5 junio 2013.- Piensa. Aliméntate. Ahorra. es una campaña para de reducir los desechos y las pérdidas de alimentos promovida por Naciones Unidas con motivo del Día Mundial del Medio Ambiente 2013. Según la FAO, un tercio de los alimentos producidos en todo el mundo se pierde o desecha durante la etapa de producción y de consumo. Casi la mitad de estos desechos tienen lugar en los países industrializados donde vendedores y consumidores rechazan alimentos todavía en buen estado. La cifra alcanza los 300 millones de toneladas, mucho más de la producción neta total en el África Subsahariana. Una cantidad que por otra parte, sería suficiente para alimentar a 900 millones de personas hambrientas en todo el mundo. Al mismo tiempo, una de cada siete personas del planeta se va a la cama hambrienta y más de 20.000 niños de menos de 5 años mueren de hambre cada día.
Ilustración realizada por Francisco Martínez Díaz (alias Curritomartínez) envíada a terra.org para este día.
Teniendo en cuenta este enorme desequilibrio y los efectos devastadores que esto tiene para el medio ambiente, el tema de este año, Piensa. Aliméntate. Ahorra. pretende dar a conocer el impacto que tienen nuestras decisiones alimentarias y cómo tomarlas 100% informados.
Actualmente, nuestro planeta trata de ofrecer los recursos necesarios para sus 7.000 millones de habitantes, -9.000 millones previstos para 2050. Sin embargo, el hecho de que un tercio de la producción alimentaria se pierde o sea desechada es altamente perjudicial para las fuentes naturales de recursos y genera consecuencias negativas en el medio que nos rodea. El 10% de las emisiones de gases con efecto invernadero de los países ricos procede de la producción de alimentos que nunca serán consumidos.
Algunas personas creen que el desperdicio de alimentos no tiene nada de malo. Piensan que los residuos orgánicos acabarán convirtiéndose en abono para la tierra... pero no es así. Para que un producto orgánico se convierta en abono es necesario luz y aire. Algo de lo que carece cualquier vertedero. En su lugar, esos alimentos en descomposición producen gases como el metano que afectan al calentamiento global.
Pasa hoy a la acción
La campaña Piensa.Aliméntate.Ahorra quiere animarte a actuar. Quiere que seas testigo de cómo ciertas decisiones reducen el volumen de desechos, ahorran dinero y disminuyen el impacto medio ambiental de la producción de alimentos. Se estima que tiramos un tercio de la comida que compramos cada semana. Comprando sin control o almacenando comida fresca que después tiramos generamos gran cantidad de desperdicios.
Si desperdiciamos comida, significa que todos los recursos empleados para producirla también lo son. Así por ejemplo, producir un litro de leche supone gastar 1.000 litros de agua o producir una hamburguesa 16.000 litros... Todas esas emisiones de gas durante el proceso habrán sido en balde si desechamos alimentos.
De hecho, la producción global de alimentos ocupa un 25% de la superficie habitable, un 70% de consumo de agua, un 80% de deforestación y un 30% de gases. Es, por tanto, uno de las actividades que más afectan a la pérdida de biodiversidad y a los cambios en el uso del suelo.
Pero, ¿qué significa tomar decisiones informadas? Elegir aquellos alimentos cuyo impacto al medio ambiente es menor, es el caso de la comida de producción ecológica en la que apenas se usan productos químicos. O adquirir productos en mercados locales en los que se sabe que no ha sido necesario el transporte y por tanto, no han supuesto tantas emisiones de gas. En definitiva, se trata de que pensemos antes de alimentarnos y así ahorremos para proteger el medio ambiente.
Los 10 consejos de sentido común y eco con los alimentos
Sigue estos diez consejos rápidos y reducirás tu huella alimentaria... ¡y tu gasto! (A partir de los consejos de NRDC y WRAP UK)
1. Haz tu compra inteligente. Planifica tus comidas y usa listas de la compra, esto evitará las compras compulsivas. No caigas en la trampa publicitaria de adquirir más cosas de las que necesitas.
2. Consume fruta "fea". Gran cantidad de frutas y vegetales son desperdiciados por su forma, tamaño o color. Comprando estas frutas en cualquier punto de venta consumes fruta que, de otra forma, sería desechada.
3. Consumo vs caducidad. El habitual "Consumir antes de" de los alimentos es una fecha proporcionada por la empresa que indica el momento de mayor calidad del producto. Así, la mayor parte de esos alimentos pueden consumirse después de ese día. La única fecha importante es la de "Caduca en", cómetelo a tiempo o comprueba si puede congelarse.
4. Aprovéchalo todo. Deja tu frigorífico vacío. Páginas web como la de WRAP, www.lovefoodhatewaste.com pueden ayudarte a ser creativo y cocinar recetas usando aquellos alimentos que caduquen pronto.
5. ¡No te congeles y usa tu congelador! Los alimentos que se congelan duran más. Congela productos frescos y restos antes de que se estropeen. También puedes hacer esto con la comida sobrante de restaurantes.
6. Elige medias raciones a mitad de precio en restaurantes y otros establecimientos.
7. Aprovecha los restos y úsalos como abono. Te sugerimos un vermicompostador casero o alguno prefabricado como el Vermicasa.
8. Usa el sistema FIFO (First In First Out). Es decir, consume primero lo que que llegó antes y después lo que llegó más tarde a tu despensa. Guarda tus últimas compras al final y las más antiguas delante para acordarte de consumirlas pronto.
9. ¡Ricos restos! Los restos del pollo asado de esta noche puede ser parte del bocadillo de mañana. El pan de ayer pueden ser los costrones de hoy. ¡Sé creativo! Pide en tu restaurante que te empaqueten la comida para llevar y congela lo que no vayas a consumir inmediatamente. ¡No seas vergonzoso y pide tus restos para llevar!
10. ¡Dona lo que no vayas a aprovechar! Refugios, bancos de alimentos y otras instituciones estarán encantados de recibir alimentos no perecederos. Existen programas nacionales y locales que se ofrecen a recoger los alimentos e incluso a prestar a contenedores donde almacenarlos.
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Artículo basado en la documentación de Naciones Unidas.