Desde que el exvicepresente norteamericano Al Gore saltó al estrellato planetario con su documental y libro Una verdad incómoda, y desde que compartiera con el IPCC el Premio Nobel de la Paz 2007, hay algo que no se le puede recriminar: que no ha cejado de trabajar desde su posición privilegiada a favor de solucionar la crisis climática. Con su nuevo libro Nuestra elección. Un plan para resolver la crisis climática, reprende el camino que apuntaba en Una verdad incómoda para educar sobre la crisis climática y sobre que podíamos hacer para resolverla.
Portada de la edición en castellano de Nuestra elección de Al Gore
Como reconoce el propio Al Gore "He asistido y participado en los últimos dos años, a más de 30 cumbres de medio ambiente junto con los mejores científicos, expertos en política, profesionales de energías renovables e ingenieros para examinar las soluciones del calentamiento global. Tras estas convenciones me reafirmo en mi conclusión; realmente podemos resolver el conflicto climático ya que poseemos el conocimiento y las herramientas para iniciar la acción de inmediato. Lo que necesitamos es la voluntad colectiva para poner estas herramientas al servicio de la solución. Nuestra elección te ayudará a convertirte en un ciudadano activo, explicando las herramientas y la tecnología disponible para que abogues por nuevas leyes y tratados que permitan ultimar las soluciones de esta crisis. Toda crisis entraña oportunidad. La crisis climática representa el reto más acuciante para la civilización actual pero a su vez la oportunidad de cambio más drástica jamás vista. Nos permite la oportunidad de iniciar una nueva era histórica, una en la que seamos capaces de finalmente comprender que nuestro destino depende de las medidas de cooperación global para salvar la habitabilidad de la Tierra, y en el proceso construir los fundamentos para un mundo más justo, humano y próspero. Espero que este libro les sea de inspiración tanto como a mi para tomar firme acción en la resolución de la crisis climática".
Nuestra elección explica cómo las alternativas audaces necesarias para salvar el clima tendrían que ser también los cimientos de las políticas internacionales dirigidas a la creación de nuevos puestos de trabajo y a la estimulación del progreso económico sostenible.
El análisis se divide en cinco apartados: nuestras fuentes de energía, los sistemas vivos, el uso de la energía, los obstáculos que hemos de superar, y lejos y rápido. En cada una de estas de una forma visual, atractiva y con un texto que intenta ser el máximo de ecuánime, va desgranando las diferentes posibilidades y dificultades para manejar las herramientas que inspiran este plan para solucionar la crisis climática.
Versión en lengua catalana de la obra de Al Gore.
"Las medidas requeridas para resolver la crisis climática parecen difíciles de aceptar, porque las emisiones de CO2 que hay que reducir han constituido una parte esencial de nuestra actividad económica, impulsada por el carbón y el petróleo, durante más de 150 años. La sola escala y omnipresencia de las políticas necesarias para descarbonizar las actividades del mundo representan un desafío único y sin precedentes para el proceso político (aun cuando con él se creen millones de buenos puestos de trabajo). En otras palabras, los cambios necesarios, sencillamente, no son la clase de correcciones de rumbo graduales con las cuales trata usualmente nuestra política".
Al Gore reconoce que "La lección que debemos aprender del modo en que los contaminadores del carbono secuestraron el proceso político sobre el calentamiento global es que el activismo popular resulta esencial para la construcción de una base de apoyo lo bastante sólida como para vencer una oposición que cuenta con abundante financiación. Esta es la tarea política que tenemos por delante quienes deseemos ser parte de la solución a la crisis climática".
Así, el libro se adentra desde las posibilidades del Sol como fuente energética a la cosecha del viento que tan rápido está creciendo con el desarrollo de los llamados aerogeneradores, pasando por la captura y secuestro de carbono sin menoscabar la opción nuclear. En este sentido, cada capítulo de Nuestra elección es sobretodo una filigrana de equilibrios entre argumentos a favor y en contra. Así que, la verdad, su lectura para el profano puede resultar demasiado edulcorada, situándose en una posición pero sin menoscabar la contraria. Por ejemplo, en el tema de secuestro del carbono (CCS) se destaca una afirmación del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) en el sentido de que "la idea de una central de carbón -preparada para la captura- no ha sido demostrada y es improbable que esta llegue a buen término". Y por otro lado muestra una infografía sobre como se secuestra el dióxido de carbono, donde queda atrapado en la porosidad de las rocas y que finalmente remata: "si hay una solución lo bastante simple para resolver todas las cuestiones e incertidumbres sobre la viabilidad económica del CCS es asignar un precio alto al carbono y las fuerzas del mercado nos llevarán rápidamente hacia las respuestas que tanto necesitamos".
Imagen de uno de los capítulos del libro de la versión original "Our choice".
Algo similar sucede en cada uno de los temas tratados en el libro. En el tema de la opción nuclear, muestra una foto suya visitando Chernóbil como si uno visitara el Partenón de Atenas, mientras debajo el texto cita que la Asociación Internacional de la Energía Atómica calculaba que 4.000 personas perdieron la vida a causa de aquel accidente. Luego plantea que si bien la proliferación de armas nucleares relacionadas con los reactores nucleares es un peligro nada tranquilizador, se están estudiando diseños más baratos y fáciles de operar como los llamados de 4a generación. Si bien dice que no es nada fácil predecir su coste final.
También explica la problemática relacionada con el consumo de agua por parte de los reactores nucleares, y cómo durante las oleadas de calor en Francia del 2003, se vieron obligados a detener varias centrales nucleares por falta de agua para la refrigeración. Pero luego apunta que a pesar de los incentivos fiscales y garantías del gobierno americano, no se ha conseguido hacer despegar la búsqueda relacionada con el almacenamiento de residuos radioactivos, las garantías públicas contra los retrasos legales o regulatorios, etc. En fin, esto sólo como una muestra de un discurso para resolver la crisis climática desde una opción bien conservadora. Nada que ver con el planteamiento revolucionario que en el ámbito de la energía plantea el eurodiputado Hermann Scheer en Autonomía energética.
Este nuevo libro de Al Gore tiene pues una visión no sólo conservadora, sino también algo mesiánica, como una tarea por encargo divino que él mismo reconoce al final del libro: "Dios sabe que cometimos errores. Pero entonces, cuando la esperanza parecía tambalearse, levantamos la vista al cielo y supimos que teníamos que hacer". Lo que adolece el texto de Al Gore es que en ningún momento –como ya se vió en Una verdad incómoda– aparece crítica alguna a una economía que predica el crecimiento infinito en un mundo finito. Además es un firme defensor de los mercados del carbono que la mayor parte de los ecologistas critican.
La obra de Lester Brown es mucho más emocionante que Nuestra elección. Lamentablemente, no hay una versión en lengua castellana.
En cualquier caso, es un texto con luces y sombras y entre medio de este mar de la tranquilidad discursiva pueden degustarse algunas perlas tales como que "el gasto militar de los Estados Unidos se podría reducir en decenas de miles de millones de dólares al año con sólo cambiar a fuentes de energía renovable" o que "en sólo 10 años los ciudadanos de los Estados Unidos han vertido suficientes latas de bebida de aluminio como para construir 25 veces toda la flota aérea comercial mundial".
Quien busque una obra comprometida sólo hallará algunas alertas sorprendentes. Para quien espere tener una lectura tranquila más bien acabará algo intranquilo. Porque si algo sabe hacer Al Gore es comunicar, y este nuevo libro es en si mismo una pieza de alta bisutería de la divulgación ambiental. La duda real es si el conservadurismo que propone el autor es realmente un plan para resolver la crisis climática.
Desde aquí, si tuviéramos que recomendar una obra vivamente inspiradora para resolver la crisis climática, nos inclinamos más por el discurso de Lester Brown con su Plan B 4.0 que no ha sido editado en español (y tiene su lógica de mercado), pues ni lo ha escrito una estrella política, ni está lleno de ilustraciones ni es un texto edulcorado. Pero en cambio sí que inspira a actuar de verdad.
Uso fraudulento de la marca FSC por parte de GEDISA en Nuestra elección.
• El libro explica que ha sido editado bajo el estándard del papel certificado por el FSC. Sin embargo, han cometido el atropello de colocar el sello de la cadena de custodia que corresponde al editor americano (Melcher Media: BV-COC-031730). Y si bien en GEDISA nadie duda que hayan comprado papel certificado por el FSC tal y como se menciona, sin embargo no dispone de la correspondiente cadena de custodia para usar la marca FSC. En fin, que no dice mucho del buen hacer ambiental de Gedisa. Para poner este logo del FSC en la última página del libro, eso sólo puede ser posible si la imprenta o la propia editorial está certificada por el FSC con su número propio de cadena de custodia. Así que GEDISA en realidad ha hecho un uso fraudulento de una marca internacional de reconocido prestigio como es el FSC.
• En cuanto a la impresión, hay que remarcar que han usado tintas para nada ecológicas que desprenden un fortísimo olor tóxico nada recomendable para personas sensibles a la exposición de compuestos químicos volátiles. Existiendo estándares no oficiales pero comprometidos de ecoedición, sorprende que no hayan atendido a los mismos en la edición que venden como el catecismo verde o una dosis de vitaminas para después de Copenhague.
• Puede que estas verdades no sean excesivamente incómodas a Al Gore o sí. Para rematar, Al Gore afirma que el 100% de los ingresos del libro van destinados a Alliance for Climate Protection (la alianza para la protección del clima), un grupo sin ánimo de lucro fundado por él mismo, independiente y dedicado a la divulgación del conocimiento sobre la crisis climática y sus posibles soluciones. Y en Cataluña la editorial Edicions 62-Gedisa incluye una chapita de aluminio y carga 1 euro destinado a la reforestación de los bosques quemados en Horta de Sant Joan (en la versión catalana). En fin, un ejemplo más de cómo a veces el marketing tiene más de locura pseudoecológica que de sensatez razonada.
Texto: Redacción terra.org.