La Situación del Mundo 2010: Cambio cultural
Es preciso un cambio que permita superar la cultura del consumismo si queremos evitar el colapso ecológico. Las claves del cambio pasan por seis agentes culturales clave: la educación, las empresas, los medios de comunicación, los gobiernos, las tradiciones y los movimientos sociales.
La situación del mundo 2010.
VERSIÓN EN CATALÁN publicada por Unescocat y Consell Assessor per al Desenvolupament Sostenible.
El informe anual del Worldwatch Institute, La Situación del Mundo 2010, publicado en castellano por el CIP-Ecosocial e Icaria editorial, concluye que sin un cambio cultural deliberado, que valore la sostenibilidad por encima del consumismo, ni el compromiso de los gobiernos, ni los avances tecnológicos serán suficientes para salvar a la Humanidad de unos riesgos ambientales y climáticos inaceptablemente peligrosos. El informe, se ha subtitulado “Del consumismo hacia la sostenibilidad” y define el “consumismo” como una tendencia cultural que conduce a la gente a buscar el sentido de su vida, la satisfacción y la aceptación a través del consumo, principalmente. Junto a los textos de los investigadores del Worldwatch Institute, la edición en castellano ofrece un apéndice exclusivo, titulado “Las claves ocultas de la sostenibilidad: transformación cultural, conciencia de especie y poder social”, cuyo autor es Víctor M. Toledo, investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México y profesor de la Universidad Internacional de Andalucía.
Mientras las culturas sigan centradas en el consumismo y en el crecimiento, el alcance de los cambios políticos y tecnológicos será limitado. Para prosperar en el futuro de forma prolongada, las sociedades humanas tendrán que cambiar su cultura, de manera que la sostenibilidad se convierta en norma y el consumo excesivo en tabú. Esta es la visión sintética según el coordinador de la edición Erik Assadourian.
En 2006 se consumieron bienes y servicios por un importe de 30,5 billones de dólares, un 28% más que 10 años antes. Este incremento del consumo ha llevado a un aumento espectacular en la extracción de recursos: actualmente en el mundo se extrae diariamente el equivalente a 112 rascacielos como el Empire State, y el consumo medio de cada americano es de 88 kilos diarios, más de lo que pesa la mayoría de la gente en Estados Unidos. El informe señala que si todo el mundo viviera así, la Tierra sólo podría mantener a 1.400 millones de personas, la quinta parte de la población actual. Los 60 autores del informe describen en 26 artículos y 23 textos de apoyo, decenas de esfuerzos innovadores y estrategias para reorientar las culturas, que van desde “dirigir la oferta de opciones” –es decir, eliminar deliberadamente determinadas opciones de la oferta con la que cuentan los consumidores–, hasta aprovechar el poder de las instituciones religiosas y los rituales para interiorizar los valores de la sostenibilidad. Entre ellos, se pueden citar algunos:
- En Italia, los menús escolares están siendo reelaborados para utilizar alimentos sanos, locales y que no dañen el medio ambiente, transformando simultáneamente las normas dietéticas infantiles.
- Carriles para bicicletas, aerogeneradores y mercados donde los agricultores venden sus productos directamente no sólo hacen más fácil vivir sosteniblemente en barrios como Vauban (Alemania), sino que hacen que resulte difícil no vivir así.
La innovación en la bicicleta constituye una de las apuestas más sólidas para avanzar hacia una sociedad sostenible.
- El director ejecutivo de Interface Corporation, Ray Anderson, ha radicalizado la cultura empresarial de Estados Unidos, poniendo como objetivo no extraer de la Tierra nada que ésta no pueda regenerar.
- Los derechos de la Pachamama (la Madre Tierra) han sido incluidos en la nueva Constitución de Ecuador.
Este informe revisa las instituciones que conforman los sistemas culturales. En el cambio cultural hacia el consumismo, las empresas han desempeñado un papel primordial, haciendo que cada vez parezca más “natural” utilizar toda una gama de productos que consumen gran cantidad de recursos, como el agua embotellada, la comida rápida, los coches, los artículos de papel de usar y tirar e incluso los animales de compañía. También los gobiernos han fomentado el consumismo como eje de sus políticas, transformándolo con frecuencia en sinónimo de bienestar y creación de empleo. A medida que se aceleraba la recesión en 2009, los gobiernos de los países ricos inyectaron 2,8 billones de dólares en las economías nacionales para estimular el crecimiento, pero sólo un pequeño porcentaje de estas inversiones se destinó a iniciativas ecológicas.
En la actualidad, se precisa un cambio deliberado, que ya está echando raíces gracias a una serie de pioneros culturales. Los mismos que están empezando a utilizar seis instituciones muy influyentes culturalmente: la educación, las empresas, los medios de comunicación, los gobiernos, las tradiciones y los movimientos sociales, para reorientar las culturas de todo el mundo hacia la sostenibilidad. Las palabras del presidente del Instituto Worldwatch, Christopher Flavin, apuntan la posibilidad de que la actual crisis pueda ser un punto de inflexión que cambie el rumbo emprendido en los últimos siglos: “Se nos presenta ahora una oportunidad sin precedentes para renunciar al consumismo, a medida que el mundo se recupera de la crisis económica global más grave desde la Gran Depresión. El instinto humano de supervivencia tendrá que triunfar finalmente sobre el impulso de consumir a cualquier precio”.
Apéndice exclusivo de la edición en castellano
Como viene siendo habitual en la edición en castellano que coeditan CIP-Ecosocial e Icaria, La Situación del Mundo 2010 incluye un apéndice exclusivo que representa una aportación original de esta edición y refleja la colaboración de un autor elegido por CIP-Ecosocial en relación con la temática abordada en la edición original en inglés. En esta ocasión, se ofrece el texto titulado “Las claves ocultas de la sostenibilidad: transformación cultural, conciencia de especie y poder social”, de Víctor M. Toledo, Investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México y profesor de la Universidad Internacional de Andalucía.
Se nos presenta una oportunidad para salirnos del consumo sin límites de energía y recursos naturales.
A lo largo de las páginas que componen el apéndice, Víctor M. Toledo reflexiona acerca de la amenaza que se cierne cada vez con más fuerza sobre la especie humana. Esta amenaza ha sido inducida por un modelo de civilización cuya construcción, aunque se inició hace apenas tres siglos, ha provocado impactos sustanciales sobre el entorno planetario y sobre el propio individuo. En este sentido, el autor explica cómo la civilización actual ha afectado los ciclos de materia, agua y energía; ha trastocado valores casi eternos; ha transformado visiones ancestrales y dislocado las vidas cotidianas; por último, señala cómo ha creado audaces, racionales y astutos individuos, “que destrozarían al mundo si ello fuera rentable”.
Según Víctor M. Toledo, nos encontramos en un fin de época, en la fase terminal de la civilización industrial, tecnocrática y capitalista. Se vive una crisis de civilización multidimensional, pues reúne la crisis ecológica, la crisis social y la crisis individual. Apunta el autor que, en un mundo orientado por una racionalidad instrumental, materialista y tecnocrática, las soluciones a esa triple crisis se buscan por lo común en procesos de innovación tecnológica, ajustes al mercado, los productos que se consumen, los sistemas de producción, los instrumentos financieros o políticos, los medios masivos de comunicación; y muy rara vez en el individuo, en el ser y sus expresiones más cercanas, sutiles y profundas: su cultura, su comunicación, sus problemáticas, sus relaciones con él mismo y con los demás, incluidas sus maneras de organizarse y de resistir. Frente a esta orientación, Víctor M. Toledo sostiene: “Se hace preciso reorientar la creación de alternativas colocando de nuevo al individuo como el actor central de las transformaciones, como el sujeto de la historia futura”.
En su ensayo, Víctor M. Toledo realiza una exploración de lo que él define como las claves ocultas de la sostenibilidad, esas que atañen a las transformaciones culturales, la conciencia de los individuos y el poder ciudadano, dimensiones que por lo común pasan desapercibidas de los análisis y discursos sobre la crisis y cómo superarla, incluyendo los más alternativos o radicales.
Nos encontramos en un fin de época, en la fase terminal de la civilización industrial, tecnocrática y capitalista. Es preciso reorientar la creación de alternativas colocando de nuevo al individuo como el actor central de las transformaciones.
Como conclusión, el investigador expone el dilema al que se enfrentan hoy los seres humanos: continuar por un sendero que conduce al total rompimiento del equilibrio planetario, lo cual pone en peligro la supervivencia del propio ser humano, o modificar esa ruta para retomar la sensatez, la serenidad y el sentido común. Una tarea que parece descomunal y casi imposible, pero que es impostergable.
De todo lo analizado en su artículo, el autor parece extender una sutil invitación a centrar la reflexión crítica, la discusión y el debate, en el campo del empoderamiento ciudadano o social, al parecer la única vía segura de transformación del mundo moderno. Todo ello parece justificar una frase, que largamente meditada, se ha vuelto cada vez más frecuente: «si no nos es posible transformar al mundo, debemos crear uno nuevo».
Los datos más relevantes que aporta
La situación del mundo 2010
Auge y caída de la cultura consumista
- Los 500 millones de personas más ricas del mundo (aproximadamente el 7% de la población) son responsables del 50% de las emisiones de dióxido de carbono, mientras que los 3.000 millones más pobres solo emiten un 6% del total. (Página 39).
- En un escenario tendencial se prevé un aumento de las temperaturas de 4,5º C para 2100. Incluso si todos los países cumplieran sus propuestas más ambiciosas de reducción de gases de efecto invernadero, las temperaturas aumentarían 3,5º C. (Página 39).
Sólo la adopción generalizada de las energías renovables y en especial la solar fotovoltaica en el ámbito urbano puede contribuir a la autonomía energética necesaria para alcanzar una sociedad sostenible.
- Producir energía renovable suficiente para sustituir la mayor parte de la suministrada por los combustibles fósiles, requeriría instalar cada segundo 200 metros cuadrados de paneles fotovoltáicos y 100 metros cuadrados de energía térmica, y cada hora 24 aerogeneradores de 3 megawatios, constantemente durante los próximos 25 años. (Página 41).
- Un estudio ha revelado que los niños británicos eran capaces de identificar más personajes de Pokémon que especies silvestres comunes. Y una investigación sobre niños estadounidenses de dos años concluyó que aunque no conocían la letra M, muchos de ellos sí podían identificar los arcos con forma de M de los restaurantes McDonald’s. (Páginas 45-46).
- En 2006, alrededor del 83% de la población mundial tenía acceso a la televisión y un 21% tenía acceso a Internet. (Página 52).
- Dos perros, pastores alemanes, consumen en un año más recursos que un habitante medio de Bangladesh. (Página 53).
Viejas y nuevas tradiciones
Multitud de decisiones en la vida humana son producto de las tradiciones, o vienen impulsadas o reforzadas por ellas, bien sean tradiciones religiosas, rituales, tabúes culturales, o lo que la gente aprende de sus mayores y sus familias. Aprovechar estas tradiciones y reorientarlas en ocasiones para potenciar formas de vida sostenibles, podría ayudar a que las sociedades humanas contribuyesen a la recuperación de los sistemas ecológicos.
- Un 72% de los americanos afirma que las creencias religiosas desempeñan un papel “relativamente importante” en su forma de entender la gestión ambiental y el cambio climático. (Página 71).
La educación de la mujer es esencial no sólo en las políticas de población sino también por su papel en la inteligencia ecológica y emocional de la sociedad.
- Las mujeres sin estudios tienen una media de 4,5 hijos. Las que han asistido a la escuela primaria tienen una media de 3 hijos, y las que terminan un año al menos de escuela secundaria tienen una media de 1,9 hijos. Con 1-2 años de universidad, la fertilidad baja a 1,7 hijos, muy por debajo de la fertilidad "de sustitución" que mantiene estable la población. (Páginas 93-94).
- Varias de las personas más longevas del mundo consumen solo 1.800-1.900 calorías diarias, no comen alimentos procesados y apenas consumen productos animales. El americano medio consume en comparación 3.830 calorías diarias. (Página 112).
La nueva tarea de la educación: la sostenibilidad
Para lograr un cambio cultural que se aleje del consumismo, todos los aspectos de la educación —desde la hora de la comida y el recreo hasta las clases, e incluso el trayecto de la escuela a casa— deberán reorientarse hacia la sostenibilidad. Las costumbres, los valores y las preferencias se definen, en gran medida, durante la infancia. De ahí que la educación pueda tener un efecto transformador crucial para reorientar a la humanidad hacia una cultura de la sostenibilidad.
- El juego creativo y participativo, fundamental para el desarrollo de la capacidad humana de experimentar, actuar creativamente, reaccionar y diferenciarse ante el entorno, está amenazado de extinción en el siglo XXI. Una encuesta internacional realizada en 16 países reveló que sólo el 27% de los niños desarrollaban juegos imaginativos, y que sólo el 15% de las madres consideraba que el juego era esencial para la salud de sus hijos. (Página 134).
Es más fácil que un niño pueda reconocer la marca de un automóvil que no a esta bella mariposa, el pavón real (Inachis io) bien común en nuestro país.
- La industria estadounidense de marketing gasta actualmente 17.000 millones de dólares anuales en publicidad infantil, un gran aumento respecto a los 100 millones de dólares invertidos en 1983. (Página 136).
- Ver televisión es la actividad de ocio favorita de los niños en nuestros días, tanto en los países en desarrollo como en los industriales. Frente a esta tendencia, los trabajos de investigación indican que cuanto más tiempo pasan los niños pequeños delante de una pantalla, menos dedican a juegos creativos. En Estados Unidos los niños pasan más tiempo viendo la televisión que haciendo cualquier otra actividad, excepto dormir: unas 40 horas semanales fuera de la escuela. El 19% de los bebés estadounidenses de menos de un año tienen una televisión en su dormitorio. (Página 138).
- El poder de las compras públicas puede generar un servicio sostenible de comidas escolares que proporcione beneficios sociales, económicos y ambientales al tiempo que promueve una cultura de la sostenibilidad. (Página 145).
- Alrededor del 67,5% de los alimentos servidos en los comedores escolares de Roma son ecológicos, un 44% procede de cadenas de suministro "bio", dedicadas exclusivamente a productos ecológicos, un 26% son productos locales, un 14% tiene certificación de “comercio justo” y un 2% procede de cooperativas sociales, que dan trabajo a antiguos reclusos o que cultivan tierras confiscadas a la Mafia. (Página 153).
Economía y empresas: prioridades de gestión
Las empresas constituyen no sólo un elemento fundamental de la economía global, sino que son un motor destacado de las sociedades, las culturas e incluso de la imaginación humana. Y aunque hoy día están forjando una visión cultural centrada principalmente en el consumismo, ésta podría centrarse igualmente en la sostenibilidad, siempre y cuando se produzca un cambio en las prioridades de gestión.
- El Índice de Progreso Genuino (IPG), una fórmula alternativa de medición del bienestar diseñada para corregir las deficiencias del PIB (restando factores tales como los costes de la delincuencia y de la contaminación, y añadiendo otros como el valor del trabajo doméstico y voluntario), en Estados Unidos se acercó al nivel máximo per capita en 1975, cuando el PIB per capita era aproximadamente la mitad del actual. (Página 177).
Una sociedad sostenible debe acercarse a los principios de la naturaleza.
- Según un estudio del Centro de Investigaciones Económicas y Políticas, si Estados Unidos adoptase los patrones europeos de uso del tiempo, el consumo energético podría descender un 20% incluso sin cambios tecnológicos. (Página 186).
- Se estima que en 1990 cada dólar gastado en un artículo alimentario típico en Estados Unidos generaba para el agricultor unos ingresos de 40 centavos, repartiéndose el resto entre insumos y distribución. Hoy día, el agricultor o el ganadero solo percibe unos 7 centavos por cada dólar gastado en alimentos en una gran superficie, mientras que la distribución se lleva 73 centavos. (Página 223-224).
El papel de los gobiernos
En una sociedad sostenible no debería ser difícil tomar decisiones respetuosas con el medio ambiente. La alternativa sostenible, tanto en la compra de una nueva bombilla como en el diseño de una nueva urbanización debiera ser siempre por defecto la opción disponible, el camino más fácil y más natural. No obstante, los gobiernos, que promulgan las leyes, establecen las prioridades sociales y diseñan las ciudades y los pueblos donde vive la gente, desempeñarán un papel crucial en el fomento de una cultura de la sostenibilidad.
- Se prevé que la política australiana de prohibir las bombillas tradicionales incandescentes evitará las emisiones de 4 millones de toneladas anuales de gases de efecto invernadero para 2012, generando además un ahorro económico considerable. La Unión Europea está eliminando, despacio pero progresivamente, las bombillas incandescentes, que tendrán que desaparecer en 2012. (Página 231).
- El impuesto irlandés sobre bolsas de plástico para la compra ha reducido un 90% su utilización. (Página 232).
- Por cada dólar destinado a programas para mitigar el cambio climático durante el año fiscal 2010, Estados Unidos invertirá 65 dólares en gastos militares. (Página 249).
La ciudad de Barcelona envuelta en una nube de contaminación (10 diciembre 2009). La mitigación de los efectos del calentamiento global requiere de políticas contundentes para frenar el uso de los combustibles fósiles, especialmente, en la movilidad urbana.
Medios de comunicación: difundir la sostenibilidad
Los medios de comunicación pueden ser una herramienta muy eficaz para forjar una cultura, difundiendo imágenes de cómo vive la gente, transmitiendo normas sociales, modelando comportamientos, actuando como vehículo de iniciativas de marketing y distribuyendo noticias e información. Estas funciones pueden promover un patrón cultural consumista, o bien otro que cuestione el consumismo y promueva la sostenibilidad. Aunque la inmensa mayoría de los medios de comunicación refuerzan actualmente el primero de ellos —a través de la publicidad, la venta de productos y gran parte de sus contenidos— se están realizando esfuerzos en todo el mundo para aprovechar su extraordinario alcance y potencial para promover culturas sostenibles.
- El gobierno español aprobó la prohibición de los anuncios en la televisión pública a partir de 2010. (Página 285-286).
- En 2008, el gasto en publicidad en Estados Unidos superó los 271.000 millones de dólares, y los 643.000 millones en todo el mundo. (Página 288).
- Sólo 1 de cada 1.000 dólares gastados en publicidad en EEUU se invierte en anuncios de servicios públicos que promueven el bien común -y tan solo una pequeñísima proporción de éstos se invierte en mensajes sobre sostenibilidad. (Página 288).
El poder de los movimientos sociales
Los movimientos sociales han jugado a lo largo de la historia un papel importante para estimular períodos de evolución cultural rápida durante los cuales grupos amplios de personas adoptan nuevas ideas, valores y normas, que se incorporan más tarde a la cultura. Desde abolir la esclavitud y garantizar derechos civiles para todos, hasta lograr el sufragio universal para las mujeres, los movimientos sociales han reconducido de forma extraordinaria el devenir de la sociedad en un instante de la historia humana. Para que en las próximas décadas arraiguen con rapidez unas sociedades sostenibles, será preciso explotar plenamente el potencial de los movimientos sociales. En todo el mundo han surgido ya movimientos sociales y ambientales interconectados, que en circunstancias adecuadas podrían transformarse en la fuerza que necesitamos para acelerar este cambio cultural. Será importante, sin embargo, encontrar la forma de plantear las propuestas del movimiento por la sostenibilidad de manera que resulten no sólo posibles, sino atractivas.
- El americano medio trabaja 200-300 horas más al año que un europeo medio. (Página 326).
Los movimientos sociales son esenciales para que arraigue una sociedad sostenible.
- Los europeos occidentales viven actualmente más que los americanos. Además, tienen por término medio poco más de la mitad de probabilidades de padecer dolencias crónicas, como enfermedades de corazón, hipertensión y diabetes de tipo 2 pasados los 50 años. (Página 326).
- Investigadores estadounidenses han comprobado que la mortalidad descendía un 0,5% en EEUU por cada 1% de incremento del desempleo. (Página 323).
-Varios estudios recientes confirman que el impacto ecológico de las 'ecoaldeas' es sensiblemente inferior al promedio en comunidades convencionales. Un estudio de 2003 reveló que las emisiones per cápita de dos 'ecoaldeas' alemanas fueron respectivamente el 28 y el 42% de la media nacional. (Página 347).
Texto elabordo por CIP-Ecosocial, Centro de Investigación para la Paz, e Icaria Editorial
Imágenes: Fundación Tierra