7 de abril 2014. Hoy hace 20 años creamos la primera fundación medioambiental con este exclusivo propósito. No había todavía un protectorado de fundaciones en el Ministerio de Medio Ambiente y el entonces Ministerio de Cultura aceptó el concepto de cultura ambiental como fin fundacional. Con el capital fundacional mínimo exigido en la época, unos 6.000 euros, la misión era canalizar y fomentar iniciativas que favorecieran una mayor responsabilidad de la sociedad en los temas ambientales inspirada por el espíritu de que "los pequeños cambios son poderosos". Entendíamos que había que fomentar un cambio de la cultura actual con una perspectiva ambiental o dicho en otros palabras avanzar a una visión de la civilización humana menos egocéntrica.
Poco imaginábamos que, a los siete años de su creación, habríamos generado suficiente actividad como para aumentar el capital fundacional hasta la cifra actual de 100.000 euros en forma de patrimonio propio. Desde entonces, más allá de los altos y bajos de cada ejercicio (que se pueden consultar en las memorias de nuestra web institucional) y a pesar de disponer de un presupuesto modesto, la Fundación Tierra se ha caracterizado por un marcado espíritu innovador en todas las actividades emprendidas. Cómo afirmaba Max Plank "una nueva verdad no triunfa convenciendo a sus opositores porque se les hace ver la luz sino más bien contribuyendo a que aquella sea familiar para las generaciones que crezcan".
Hemos sido los primeros en
Durante estos 20 años (1994-2014) la Fundación Tierra ha marcado algunos hitos en nuestro país al ser pioneros en diversas áreas. Claramente hemos hecho el papel que toca a una fundación que es el de abrir nuevas visiones. Algunas de estas luego han sido desarrollados con espíritu empresarial o por otras entidades que lo han tomado a modo de especialización.
Hemos sido los primeros en:
• Difundir contenidos ambientales a través de internet
• Poner en marcha de un bombeo solar de gran caudal
• Promover la colaboración entre empresas y el tercer sector ambiental
• Editar una enciclopedia ambiental en 50 monografías de más de 2000 páginas
• Introducir las tecnologías de procesado de alimentos con el sol
• Diseñar y crear el concepto de ecoauditoría doméstica
• Realizar un análisis termográfico arquitectónico en edificios de Barcelona
• Impulsar la implantación de la certificación FSC en el mundo editorial con un Grupo de Cadena Custodia
• Llevar la lucha contra el cambio climático en los tejados soleados
• Fabricar un vermicompostador hecho en nuestro país
• Crear un solardoméstico fotovoltaico de plug and play
• Facilitar la mobilidad urbana con bicicletas aptas para personas discapacitadas
• Levantar un invernadero para horticultura urbana con arquitectura geodésica
• Crear un estándard de certificación ambiental para servicios funerarios
5 inspiraciones para el cambio
A lo largo de este viaje de servicio a la sociedad, desde la Fundación Tierra, hemos forjado una visión peculiar sobre las cuestiones ambientales. Es nuestro legado y nuestra fuerza para poder evolucionar a partir de la experiencia de estos 20 años.
- Adoptar una perspectiva ambiental. Necesitamos reorientar todos los ámbitos de la sociedad, la cultura y la economía hacia un nuevo horizonte que permita compaginar la plenitud personal y el equilibrio planetario.
- Cambiarnos a nosotros para que cambie el entorno. Debemos pasar a la acción y convertirnos en el cambio que queremos ver para un futuro sostenible. Debemos convertirnos en agentes activos del cambio instalando energía solar en nuestros hogares para el autoconsumo, asumiendo una alimentación libre de tóxicos químicos, impulsando la movilidad sin emisiones de efecto invernadero o eligiendo en cada momento para que seamos eficientes y ahorremos en el uso de recursos naturales con una economía compartida y del bien común.
- Abrazar la simplicidad vital. No puede haber futuro sin un modelo social en el que prevalezcan los valores de la compasión, la equidad, el bienestar integral, la fraternidad, la cooperación, el amor, la frugalidad, el respeto a la dignidad humana y al orden natural, etc... No somos consumidores de bienes sino demandantes de servicios empezando por los que nos da la naturaleza (aire limpio, protección hidrológica, sustento, identidad, etc.). Sólo la economía colaborativa o del bien común tienen sentido.
- Somos hijos de la luz del sol. En la energía solar radica todo el potencial que la humanidad necesita para satisfacer sus necesidades, no su codicia. La energía solar nos aporta suficientes recursos energéticos renovables para una vida cómoda si la combinamos con la eficiencia y el ahorro energético. Hacer que las energías renovables sean el imperativo energético, es una prioridad no sólo política sino también ciudadana y espiritual.
- Morir sin huella ecológica. La muerte de un ser humano no debe dejar una profunda huella en los bosques del planeta ni en la atmósfera que respiramos. Hemos impulsado la certificación ecológica aplicada al servicio funerario, diseñando unos estándares que permitan reducir progresivamente el impacto ecológico a nivel de emisiones y residuos, además de la huella ecológica de los productos y servicios de cada funeral.
En aquella fecha del 7 de abril de 1994, tres jóvenes, Joan Dolcet, Ralf Massanés y Jordi Miralles acudían al notario para crear la Fundación Tierra. Hoy, siguen en el patronato de la entidad junto con el equipo actual. Cada cual puede hacer sus valoraciones, pero más allá de los errores que hayamos podido cometer, y aunque la entidad esté en revisión de sus objetivos, el patrimonio cultural que hemos aportado a nuestro país con una perspectiva ambiental está a la vista y es un placer compartirlo.
> Acceso al folleto 20 Años de ecoinnovación
> Imagenes del acto de celebración del aniversario plantando unos árboles