Los corales de
agua fría son más abundantes y numerosos de lo que se pensaba. Esta y
otras importantes novedades acerca de estas especies serán anunciadas
hoy por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente
(PNUMA) y WWF/Adena. Así lo corrobora el informe Cold-Water Coral Reefs: Out of Sight- No Longer Out of Mind que pretenden aportar medidas para la protección y la prevención del deterioro de estos misteriosos hábitats. Hasta
hace poco se pensaba que la mayoría de los corales de agua fría se
encontraban en las aguas del hemisferio norte, mar adentro de las
costas de Canadá, Escandinavia e Islas Británicas. Sin embargo, con el
empleo de las últimas tecnologías submarinas, los investigadores están
descubriendo localizaciones de estos ecosistemas en casi todos los
mares y océanos del mundo: Atlántico, Pacífico, Índico e incluso,
Mediterráneo y en lugares tan distantes entre sí como Brasil,
Indonesia, Islas Galápagos o Angola. En aguas territoriales españolas
tenemos conocimiento de su existencia frente a las costas de Galicia,
Asturias y Cantabria. "Hasta
la fecha, nuestra mayor preocupación respecto a los corales era la
conservación de los arrecifes de aguas templadas y tropicales" afirmó
Klaus Toepfer, Director Ejecutivo del PNUMA. "El hallazgo de que los
corales de agua fría son más numerosos y están más extendidos de lo que
se creía refleja como el mundo natural aún conserva sorpresas y como
deben ampliarse nuestros enfoques". Proporcionar
una protección efectiva a los corales de agua fría es de importancia
vital. Entre otras razones porque su tasa de crecimiento es muy lenta
-de un diez por ciento frente a los corales de aguas templadas o
tropicales- y albergan a cientos de especies de peces, algunas de gran
interés comercial. Muchas de estas especies que viven en los arrecifes
de coral de agua fría o en sus alrededores también muestran tasas de
crecimiento y reproducción más bajas que otras especies de aguas más
superficiales como el bacalao o el arenque. La
riqueza asociada a los corales de agua fría desgraciadamente juega en
su contra, porque son especialmente vulnerables a las artes de pesca
empleadas por las pesquerías que tienen a sus especies objetivo en los
fondos submarinos. Los tiburones y otras especies de aguas profundas
son, cada vez más, objeto de interés pesquero para los arrastreros que
han ido abandonando otras pesquerías tradicionales conforme éstas son
cada vez menos rentables. Algunos de los diversos y productivos
arrecifes del Atlántico han sido arrasados y muchos otros muestran las
profundas cicatrices producidas por los arrastreros. Además, al impacto
de la pesca de profundidad, hay que añadir el producido por las
exploraciones y extracciones mineras y petrolíferas, el tendido
submarino de cables y conexiones de comunicación y el vertido de
desechos. Los corales de agua fría desempeñan
un papel fundamental en el medio marino y proporcionan hábitats para
especies como los tiburones, peces y crustáceos de aguas profundas y
pueden contribuir a restablecer pesquerías.Algunos
países como Noruega, Irlanda, Reino Unido y Estados Unidos ya han
dispuesto medidas de protección para algunos de sus arrecifes de coral,
como en "Darwin Mounds", al noroeste de las costas de Escocia. Los
científicos albergan la esperanza de que el descubrimiento de que los
hábitats de coral están presentes en todos los mares y no sólo en los
tropicales, y de que su inmenso valor impulse a otros estados a adoptar
medidas de protección preventivas, por ejemplo declarando áreas marinas
protegidas para los corales de agua fría. Se
tiene conocimiento de la existencia de importantes formaciones de
corales de agua fría en el Banco de Galicia y en el Banco de el Danés,
por ejemplo. Hay otras zonas con potencial para importantes hallazgos,
tanto en el Atlántico -Jovellanos o Charcot- como en el Mediterráneo.
La imagen de esta noticia corresponde al octocoral Antohothela grandiflora
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