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Para ventilar la caja en la parte superior |
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Lombris al cubo |
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Hermosas lombris de la fertilidad en casa |
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Tableo a punto de rato bricolador |
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Después de agujero con broca, cómodo y seguro roscado |
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Ruedecillas la más de majas |
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Cuerdecilla de soporte y meneo fértil
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Factoría de fertilidad terrícola, de la cuna a la cuna, o lo que es lo mismo basura=alimento
El
camión que recoge cada noche la fracción de rechazo desde la selección de residuos en Manresa, no pasa desapercibido, el golpeteo
metálico del proceso de carga y descarga de contenedores y el ruidoso y
sucio motor diesel completan la sinfonía. En nuestro barrio la fracción
orgánica se gestiona colectivamente y una vez depositada en el
contenedor que toca va rumbo a la planta de compostaje, estupendo. De
la cuna a la cuna, más o menos, y como tiene que ser.
Por otro lado leo en la
prensa una pequeña nota de los apañaos ingleses, resulta que quieren
premiar al que menos mierda residuo genere, hablan de más de 70 euros
al año, casi ná. Si una propuesta así se les ocurriera a los gestores
que se encargan de la ardua labor de retirar rápido toda la basura que
gestionamos, creo que sería un éxito en estos lares, el capitalismo
creativo sabe mucho de economía y seguro que sale más barato invitar a
no generar tanto residuo, es decir a consumir productos mas
responsables en lo referente a sus embalajes que enfrentarse a la
cuenta cada vez más alta de los costes de gestión, reciclaje y
eliminación. Claro que esto igual lleva, y sobre todo aquí, a la
picaresca a la que somos tan dados, de golpe el vecino al que ves
entrar cada semana con más de 100 latas de su bebida preferida y
hasta 20 bolsas de plástico a reventar con el logo del gran almacén de
la periferia, de golpe sus bolsas de residuos menguan tremendamente. O
bien se aplica en depositar por su medios en los contenedores de la
recogida selectiva (éxito a celebrar con moderación) o bien cuando se
va a tirarse unos pedos al monte deposita gran parte de la basura de la
semana en el contenedor de otro pueblo donde no se controle el sistema
con tanto rigor.
Bueno, todo este rollo para que aún siendo
beneficiarios de recogida selectiva de la fracción orgánica en el
barrio y por querer cerrar el círculo de los nutrientes nosotros
mismos, por puro placer experimental, por sensaciones nuevas, sigo con el
porqué y cómo nos hemos construido una factoría de vida fértil, un
vermicompostero donde 1.000 lombrices han comenzado a hacer de las suyas
convirtiendo las mondaduras de frutas, los restos de limpieza de
verduras y hortalizas, los restos de infusiones y hasta alguna cáscara
de huevos, en un abono rico, rico para el huerto urbano y macetas como
nutriente en el destino más directo y cercano desde la genuina planta
de producción.
Bueno, el pisillo de alquiler no es tan pequeño,
aun así, hemos querido que la factoría quede en su interior y cumpla
alguna otra función, después de un día de acopio, ajuste y preparación
de materiales, la compra de una caja de plástico y la costura sabia de
la abuela familiar en lo que al cojín confiere, hemos puesto en marcha
nada más recibir el lote de lombrices Eisenia fetida (antes Eisenia foetida), o roja de California, o lo que es lo mismo, la mejor lombriz obtenida para el
mejor rendimiento compostador, en nuestro ecodiseñado vermicompostero
doméstico versión arca con ruedas y mullido asiento.
Claro, y
por qué estamos tan animados, pues te cuento. Después de ojearme el
libro de McDonough y Braungart, Cradle to cradle (de la cuna a la
cuna) y quedar seducido por su mensaje: explican cómo se pueden
diseñar productos para que, desde su concepción, puedan ser materia
prima de algo nuevo una vez finalizada su vida útil. Dicen que pueden
considerarse como “nutrientes biológicos” que volverán fácilmente al
agua o a la tierra sin dejar en ellas materiales sintéticos o tóxicos.
También hablan de nutrientes técnicos y del termino ecoefectividad, y
eso ha sido el eje seductor, como ser un poco más ecologistas
efectivos, y es por ese reto que todo lo hemos llevado a la más alta
representación del término, a dar forma y acción a nuestro cajón de
fertilidad de la tierra. Aquí completo comentario de un libro para rediseñar el mundo.
Si
tienes espacio y ganas de hacerte gestor colaborador directo de gran
parte de tus residuos orgánicos... salidos de la cocina, aquí el paso
a paso:
1. Si te seduce el artefacto final de las imágenes, aquí
las medidas totales, altura con ruedas: 41,5 cm; largo: 60 cm y ancho: 46,5 cm y si estas te
cuadran, paso siguiente
2. Hemos elegido el tablero OSB (grandes
virutas orientadas) de 20 mm de grueso, por estético y por
sostenibilidad de materiales, lo compramos en un almacén de madera y
tableros. Por supuesto puedes realizarlo con otras combinaciones
maderables, recicladas y adaptadas.
3. También nos hemos apañao,
dos bisagras con sus tornillos, un pack de ruedas sencillas y una caja
de tornillos para tableros (son largos y finos de cuerpo). Una caja de
plástico con estas medidas ha sido la ideal: 55 de largo x 38,5 de
ancho y 28 cm de alto
4. Las medidas de corte del tablero, que siguen: dos laterales de 46,5 x 34,5 cm dos frontales de 60 x 34,5 cm una base de 60 x 46,5 cm una tapa de 60 x 50 cm
5.
La unión la hemos realizado con un cosido de tornillos, cada 5 cm una
pieza, taladrando con una broca fina la tabla de paso.
6.
En la parte superior de las dos piezas frontales y las dos laterales se
han realizado líneas de agujeros con broca del 12, para airear el
sistema.
7. En la caja de plástico interior, el alojamiento de
las lombris, también se han realizado agujeros en las zonas superiores
de sus paredes.
8. Un cordel asido a la tapa y un lateral con unas grapas permite mantener la tapa levantada y estable.
9.
La ventilación complementaria del montón de compost del bueno la hemos
ideado con un tubo de multiperforado de 40 cm de diámetro con agujeros
de broca de 3 mm que situado en el centro y con la posibilidad de
moverlo de sitio conecta la base interior de la caja contenedora con la
parte superior permitiendo una conexión de aire entre las zonas. Sirve tambien un resto de tuberia drenante, quizas en alguna obra puedas encontrarlo.
10. Las ruedas que permiten una movilidad total de la cómoda fértil se colocaron con tornillos cortos.
11. Una asa recuperada de un destartalado cubo ha quedao de lo más estética y útil.
12. El cojín mullido superior lo ha realizado unas manos sabias en la costura aprovechando retales floridos y lana de oveja.
y enseguida la factoría ha pasado a la acción, a los pocos días de solicitar el lote de lombrices a Humus Fértil,
y abonar los 35 euros de coste, el mensajero nos entregó una cajita
donde entre un montón de materia orgánica ganadera observamos a las
trabajadoras de la fertilidad de la tierra con los efectos agitados de
un especial jet lag.
Como colchón inicial hemos puesto papel
reciclado troceado a tiras y encima un lujo de fibra de coco que
teníamos a mano en forma de pastilla comprimida, que una vez inmersa en
agua se descompone y convierte en una especie de esponja reservorio de
humedad y reguladora de la temperatura interna. El plan de acción de
aportaciones de papeo pa lombris lo hemos comenzado con pequeñas
dosis, mientras observamos cómo se desenvuelven, una vez se
cepillen lo que traian como sustrato orgánico han comenzado con la poca
carga que hemos puesto (ojo, no emocionarse y convertir el vermi en
gran contenedor, ya que las putrefacciones de lo orgánico no huelen
nada bien. Un consejo es enterrar los restos que incorporamos, de esta
forma la integración es mas eficaz y el desarrollo de plagillas menor,
algo que se puede regular también colocando un viejo tejido de lana,
yute o parecido a modo de cubridor en en contacto con el sustrato. Es conveniente hacerse con un cubo depósito para que en él durante unos días los restos comiencen a descomponerse antes de introducrise en el arca y queden como al dente para las lombris. Una
cuchara sopera va divina pa remover, nosotros la dejamos dentro
siempre. La lombris tardan seis horas en convertir en oro los restos
orgánicos después de procesarlos en su interior. Temperatura agradable
y humedad segura son dos ingredientes vitales. Los restos organizcos mejor en trozos que no pasen los 4 centimetros. Si notamos que falta
humedad, un pulveriador y lluvia suave sobre el montón. La
previsión es que las 1.000 lombris se conviertan en un ejercito
devorador de restos y al cabo de un año podamos sacar hasta 20 kilos de
material procesado por quizas 10 mil lombris, para esto conviene ir depositando materia organica en uno de los lados hasta que todas las lombris se vayan a comer a el y podamos sacar por lo menos la mitad de la carga, la expandiremos sobre el
suelo, haremos la tria, volveremos a colocar lo vivo y lo que esté en
proceso dentro y otra vez a empezar. Una vez seco el humus, a la bolsa
y rápido como fertilizante de cobertura, regalo supremo para flores y
hortalizas del huertecillo ecourbanero..
Y porqué lo hemos hecho, pues es fácil para nosotros contarlo, porque cuando se vive de cerca el ciclo de la vida, cuando se
percibe y ve como lo que estuvo vivo vuelve en su fase residuo a la
cuna en vez de a la tumba y allí se gestiona para volver otra vez
a salir de la cuna en forma de nutriente, cuando todo esto se vive en
casa, te sientes un poco más árbol, un poco más útil, un poco más íntegro, un poco más comprometido con el misterio de la vida global. Y
además, cuando después de sentir puedes sentarte cómodamente sobre la
factoría doméstica de fertilidad, el descanso es más que una
recompensa. Y luego, ver como el peque de la casa enseña el tesoro
fértil a los colegas y da una lección suprema de gestión de la materia
orgánica, es que te quedas como embobao.
Ojo al tanto, si no
entiendes ahora la vida fértil sin una factoría en casa, y si en lo de
las habilidades manuales carpinteras no te has titulao, de momento, y
el temor ante el reto te invade, en breve plazo la Fundación Tierra
pondrá a disposición un vermicompostero similar al propuesto bricolado,
esta vez en plástico pero reciclado ( precisamente de la recogida
selectiva de la cuna a cuna y oleee), ...y quién me dice que no
incorporará algunos de los plásticos que deposité en la recogida
selectiva que tiene que ver con aquel ruidoso camión de la basura del
principio de este texto. Así que tranquilo, para el otoño, factorías
de fertilidad domésticas al servicio del pueblo y al mejor precio.
Por cierto, dos regalos con los que puedes ilustrarte en la temática echando lectura al pdf del Perspectiva Ambiental dedicado al tema y si lees en catalán y quieres ir más allá La Despensa en la Ciudad ,
de ambos espero que te sean de utilidad para montar tu arca ecológica
dentro de tu cobijo, y porque no en la oficina, el taller o en cole.
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