Marzo, 2013.- A medida que la Tierra se calienta, los glaciares y las capas de hielo se van derretiendo y los mares se van elevando. Durante el último siglo, el nivel medio global del mar se elevó 17 centímetros. Se prevé que en este siglo, la calidez de las aguas y el derretimiento del hielo, harán que el nivel de los mares aumente casi 2 metros, inundando ciudades costeras de todo el mundo, como Nueva York, Londres y El Cairo. El derretimiento del hielo del mar, las capas de hielo y los glaciares de montaña son una señal clara del cambio del clima.
Avance y retroceso de Briksdalsbreen, un glaciar en Jostedalsbreen, Noruega, en una serie de fotografías de los años 1989, 1995, 2001 y 2007. Fuente: S. Winkler, de la Universidad de Würzburg, Alemania, en Global Glacier Changes: Facts and Figures de UNEP y World Glacier Monitoring Service.
El hielo del Ártico
En septiembre de 2012, el hielo marino en el Océano Ártico se redujo a un nivel mínimo histórico en extensión y en volumen. La región se ha calentado 2 grados centígrados desde la década de 1960, - dos veces más que las latitudes más bajas. Con menos nieve y hielo para reflejar los rayos del sol y con el océano más expuestos a absorber el calor, un círculo vicioso conduce a alcanzar temperaturas aún más cálidas. Un hielo delgado combinado con el aumento de temperaturas, hace que el hielo del mar lo tenga cada vez más difícil para recuperarse. La capa blanca históricamente siempre presente en la parte superior del globo podría desaparecer por completo durante el verano en dos décadas.
El Ártico juega un papel fundamental en los patrones climáticos a gran escala. El marcado contraste entre el aire frío en el Polo Norte y el aire caliente en la zona templada conduce la corriente en chorro sobre América del Norte, Europa y Rusia. Si el Ártico continúa calentándose más rápido que el resto del globo, este contraste disminuirá. Esto puede cambiar la trayectoria de la corriente y hacerla más lenta, dejando a los sistemas meteorológicos en el mismo lugar por más tiempo. Una racha de lluvias que se enganche en esas zonas, sin la de aire corriente que la arrastre, puede convertirse en inundaciones, mientras un anticiclón soleado puede convertirse en una sequía.
El calentamiento en el Ártico es particularmente importante debido a sus efectos sobre la enorme capa de hielo de Groenlandia. La pérdida de hielo de Groenlandia se ha acelerado desde 51 mil millones de toneladas por año en el decenio de 1990, a 263 mil millones de toneladas por año en la actualidad. En julio de 2012, un iceberg del doble del tamaño de la isla de Manhattan se desprendió del glaciar Petermann, en el noroeste de Groenlandia. Éste fue el segundo evento de gran rotura de este glaciar en sólo dos años: el iceberg que se separó en agosto de 2010 era aún el doble de grande.
Cambios en la longitud de los glaciares del mundo: glaciares en avance (azul) y glaciares en retroceso (rojo). Fuente: Global Glacier Changes: Facts and Figures de UNEP y World Glacier Monitoring Service.
El hielo de la Antártida
Mientras que la pérdida de hielo de Groenlandia es asombrosa, en el otro lado del globo, vastas partes de la capa de hielo de la Antártida puede ser incluso menos estables. El continente está rodeado por 54 grandes plataformas de hielo, que actúan como frenos, frenando el movimiento del hielo en los glaciares terrestres hacia el mar. Veinte de ellos muestran signos de adelgazamiento y debilitamiento, lo que se traduce en una acelerada pérdida del hielo. Después de que la plataforma de hielo Larsen B de 3.250 kilómetros cuadrados se derrumbara en 2002, por ejemplo, los glaciares que estaba sujetando fluyeron hasta ocho veces más rápido que antes. El adelgazamiento es aún más dramático en la Antártida Occidental.
El glaciar Pine Island, que desemboca en el Mar de Amundsen, es una de las principales salidas para hielo de la Antártida Occidental. Una grieta se extiende ahora 29 kilometros a través de esta plataforma de hielo glaciar, amenazando con lanzar un iceberg de 14 veces el tamaño de la isla de Manhattan. El agua caliente del océano profundo ha penetrado por debajo de él, causando una velocidad asombrosa de retroceso. En los últimos 20 años, la línea de conexión a tierra en la parte inferior donde el glaciar se encuentra con el mar se ha retirado cerca de 25 kilómetros, mientras que en los últimos 10.000 años sólo se movió 90 kilómetros.
El movimiento del hielo terrestre hacia el océano sube el nivel del mar. Juntos, la Antártida Occidental y Groenlandia, contienen suficiente hielo para elevar los mares 12 metros si se desintegran por completo. Sólo un metro de subida, -algo dentro de las proyecciones para este siglo-, inundaría la mitad de los arrozales en Bangladesh y gran parte del Delta del Mekong en Vietnam, dos países que son los principales productores de arroz.
Los glaciares de montaña
El derretimiento de los glaciares de montaña contribuye a la elevación del nivel del mar también, pero son cuestiones de preocupación más inmediata por los papeles que juegan en la vida cotidiana de millones de personas. Los glaciares de montaña proporcionan agua potable a aldeas y ciudades, agua de riego a parques y combustible para plantas de energía hidroeléctrica. Estos servicios vitales están en peligro debido a que los glaciares de montaña en todo el mundo se están reduciendo a un ritmo acelerado. Por ejemplo, 37 glaciares de referencia estudiados por el World Glacier Monitoring Center se redujeron tres veces más rápido desde 2000 hasta 2009 que de 1980 a 1989. (Véase los datos)
Los glaciares de los Himalayas, la mayor concentración de hielo fuera de los polos, son llamados en Asia las "torres de agua" debido a su gran capacidad de almacenamiento de este líquido. Su escorrentía alimenta los grandes ríos asiáticos, incluyendo el Indo, el Ganges y el Brahmaputra, que abastecen a cientos de millones de personas. Los escaladores atraídos por los picos únicos en el mundo, cuentan sus propias historias del deshielo. En muchos lugares, lo que había sido hielo cegadoramente blanco y campos de nieve en los días de los primeros exploradores, son ahora roca desnuda. El aumento de las avalanchas y de grietas añaden riesgo a excursiones ya de por sí peligrosas. Los datos recogidos por la Academia China de Ciencias validan estas impresiones de los escaladores: muestran que se ha acelerado el derretimiento de los glaciares en el Himalaya oriental y central. Y este deshielo continua a medida que aumentan las temperaturas.
Los glaciares de los Alpes realizan una función similar como "torres de agua" en Europa, y también se reducen. El glaciar Gran Aletsch de Suiza, el más grande de los Alpes, ha retrocedido más de 2 kilómetros desde 1900. En Alemania, una empresa local de esquí afectada por la rápida contracción del glaciar de Zugspitze, ha recurrido a cubrir el hielo con una manta reflectante de 9.000 metros cuadrados. Pero esto es sólo una tirita, que no aborda el verdadero problema del incremento de la temperatura: el 90% de todos los glaciares alpinos podrían desaparecer en 2100. Tal dramática pérdida ya se puede ver en los Pirineos, donde cerca del 90% de la cubierta glaciar ha desaparecido en el último siglo.
Vista aérea del macizo de la Maladeta, España, con el Pico d'Aneto (izquierda), Glaciar de Aneto (centro) y Glaciar Maladeta (derecha) en septiembre de 2002. Fuente: M. Arenillas, Ingeniería 75, España, en Global Glacier Changes: Facts and Figures de UNEP y World Glacier Monitoring Service.
En Estados Unidos, casi todos los glaciares de Alaska se están retirando o adelgazando. Por ejemplo, los datos recogidos anualmente en el glaciar Gulkana desde 1966 revelan que la pérdida de hielo se ha acelerado desde principios de 1990. En Montana, el Parque Nacional Glacier podrá ser "glaciar" sólo de nombre dentro de dos décadas. Sólo permanecen 25 de los 150 glaciares originales del parque.
Casi todos los glaciares tropicales del mundo se encuentran en América del Sur, en los Andes. El aumento de las temperaturas ha más que triplicado la tasa de pérdida de hielo de los glaciares desde mediados de 1970. En el Perú, más de 2 millones de personas dependen de la escorrentía de la Cordillera Blanca. A medida que los glaciares de la cordillera comenzaron a derretirse, el escurrimiento de agua ha aumentado temporalmente. Pero el glaciólogo Michel Baraer de la Universidad McGill de Canadá estima que la escorrentía ya ha tocado techo y ahora está en declive. El famoso glaciar Chacaltaya en Bolivia, que fue un sitio de esquí popular, ahora sólo se puede encontrar en los mapas antiguos. La escorrentía de los glaciares Zongo fluye a través de 10 centrales hidroeléctricas que generan actualmente un 25% de la electricidad de Bolivia. Pero el hielo del Zongo retrocede 9 metros cada año. Si el suministro de agua disminuye, la competencia entre las centrales hidroeléctricas, los agricultores, y las ciudades va a empeorar.
El glaciar Perito Moreno en Argentina (fotografía tomada en diciembre de 2005). Fuente: J. Nötzli de la Universidad de Zurich, Suiza en Global Glacier Changes: Facts and Figures de UNEP y World Glacier Monitoring Service.
Los últimos glaciares que quedan en el Pacífico tropical, en la montaña Puncak Jaya de Indonesia, también se están derritiendo rápidamente. Entre 1936 y 2006, este monte perdió cerca del 80% de su cubierta de hielo. Durante una expedición reciente, el glaciólogo de renombre mundial Lonnie Thompson tomó muestras del hielo antes de que desaparezca, junto con los datos climáticos históricos atrapados dentro de él, -las fuertes lluvias adelgazaron cerca de 30 centímetros el hielo alrededor de su campamento en tan solo 13 días.
Los glaciares tropicales de África también se están derritiendo. Menos del 10% de la cubierta de hielo original sigue en la cima del Monte Kenia. En 2009, en Nairobi había apagones debido a la disminución de la escorrentía de la montaña que fluye a las centrales hidroeléctricas. Los problemas son algo más que prácticos; el glaciar ha permanecido durante mucho tiempo un significado cultural y espiritual. Las montañas vecinas de Rwenzori en Uganda podría quedarse sin hielo dentro de 20 años.
La carrera ha comenzado entre el hielo que desaparece, -que se está derritiendo más rápido de lo previsto-, y las reducciones en las emisiones de carbono, -que están sucediendo más lento de lo esperado. El mundo necesita una movilización tipo segunda guerra mundial para cambiar de un clima alterado por los combustibles fósiles a fuentes renovables de energía, si queremos tener una oportunidad de prevenir el calentamiento global y el deshielo desbocado imparable.
Traducido de "Where has all the ice gone?" de Emily E. Adams, publicado el 7 de marzo de 2013 en Eco-Economy Indicators de Earth Policy Institute. Para un Plan para estabilizar el clima de la Tierra ver "Time for a Plan B". Publicado y traducido con el permiso expreso de Earth Policy Institute. Copyright © 2013 Earth Policy Institute.