Cada crisis no sólo trae peligros sino también oportunidades
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Cada crisis no sólo trae peligros sino también oportunidades |
Martin Luther King |
El
término de crisis está en boca de todos, la crisis económica, la crisis
de civilizaciones, la crisis política, etc. Sin embargo, el vocablo
crisis, en su significado etimológico de origen griego, responde a
“replantear la cuestión” , “puesta en marcha” y el ideograma chino que
ilustra este concepto lo componen dos figuras: peligro y oportunidad.
Una crisis debería involucrarnos para reconducir la realidad, sin
embargo, la crisis de nuestra sociedad, con la que abordamos
coloquialmente este término manifiesta más bien la incapacidad de hacer
frente a los retos que nos acompañan. La pobreza mundial, el cambio
climático no son síntomas de crisis económica o ecológica sino más bien
el resultado de la incapacidad para ser más equitativos, fraternales y
solidarios con nuestros semejantes y con nuestro entorno. Hoy una
disputa fronteriza o por recursos estratégicos es evidente que no tiene
en la guerra su mejor opción cuando en el mundo se acumula suficiente
arsenal para destruirlo varias veces. También es cierto que valoramos
lo que llamamos crisis como algo negativo cuando las situaciones
complejas o conflictos son oportunidades para cambiar. La crisis de la
adolescencia no es más que la coyuntura que nos ayuda a convertirnos en
adultos y sensatos. La creatividad es la herramienta para manejar las
crisis de la misma forma que la sabiduría y el conocimiento lo son para
progresar, o sea para ser más humanos y menos animales. A veces se habla de crisis de valores, en realidad no estamos ante una crisis de valores, sino ante una sociedad malcriada y consentida. Prueba de ello es esta creciente cultura del no más como rabietas sociales que sensata protesta. Sólo un buen entrenamiento social, una cultura democrática y un conocimiento crítico pueden convertir las crisis ecológicas, sociales, de valores, económicas, etc. en focos de atención para ser críticos con nosotros mismos. Las quejas del vecindario de Gavà por los ruidos del tráfico aéreo en el aeropuerto de Barcelona (ampliado recientemente) hay que considerarlas legítimas cuando en realidad el proyecto estaba sobre la mesa antes que se construyera el barrio hoy afectado. ¿Es legítimo que el alcalde de la población que permitió este barrio y los políticos gubernamentales que finalmente autorizaron la urbanización a sabiendas que estaba planificada la ampliación del aeropuerto queden impunes e incluso tras más de 20 años en el poder consigan nuevas prebendas? ¿Es legítimo que una infraestructura pagada con dinero colectivo se ejecute además sin los preceptivos estudios ambientales? Debemos ser conscientes que estos conflictos o crisis que impulsan determinadas protestas, en realidad se trata de un mal comportamiento social causado por fallos en la adquisición de las pautas básicas de sociabilidad, de malos hábitos sociales, en los que el papel de la autoridad responsable brilla por su ausencia, donde los afectados pueden caer en el autoritarismo enmascarado e irresponsable. Crisis es esperanza si esta nos permite dar un salto cualitativo en cada conflicto, en cada situación que requiere un replanteamiento para poder progresar y nos sumirnos en las tinieblas mentales con las que ahogamos las llamadas crisis. El principal papel del ser humano en el planeta es el de ser cooperador con sus semejantes y el entorno en lugar de simple agente destructor. Todavía estamos a tiempo para convertir los noes en sies a favor del esfuerzo para crear Vida. |
Modificado
09/02/2017