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Wangari Maathai |
Wangari Maathai. La Madre de los árboles Stefan Ehlert Colección Encuentro, 15 Icaria Editorial Barcelona, 2006. |
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La Madre de los Árboles |
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Wangari Maathai (1940, Kenia) reconocida con el Premio Nobel a la Paz en el 2004 constituye un caso excepcional del protagonismo de la mujer en África. Su historia constituye sin duda un relato apasionante, no por lo que haya escrito, como podría ser la bióloga pionera del ecologismo moderno Rachel Carson, sino por sus actividades al frente de la conservación del medio ambiente y de la calidad de vida de las clases desfavorecidas de su país. Hace 30 años, en 1976 comenzó a promover sus criterios sobre la utilidad de plantar árboles entre sus conciudadanos a través del Movimiento Cinturón Verde (Green Belt Movement) con el que ya ha plantado 30 millones de árboles (cuentan los que sobreviven) en un país caracterizado por un clima semiárido cuyas precipitaciones están entre los 300 –500 mm por año. Un país en el que su mítico monte Kilimanjaro, la montaña más alta de África, ha perdido desde 1912 más del 80 % de sus nieves perpetuas debido al calentamiento global. La actividad de Wangari Maathai continúa al frente del MCV, que ha conseguido plantar alrededor de unos 30 millones de árboles aunque en el 2006 se proponía plantar 1.000 millones. Es evidente que la vida de esta activista, que fue la primera mujer de África Central y Oriental que consiguió un doctorado y la primera mujer en su país con un cargo en la universidad y que entre 1976 y 1978 trabajó en el Consejo Nacional de Mujeres de Kenia y fue su presidenta entre 1981 y 1987, constituye un caso excepcional del papel de la mujer en la sociedad africana. El libro de Stefhan Ehlert es un paseo por los principales episodios de la vida de esta activista ecologista y pacifista que ha llegado a tener un cargo en el gobierno pero que sigue siendo conocida como la “madre de los árboles” por su pasión por promover la repoblación de su país con árboles. Comprender su experiencia vital desde niña hasta la actualidad constituye un relato apasionado. Una mujer que vivió la guerra tribal que tanto daño ha hecho al continente africano desde siempre, con sus atrocidades inenarrables (del que filmes como El Jardinero fiel o Hotel Ruanda sólo son testimonios episódicos), una mujer que luchó por sus convicciones, una mujer que ha tenido que lidiar con las propias contradicciones de la sociedad que la acoge, una mujer que ha estado con su sencillez vital en puestos relevantes sociales y políticos hasta alcanzar el reconocimiento del Premio Nobel de la Paz el 10 de diciembre del 2004. La medalla de 200 g de oro y el cheque de 1,36 millones de dólares que acompañan a la distinción del Nobel no han servido sino para estimular el activismo de Wangari Maathai. Un activismo que en este libro se convierte en un paseo apasionante por los trasiegos de la vida de una heroína de este continente maltrecho que es África, que a la vez ha dado líderes carismáticos como Nelson Mandela o Desmond Tutu, y entre los cuales Wangari Maathai destaca por su visión integradora entre conservación del medio ambiente y arraigo socioeconómico. Por esta razón, la Madre de los árboles queda reflejada en esta biografía y su testimonio vital constituye un ejemplo no sólo para los africanos sino también para cualquier humano que por dignidad condene la desfachatez por la insostenibilidad planetaria. Con sus más de 66 años, Wangari Maathai no piensa retirarse y es precisamente esta convicción de su personalidad lo que la convierte en una heroína para la cual esta biografía no es más que un sorbo de su carácter irrevocable lleno de pasión por su entorno y comprometido con la indignidad vital que caracteriza el continente africano. Una lectura ágil y sencilla, pero recomendable a la vez que entrañable y que nos acerca el personaje, pero también a su obra. Una obra que el MCV continúa con pleno convencimiento y pasión por toda Kenia, un país de contrastes entre los que destaca la figura de Wangari Maathai, cuya obra cotidiana y apasionada sólo puede ser vislumbrada en parte en un libro. Hechos y no palabras caracterizan la vida de esta activista keniata para la cual el Premio Nobel de la Paz no hace sino situar el personaje en su verdadero contexto. Una lectura que no defrauda, una bendición editorial para el lector.
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