión de un gigante en el mundo de los componentes para bicicleta es sin duda un reconocimiento a que los cambios mixtos son los cambios del siglo XXI.
La principal ventaja es que la cadena trabaja sobre un solo plato y en condiciones no extremas no sufre el estrés que afecta al cambio externo por la tensión oblicua constante de la cadena. El control de rendimiento por parte del usuario se ejerce más sobre la posición del cambio interno que no sobre la piñonera. Esto facilita no sólo una mejor mecánica de todo el sistema sino también una gran versatilidad para el arranque y tomar velocidad. A su vez, en la frenada vasta que unas milésimas de segundo antes de la frenada volvamos a la posición correspondiente al plato más pequeño en el control del cambio interno para que al volver a iniciar el pedaleo lo consigamos con el mínimo esfuerzo (imprescindible para no destrozar la musculatura) y a la vez con la capacidad para una respuesta rápida para alcanzar velocidad (opción interesante cuando uno está en la parrilla de salida frente a un semáforo en una gran ciudad.
La corona de piñones en el cambio mixto le ofrece la versatilidad típica de los cambios extenos.
Para el usuario este tipo de cambios tiene la ventaja que se controla igual que uno totalmente externo. Existen tres tipos de mandos, la joya de Sram es un monomando para la mano derecha en el que con un mando “revo” (o de puño) controlas los piñones y con un pulsador accionado solo por el dedo pulgar, controlas el cambio interno, otra opción de Sram son dos “revos”, uno para cada mano, y para el 2006 hay la posibilidad de montar los pulsadores Tigger de Sram. En cambio, en Shimano sólo tiene pulsadores con maneta de freno integrada.
Pros y contras de los cambios mixtos
Las ventajas son muchas pero para sintetizar argumentaremos que: eliminamos el desviador delantero y su mantenimiento, eliminamos las combinaciones prohibidas como plato grande y piñón grande o al revés, podemos disponer de las 27 velocidades reales, posibilidad de cambiar del hipotético plato grande al hipotético plato pequeño instantáneamente tanto en parado como en marcha. El cambio de marcha en estos dispositivos mixtos es tan cómodo que roza el vicio.
Las desventajas son pocas, pero las hay. La línea de cadena (el centrado del plato/s respeto a los piñones) debe estar muy bien ajustada ya que con un solo plato tenemos que actuar sobre 9 piñones, esto hace que la cadena oscile mucho lateralmente y si la línea de cadena no está centrada la cadena puede saltar regularmente ya que no disponemos de desviador que nos centre la cadena en el plato. Existe, sin embargo, una guía que nos centra la cadena para que no salte la cadena, va montado en el soporte del cubrecadena (otra pieza a la que no se le ha dado la importancia que se merece). Otra desventaja importante es que este tipo de cambios son una laguna para muchos bicimecánicos en nuestro país. Con lo cual es aconsejable que o uno se lo empape bien o lo adquiera en un establecimiento que tenga experiencia demostrada montándolo en bicicletas. Lógicamente, aquellos que por encima de todo valoran la ligereza: la fibra de carbono, el aluminio, el titanio, etc. pues no es recomendable, pues aunque no es pesado existen componentes más livianos. Sin embargo, el cambio de marchas mitxo no tiene rival para un arranque a toda velocidad. En menos de 15 segundos puede pasarse de 0 a 35 kmh sin tener que ponerse de pie sobre los pedales, lo cual para una bicicleta urbana es una proeza equivalente a la aceleración de 0 a 100 kmh de un deportivo como puede ser un Ferrari F355 Spider en 4,7 segundos o un Lamborghini Gallardo en 4,5 s.
Los cambios mixtos son la mejor opción para bicicletas híbridas, bicicletas urbanas que tengan que circular por desniveles muy variados y fuertes. Es un componente poco conocido en nuestro país y algo más caro que un cambio convencional externo equivalente (con un rendimiento muy parecido). Sin embargo, los amantes de la bicicleta como medio de transporte deberían pensar más en esta opción por el rendimiento y facilidad que aporta a la bicicleta. Lo que está claro es que la persona que lo prueba queda enganchado de por vida. Para la bicicleta de montaña puede ser una opción mientras no sea para los que la practican a nivel técnico ya que con un fuerte traqueteo la posibilidad de saltarse la cadena del plato aumenta y resultaría más incomodo de lo normal.
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Artículo elaborado por la redacción de terra.org con la colaboración de Espaibici. Imágenes propias.