Jeremy Irons pasea calzado con botas de plástico por la playa de la ciudad libanesa de Sidón. Por encima de él, surge una montaña de basura, una monstruosidad de residuos hospitalarios y domésticos, líquidos tóxicos y animales muertos: es el resultado de treinta años de consumo de una pequeña ciudad. Cada día, se lanzan los residuos en la parte superior de la montaña, los escombros caen hacia el agua azul del Mediterráneo. ¿Cuántas ciudades hay así en el mundo? Rodeado de una vasta extensión de botellas de plástico, un desamparado Jeremy Irons mira el horizonte. "Atroz", murmura.
Trashed es un documental ambiental con subtítulos en castellano, protagonizada por Jeremy Irons y una imponente banda sonora de Vangelis sobre la escalada de basura, especialmente plásticos y tóxicos, a dimensiones planetarias. Una producción dirigida por de Candida Brady repleta de sensibilidad, cuyo objetivo se focaliza sobre los pestilentes lixiviados de los vertederos y las humaredas de las incineradoras que nos rodean. También lo hace sobre cada ballena muerta por rellenar su aparato digestivo de plásticos diseminados por los océanos o por las aves ahogadas en lazos de plástico mortales. Todas estas imágenes no son más que el entremés de la basura que nos rodea. Luego le sigue, un sinfín de efectos como los campesinos arruinados por que su ganado ha sido envenenado por agua contaminada por los vertederos de basura.
Cartel del documental presentado por Jeremy Irons sobre la problemática de las basuras en el planeta.
Trashed es una advertencia sin tapujos. Dos cientas mil millones son el número de botellas de plástico que se desecharon en 2010 y a las que les siguieron 58 mil millones de vasos deshechables. "Desde el espacio, apenas se puede ver señal alguna de la presencia humana sobre su piel, sin embargo, el efecto sobre nuestro planeta se cierne sobre el mundo como un villano de Bond con un láser espacial gigante". Así empieza Jeremy Irons su invitación a ponernos a trabajar a favor de cuidar el planeta. Luego, a lo largo del film se paseará arriba y abajo, ya sea en gorra o corbata, para cuestionarnos con preguntas llenas de frescura y encantadora franqueza.
"Buenas tardes, soy Jeremy", -dice a un agricultor en Islandia, antes de pronunciar las palabras mágicas: "¿Me preguntaba si podríamos echar un vistazo a sus vacas?". Y es que la leche de sus vacas está contaminada por dioxinas, un subproducto de la combustión de las basuras plásticas.
En otro momento Irons visita un hospital vietnamita para los niños nacidos bajo los efectos de la herencia por el uso del veneno militar Agente Naranja utilizado por el ejército norteamericano sobre los bosques y campos vietnamitas en los años sesenta del siglo XX. Y es que décadas después del final de la guerra, este tóxico sigue causando lesiones en la fisiología humana, especialmente de los niños y niñas de aquel país.
Las historias impactantes se acumulan así como las estadísticas y las cifras que diseccionan la fácil palabra que Irons pone para que las podamos digerir. Sin embargo, mientras, un mar literal de plástico nos rodea. Detrás de la película hay la convicción de que no podemos ser ignorantes sobre lo que acontece tras cada acto cotidiano sencillo en el que plásticos, envases y otros desechos simplemente acaban convertidos en tóxicos que se esparcen por tierra, mar y aire.
Sin duda es una película para crear conciencia, para ayudarnos a un mejor entendimiento sobre las consecuencias de lo que llamamos civilización y para que podamos tomar decisiones con conciencia sobre un tema que nos afecta a todos y que sin embargo no atendemos con la sensatez necesaria.
Montones de basuras flotando sobre un canal en un barrio de una ciudad del sudeste asiático. Fotograma del film Trashed.
La temática de Trahsed la podríamos ampliar con otros documentos también estremecedores sobre la cuestión ambiental como el minidocumental La historia de las cosas y el libro que lleva el mismo nombre, u otros films como Plastic Planet. Sin embargo, Trashed está conducida por un talentoso Jeremy Irons, que ha puesto su perfil de celebridad para llamar la atención sobre un tema complejo que, no por desagradable, requiere de nuestra máxima atención. Basta sólo con imaginarse estar por unos minutos sobre la pestilente capa de basura de cualquiera de los vertederos en los que trabajan miles de personas, intentando sacar provecho de lo que otros tiran y contamina. Y sin embargo, el equipo de rodaje de Trahsed se puso en medio de ellos para que, sin olor alguno, pudiéramos visualizar la monstruosidad que hay en un vertedero de basura hecho entre todos nosotros, mirando hacia otro lado a cada instante de nuestra vida.
Recolectores-recicladores en un basurero. Fotograma del film Trashed.
Éste es un film para crear conciencia sobre la importancia de vivir en armonía con nuestro planeta. No es el primero ni será el último. Cada tanto es necesario no olvidar la advertencia de la necesidad de conservar la biodiversidad planetaria y liberar de tóxicos nuestro entorno. Muchos son los documentos científicos, divulgativos, de todo tipo que señalan que la raza humana se encuentra en grave peligro por la contaminación causada por los residuos y los productos químicos tóxcios, y que el desarrollo de numerosas enfermedades actuales son consecuencia del deterioro del medio ambiente. Tenemos el poder para cambiarlo, pero tenemos que hacerlo ahora y con determinación y firmeza. Trashed es un estímulo visual para pasar a la acción.
Plástico flotando sobre el océano. Fotograma del film Trashed.
Ficha técnica
Título original: Trashed: No place for waste
Presentador: Jeremy Irons
Música original: Vangelis
Dirigida y escrita por: Candida Brady
Producida por: Candida Brady and Titus Ogilvy
Director de arte: Garry Waller
Fotografia de: Sean Bobbitt BSC
País: EUA
Género: Documental
Duración: 97 minutes (en formato DVD desde Abril 2013)
Año: 2012
Se puede ver en streaming con subtítulos en castellano por 5,99 US$ o comprar el DVD en su propia web, -aunque el DVD va sin subtítulos.
Artículo elaborado por el quipo de la Fundación Tierra. Imágenes del film.
