Los gobiernos latinoamericanos vuelven a apostar por los grandes proyectos hidroeléctricos con cuyos embalses se inundan territorios naturales de gran valor y se desplazan poblaciones indígenas que permanecieron en sus territorios por siglos. Y todo ello a pesar de que hay que desplazar miles de personas, que los impactos sobre la biodiversidad son de órdago, que se incrementa la deuda externa y que, además, su rentabilidad es más que dudosa. En los países latinoamericanos las posibilidades de la energía hidroeléctrica suponen un recurso fácil para alimentar a las grandes conurbaciones y centros mineros que las corporaciones energéticas españolas afincadas en el continente están impulsando.
Título original: América Sumergida. Impactos de los nuevos proyectos hidroeléctricos en Latinoamérica y el Caribe.
Autores: diversos
Coordinadores: María Fernández y Miquel Carrillo
Colección: AKaSrieneía Política Internacional, 121
Páginas: 252 con gráficos e ilustraciones
Editorial Icaria. Barcelona, 2011.
América Sumergida. Impactos de los nuevos proyectos hidroeléctricos en Latinoamérica y el Caribe es un libro de denuncia. Un libro en donde empresas como Gas Natural-Unión Fenosa en Colombia están destruyendo sus ecosistemas, con ejemplos como la descarga de 500 millones de litros de lodos sobre la cuenca del ríó Anchicayá durante 33 días y que llegó a afectar a más de tres mil personas de comunidades afrodescendientes. Pero lógicamente, no es el único caso. Casi todas las empresas energéticas españolas tienen intereses e inversiones en Latinoamérica apoyadas por bancos también españoles. El entramado pues de explotación energética en forma de proyectos de embalses tiene ya una estela de conflictos. Entre las grandes infraestructuras que desarrolla Endesa, destaca el Sistema de Interconexión Eléctrica para América Latina que supone, entre otros, la construcción de más de 1.800 km de líneas de alta tensión entre Guatemala y Panamá. Iberdrola por su parte en México es la primera empresa empresa privada en el mercado eléctrico de aquel país.
Los proyectos de grandes presas más polémicos han sido Ralco, localizado en el Alto Bío Bió (Chile) en territorio mapuche y el complejo de 5 centrales situadas en la Patagonia chilena. Y es que el 59 % de la producción eléctrica de Endesa en esta zona proviene de los embalses. Gas Natural Unión Fenosa entró en el negocio energético de México, Guatemala, Nicaragua, Panamá, Colombia y Chile comprando las empresas estatales recién privatizadas a un precio muy bajo lo que le llevó a tener beneficios récords entre 2007 y 2008.
Todo el libro es un análisis pues, de diferentes casos y proyectos hidroeléctricos en los cuales intervienen diferentes avatares que conllevan cambios estructurales en los territorios afectados por las inundaciones. Por ejemplo, el proyecto de la represa Xabalá en Guatemala con un embalse de 82 m de altura para una generación planificada de 886 GWh podría tener efectos sobre las regiones de Alta Verapaz y del Quiché. En este caso los autores formulan diferentes recomendaciones para minimizar su posible impacto y que las poblaciones locales salgan lo menos afectadas posible y participando en el mismo.
La cuestión que subyace en todos estos megaproyectos energéticos es la de quiénes son los principales beneficiarios de estas obras. A qué modelo de desarrollo o a qué intereses particulares responden una megacentral hidroeléctrica o todo un sistema de interconexión de carreteras, oleoductos y redes eléctricas. Y sí realmente están relacionados con un mayor desarrollo de la región o si responden a intereses económicos particulares. Lo cierto es que toda Latinoamérica dispone de un gran potencial de energías renovables y localmente óptimas como son los ríos, pero también el viento, el sol, la biomasa, etc. Lamentablemente, éste continente, de la mano de las grandes corporaciones energéticas españolas, está siendo ordeñado como si de su establo particular se tratara (una verguenza!).
América Sumergida es un libro de denuncia, un libro donde cada uno de los autores expone de forma ampliamente documentada la realidad de los proyectos analizados. Se describen algunos de los conflictos socioecológicos derivados de las políticas energéticas de tipo imperialista que de la mano de las empresas españolas se aplica en todo el continente. Las corporaciones argumentan que contribuyen con sus inversiones a luchar contra la pobreza y a disminuir los efectos de la escasez energética, pero sólo en el libro se relacionan más de 500 proyectos que se están preparando con consecuencias socioecológicas que son en la mayoría de ellos inaceptables, y de cuyos impactos no se salvan ni territorios declarados como reservas naturales o lugares prioritarios para la conservación.