La sensibilidad química múltiple (SQM) es una enfermedad aún poco conocida, que consiste en la pérdida progresiva de la tolerancia a agentes químicos tan diversos y comunes como productos de limpieza, colonias, disolventes e incluso ciertos alimentos y medicamentos, o a las radiaciones electromagnéticas. Hoy en día afecta en mayor o menor grado a un 15% de la población de las áreas industrializadas, y su incidencia va en aumento. Este libro pretende responder a muchas de las preguntas de los pacientes con SQM, que a menudo son erróneamente diagnosticados. Este se presenta como el primer manual práctico y riguroso, para pacientes y profesionales, sobre la SQM, una enfermedad poco conocida que afecta a un número creciente de personas.

Título original: Sensibilidad química y ambiental múltiple. Sobrevivr en un entorno tóxico
Autores: Dr. Joaquim Fernández-Solà y Dr. Santiago Nogué
Colección: Oxigen, 9
Páginas: 320
Editorial: Viena Ediciones
Barcelona, 2010.

El libro empieza con un prólogo del geobiólogo Carlos M. Requejo el cual reconoce que: “en los edificios enfermos se observan a corto plazo estrés psicofísico, insomnio, jaquecas, ansiedad, agotamiento crónico o depresión. A más largo plazo pueden aparecer daños orgánicos, con problemas respiratorios y circulatorios, afectando al sistema inmunitario y favoreciendo enfermedades degenerativas, como leucemia y cáncer. A lo largo de mi experiencia como domoterapeuta, desde los años 80, me he encontrado con casos que se salen de lo normal. Una muestra es una persona muy cercana que presenta un complejo cuadro de electrosensibilidad, sensibilidad química múltiple y síndrome de fatiga crónica. Como consecuencia lleva años sin trabajar, su capacidad de moverse está muy limitada y apenas sale de casa, pues caminar más de diez minutos sobre el asfalto es un esfuerzo. Sin embargo esta misma persona, pasa unos días en el Pirineo, y descubre que allí no se ahoga, no se marea, no se fatiga, y sus piernas pueden llevarla sin dificultad hasta la cascada, disfrutando de la montaña. Es evidente la diferencia de respuesta fisiológica entre el entorno urbano y la naturaleza, quizás lo primero en percibirse sea la pureza del aire, pero tampoco hay ruido ni tráfico, torres de alta tensión ni antenas de telefonía”.

El desencadenante del SQM puede ser un cambio en las condiciones ambientales de nuestro entorno y como consecuencia de este creciente deterioro del entorno habitable encontramos cuadros de hipersensibilidad ambiental, sensibilidad química, biológica, electromagnética, y otras enfermedades emergentes hasta hace poco desconocidas. Todos somos sensibles en algún grado, pero no reaccionamos igual ante los agentes nocivos, mientras uno presenta un cuadro de sensibilidad que le causa molestias menores, otros desarrollan patologías serias que les inhabilitan, e incluso ponen en peligro su vida.

Todavía son una inmensa minoría las personas conscientes de la triste realidad actual y de que este tipo de enfermedades ambientales no son reconocidas por la sanidad oficial lo cual provoca una situación altamente frustrante para el afectado que ve como su salud se deteriora y no obtiene la ayuda que cabría esperar para una persona enferma. Los casos trágicos entre afectados del SQM son asimilables al maltrato de género, pero oficialmente no dar socorro a un afectado por el SQM no se considera delito.

Sin duda el desarrollo de la investigación sobre el SQM es aún insuficiente y eso hace que la relación causa-efecto no esté bien determinada. La investigación del doctor Fernández-Solá y su equipo del Hospital Clínico de Barcelona con las patologías emergentes, como el síndrome de fatiga crónica y la sensibilidad química múltiple, expuestas en este libro aportan claves para avanzar en reconocer la gravedad en la que están inmersos los afectados por el SQM. Este libro da respuesta a las preguntas de los pacientes con excesiva sensibilidad ambiental, aprendiendo a evitar los riesgos.