Walt Whitman fue el poeta de la democracia, de la naturaleza, del deísmo, de la libertad, la sexualidad, la sensualidad y el vitalismo. Su célebre colección de poemas agrupados en una obra titulada Hojas de hierba lo sitúan en la tradición de los más grandes poetas de todos los tiempos. A caballo entre la filosofía, la mística y la reflexión más personal, en cada uno de sus versos canta al mundo que lo rodea a sabiendas de su inextricable pertenencia a él. Inconmensurable lírico, contundente y comprometido con las crónicas y los apuntes de corte periodístico, es conocido como poeta, pero sus letras están llenas de ese fluir cadencioso de una sensibilidad sin parangón cuando se cumplen 125 años de su muerte.
Whitman es el poeta del Yo y del Nosotros, es el libertario e inconformista que canta a la democracia para que esta nutra su país, que canta a las necesidades que las personas precisan en el nuevo mundo. Sus poemas son cantos que se alzaban a favor de la libertad, de lo íntimo, de los deseos, de la pasión y la serenidad, del viento que arrastraba la desgracia de la guerra, de los efluvios del bienestar y la eternidad incierta de los hombres y a las mujeres. Whitman y sus poemas invocan la dualidad, el binomio del ser humano: hombre y Dios; inmortalidad y mortalidad; milagro y naturaleza; cielo y tierra; pasión y serenidad; ternura y erotismo; alegría y tristeza; sueño y realidad; luz y oscuridad; complejo y sutil; terrenal y platónico; ancestral y presente.
Whitman nos ofrece versos donde el lector se siente transportado por el universo de a pie marcado por un verso libre y lleno de musicalidad a la vez. Poemas que nos erizan la piel, que electrizan nuestros sentidos y que interrumpen nuestra respiración mientras nuestros ojos los absorben. Hojas de Hierba, su colección de poemas más conocida es 125 años después de su muerte un obra imprescindible para los espíritus libres, para las persones amantes de la naturaleza. Su primer gran poema no podía ser más claro: “Si no das conmigo al principio, no te desanimes. / Si no me encuentras en un lugar, busca en otro. / En algún sitio te estaré esperando”.
El amor por la naturaleza, la fuerza de su erotismo, la turbulencia de la vida en Nueva York y el abrumador ímpetu musical de su voz encuentran un eco dilatado en los poemas del libro. La poesía de Whitman, exalta el cuerpo humano como parte de la naturaleza, canta la vida, que bulle a su alrededor, la celebra por la alegria sensitiva que le proporciona. Su obra sigue la sensibilidad de otro compatriota precursor como él del movimiento conseracionista, el filósofo Ralph Waldo Emerson y al movimiento trascendentalista por él propugnado.
Los poemas de Whitman cantan un universo con dioses hechos de carne, de pura materia de la que emana una espiritualidad profunda. De sus letras se desprende un fuerte aroma de fraternidad universal, de imprescindible canto a la libertad responsable, y de necesariae solidaridad entre las persones humanes pero sin renunciar un ápice al más radical de los individualismos, que fluyen de su inmenso corazón: "Ahora sé el secreto para que las personas seamos mejores. Es necesario crecer al aire libre, comer y dormir en contacto con la tierra".
En este 2017, año de celebrar el 125 aniversario de su muerte, se edita un libro titulado Obra Escogida de Walt Whitman que constituye en si misma, por la selección realizada, un homenaje feliz a la vez que una oportunidad para todas aquellas personas que todavía no conocen la obra de este poeta universal de lo humano y su valor como parte misma de la naturaleza.
Walt Whitman (1819-1892) es, sin lugar a dudas, el poeta más influyente de las letras estadounidenses. Nació en West Hills, Long Island, siendo el segundo de nueve hijos en una familia cercana al credo cuáquero. A los once años finalizó sus estudios formales y empezó a trabajar como aprendiz en el semanario The Patriot, donde comenzaría a escribir sus primeros textos. Tras su paso por otros periódicos y revistas, en 1850 decidió dedicarse plenamente a la poesía. Cinco años más tarde vería la luz la primera edición de la celebérrima Hojas de hierba, integrada por doce poemas y cuyos 795 ejemplares fueron costeados por el mismo autor. El poemario despertó gran interés y fue ampliamente distribuido, en parte por la fascinación que despertó en el filósofo Ralph Waldo Emerson. Durante la Guerra de Secesión, Whitman ejerció voluntariamente como enfermero en Washington D. C., experiencia que recogería en El gran ejército de la enfermedad (1863) y Memorias de la guerra (1875). Finalizado el conflicto en 1865, publicó Redobles de tambor. Mientras se empleaba en la Oficina del Fiscal General, Whitman siguió alzando la pluma para escribir versos como los de «¡Oh, Capitán! ¡Mi Capitán!», que, junto a otros, irían completando las sucesivas ediciones de Hojas de hierba que al final constó de un total de más de cuatrocientos poemas.
Título: Obra escogida
Autor: Walt Whitman
Introducción de Edgardo Dobry
Colección: Penguin Clásicos
Traductora: Concha Zordoya
Páginas: 848
Editorial: Random House Mondadori - Debolsillo, 2017.
Artículo elaborado por la redacción de terra.org. Fotos: Fundación Tierra.