Un árbol limpio de ramas y aireado es no sólo una imagen estética agradable sino un beneficio para el árbol, especialmente para los frutales y ornamentales. Una buena poda que contribuya al rejuvenecimiento del árbol tiene como regalo una cosecha de frutos sabrosos. La experiencia de muchos años practicando lo que se denomina poda suave pero de forma intuitiva me ha permitido que diversos frutales ubicados en casas amigas sean un deleite para sus propietarios por la cantidad y calidad de sus frutos. Hace diez años que un peral que por entonces tenía ya 44 años y estaba enfermo empecé a practicarle la poda suave anualmente. Al año siguiente empezó nuevamente a dar peras y así ha sido hasta la fecha. Es un árbol viejo pero desde entonces de los 20 kg de peras no baja. Es simplemente un árbol agradecido aún estando al final de su periódo vital.
El manual de poda suave de árboles frutales y ornamentales publicado por La Fertilidad de la Tierra nos explica con detalle esta técnica que no hace sino adaptarse a la fisiología del árbol y prácticamente basta con sentido común para darse cuenta como mejor airear la copa como de la misma forma que un peluquero lo haría con una caballera para que esta se mantenga hermosa. La cantidad, pero sobretodo la calidad de los frutos en un árbol depende de que estos tengan aire y luz para que respiren. Retirar las ramas enredadas, las dobles que se molestan mutuamente, las ramificaciones demasiado densas son algunos de los criterios de la poda suave. También persigue que este clareo de la copa tenga una forma estética por lo que mientras se poda un árbol es importante de vez en cuando alejarse del mismo para observar precisamente la armonía que va tomando la labor.
El árbol funciona como una red: un circuito cerrado recorrido por la savia desde las raíces y el tronco hasta la más fina brindilla. La poda suave contribuye a mantener este principio de la biología de los árboles.
El libro da consejos útiles aunque como en todas las prácticas con seres vivos es la experiencia la mejor maestra. Aunque la poda es ante todo un actividad a favor del árbol aunque esta persiga también la máxima productividad en frutos o follaje si es un árbol ornamental. Por eso no es extraño que nos advierta de algunas trampas tales como quedarse durante toda la poda dentro de la copa. Antes de empezar hay que reflexionar a pie de árbol para hacerse una idea de la intervención que intuimos. Por eso no hay que romper tampoco la estructura básica del árbol y fiarse también de nuestro sentido estético ya que un árbol bien podado es un árbol bello también después de esta. No hay que desplumar al árbol y se pueden suprimir las ramas más antiguas pero siempre guardando la suficiente proporción. La poda de grandes ramas puede causar heridas que suponen una puerta abierta a que determinados microorganismos ataquen al árbol.
Portada del libro
Autor: Alain Pontoppidan
Editor: La Fertilidad de la Tierra Ediciones
ISBN: 978-84-938289-9-8
128 páginas ilustradas
PVP: 14.00 €
Manual de poda suave nos invita a conocer una práctica de poda que contribuya a rejuvenecer a nuestros frutales y tener pues un vergel a mano cada temporada. El autor insiste en la necesidad de no forzar ni contrariar el normal desarrollo del árbol y el libro está profusamente ilustrado para que un aficionado pueda tener resultados sorprendentes con sus frutales. En el libro se ilustra y detalla todo lo básico para lograr la silueta más acorde para cada especie ganando en belleza, productividad y longevidad. La poda suave es pues ante todo una práctica de respeto al árbol como ser vivo que es y una invitación a aprender y observar la vitalidad de los árboles. Podar los frutales de este modo es algo sencillo y beneficioso para frutales, ornamentales, arbustos.
Este libro tiene pues su vertiente de manual pero también es una obra que se lee con amenidad y que es clara con un único objetivo: podar con delicadeza. Todas las personas que tengan algún jardín o vergel con frutales encontraran en Manual de poda suave un compendio de buenas prácticas para que nuestros árboles sigan siendo seres vivos con su personalidad y agradecidos con nuestro cariño. Una obra imprescindible de la mano de un experto que ha desarrollado su método a través de años de observación de la naturaleza, de práctica y de amor por los árboles.