El cambio climático no basta para comprender profundamente la crisis del agua

Los gestores y empresarios desvían el foco de atención para esconder su gran responsabilidad en el asunto

Imagen
Desierto

JORDI GISPERT (22-04-2023):

“La falta de agua conducirá a algunas zonas de España a la aridez en las próximas décadas”; “La Península se adentra en una sequía de larga duración”; “Huracanes más lentos y dañinos, calor mortal y ciudades sin agua: así será la crisis climática en los próximos 10 años”. Son algunos de los titulares que a lo largo de las últimas semanas multiplican su presencia conforme la gran sequía se hace tema recurrente. Los vasallos de los clics y el sensacionalismo hallan en la alarma no del todo consistente un marco inmejorable para continuar su crecimiento. Es bien cierto que una inmensa mayoría de modelos, cálculos numéricos de probabilidades, muestran escenarios bastante desagradables. Pero el clima es tan complejo y comprende tantas variables que hay que andarse con cautela cuando se habla del futuro. Porque el propio grupo de las Naciones Unidas que en la pasada COP-27 en Sharm el Sheikh (6 – 20 de noviembre) quiso poner foco en la escasez del agua (Declaración “Get serious about water”) admite que faltan datos más robustos en un 60% de países para conocer el estado global de acuíferos, glaciares, lagos, ríos y pantanos. Porque en los informes del IPCC (Intergovernmental Panel on Climate Change) los distintos escenarios venideros no son afirmados sino únicamente proyectados dentro de una escala que va del “poco probable” al “casi cierto”. Más allá de esto y ahora más que nunca hay que observar aparte que no es clima todo aquello que reluce, que la escasez de agua es cíclica y por ende previsible, y la disponibilidad del bien depende en gran medida de los que gestionan, viven o negocian con dicho recurso.  

Mayor evaporación

Lo que sí puede explicarse, o al menos aproximarse, es lo que va a suceder en el ciclo del agua en forma general si los termómetros, como así ocurre ahora, siguen su progresión ascendente. La regla es muy clara: cuando el aire es más caliente puede contener más humedad que el aire frío y por lo tanto evaporar más cantidad de agua. El último informe de la World Meteorological Organization (21-04-2023) señala que el incremento del promedio térmico es exactamente ahora mismo de 1,15 grados respecto al período que se toma como referencia (1850-1900). Consecuentemente ya ha aumentado en gran medida la disipación del agua del océano, del suelo, de los ríos o del bosque, y ha dejado tras de sí una condición más seca y más propensa en general a los incendios y a la baja productividad. En Europa, particularmente, se calcula que en los últimos 50 años se han venido triplicando las pérdidas en cultivos, y los fuegos se han cebado con los bosques en creciente proporción.  

La acumulación del agua en forma gaseosa favorece la compactación de nubes más extensas que permiten a la vez mayor condensación y precipitaciones más intensas. Unas lluvias que acontecen, sin embargo, en sitios diferentes por los cambios de patrones, de sistemas y corrientes. Los chubascos son más recurrentes y vehementes, y propician la fusión de nieve, una mayor escorrentía y desperdicios más notorios del recurso. En los Estados Unidos, por ejemplo, vienen reportándose en su zona centro y del nordeste desde 1979, los más drásticos aumentos en frecuencia y magnitud de las tormentas. Una condición que se da en paralelo a la escasez que sufren los estados más meridionales.   

Alta variabilidad

Una cosa es lo que ya ha pasado y otra lo que puede suceder. Cierto es que las recopilaciones y los incontables datos que hay hasta el momento no dejan lugar a dudas del aumento en periodicidad y virulencia de algunos fenómenos ya reportados. La fusión de las reservas más notorias del planeta, los glaciares, ha resultado en la pérdida de 30 metros de promedio desde 1970; en Groenlandia su casquete sigue descendiendo sin ninguna pausa de hace ya 26 años; el nivel del mar aumenta a un ritmo de 4,62 milímetros por temporada y daña los acuíferos costeros; las oleadas de calor batieron récords entre mayo y finales de agosto en Alemania, Reino Unido, Portugal, España, Francia y China; en el cuerno de África se vive la peor falta de lluvias de los últimos 40 años; y en verano en Pakistán grandes inundaciones dejaron un rastro nunca visto de 1.700 muertes y unas pérdidas por daños y reparaciones de unos 30 billones de euros.  

Todo apunta… Sin embargo en recurrentes ocasiones los pronósticos a largo plazo fallan. Van tres años que en América del Sur los meteorólogos anuncian casi con total certeza que La Niña (condición normal de los vientos alisios que soplan de este a oeste del Pacífico y conducen el calor superficial muy lejos de la costa de Ecuador, Chile y Perú) va a cambiar a Niño (la versión opuesta en que la dirección de las corrientes es modificada y se incrementan las temperaturas en el continente americano y otras partes del planeta). Esto pasa porque tanto en clima (sucesión de factores meteorológicos estables en un espacio determinado y cerca de la superficie en el pasado) como en tiempo (condiciones de alta inestabilidad en el conjunto de la atmósfera y del mar en el presente) nada es 100% certero cuando se predice aquello que está por pasar. Hay tantos factores de por medio (presión, viento, radiación, salinidad, temperatura, rotación, corrientes, humedad…) que lo más que puede hacerse es tirar la bolita varias veces para ver en qué agujero tiende a acumularse. Este será el escenario más probable, pero el plan estará muy sujeto a cambios al menor atisbo o vuelo simple de una mariposa. Se calcula, más concretamente, que el diagnóstico de más de una semana tiene en la mayor parte de veces una predictibilidad baja o hasta nula (Véase Figura 1).

 

Imagen
Gráfico de eficiencia en previsión meteorológica en función de espacio y tiempo
(FIGURA 1) Gráfico de eficiencia en previsión meteorológica en función de espacio y tiempo

La influencia de la acción humana

Venga un escenario u otro, las sequías no son, climáticamente hablando, una sorpresa. Ahora mismo Europa tiene a un 26,6% de su territorio en condición de alerta y un 1,4% en estado más crítico (Figura 2). Y en España  fuentes, ríos y pantanos andan en sus mínimos caudales (14% en Barcelona o 12% en Almería). Una situación que no viene de nuevo. El pasado del Mediterráneo ya constata que los tiempos de escasez son recurrentes y acontecen con frecuencia. En lugares muy concretos se han podido hasta identificar algunos episodios de carencia el doble de potentes que los que han acontecido más recientemente (como son las crisis detectadas en los siglos XIV y XV en un estudio retroactivo del Columbia Water Center, de Carolina del Sur).

Imagen
Estado de la sequía en Europa entre el 1 y el 10 de abril de 2023 (European Drought Observatory)
(FIGURA 2) Estado de la sequía en Europa entre el 1 y el 10 de abril de 2023 (European Drought Observatory)
​​​​

 

 

 

¿Por qué pues parece ahora que esto es el apocalipsis? Eminentemente porque nadie se preocupa del recurso agua cuando abunda. Y a pesar de la advertencia reiterada nadie cambia este modelo destructor que sigue y se acrecienta. El informe del IPCC, sexta revisión histórica del estado del clima elaborado durante el pasado año, reconoce textualmente que “El desarrollo humano actual no es sostenible ni tampoco resiliente ”. Sin embargo nadie frena y solo se advierte el problema cuando se abre el grifo y a lo largo de unas horas no cae nada. 

 

 

 

¿Cuánto más hay que insistir en que la acción del ser humano es responsable principal de la escasez y del desastre? En el estado español el 60% de marismas y humedales se han secado o están ya prácticamente bajo mínimos. Los caudales de los ríos dejan mucho que desear y los acuíferos, en más de un 23%, están contaminados por nitratos (umbral superior a los 50 miligramos/litro). ¿Es el clima el responsable principal de esta desgracia?

 

 

 

Cifras y casos concretos

 

 

 

Pues los datos dicen lo contrario. Proliferan regadíos, responsables de tres cuartas partes de este despilfarro, y se aprueban leyes, como la última de la Junta de Andalucía, para dar impunidad a los grandes latifundistas en la posesión de pozos ilegales. En tan solo un año, las grandes instalaciones industriales de porcino, que se exporta en mayoría (las que pueden albergar hasta 6.000 cerdos de engorde), aumentaron desde las 2.193 a las 2.331, en 2022, pese a las denuncias y advertencias del Tribunal Europeo en relación a la contaminación por nitratos. Las piscinas y campos de golf prosiguen sus demandas y se preocupan por los turistas más que por garantizar un equilibrio sostenible. Se detecta que el 20% de las cañerías en grandes ciudades como Barcelona tienen pérdidas constantes de agua.  Las empresas embotelladoras compran manantiales y extraen recursos en función de beneficios sin contar con el respaldo de la ciencia. Las eléctricas como IBERDROLA saquearon en 2021 en algunos embalses un 30% de reservas para burlar un decreto sobre la producción energética. Y una enorme piscifactoría de salmones, la más grande de la Europa Sur, viene proyectándose en Valderrebollo, una aldea de 25 habitantes de Guadalajara, para acabar ya de colmatar la escasez hídrica del Tajo. Como summum de la desesperación la “Mesa de la Sequía” convocada por el Gobierno español el pasado 19 de abril no abordó ninguna decisión estructural.  No hay ayudas a los ganaderos extensivos. Ningún plan para ampliar y difundir la agricultura regenerativa. Solamente mendigación de recursos para contentar la industria en cada territorio.  

 

 

 

¿QUÉ PUEDO HACER YO?

 

 

 

Contrastar siempre las cifras y los titulares llamativos con argumentos científicos

 

 

 

Contribuir cuando se pueda a la cesión de datos para sufragar la falta de medidas o conocimiento en torno al agua

 

 

 

Participar en las redes ciudadanas ya existentes para medir los contaminantes en los cursos subterráneos y superficiales 

 

 

 

Presionar a los gobiernos para que adopten medidas reales, bien asesoradas, con argumentos precisos y con vista siempre a largo plazo

 

 

 

Apoyar los movimientos ciudadanos que presionan para acabar con actividades industriales que derrochan de manera innecesaria las reservas de agua (como la agroganadería industrial, el sector energético, las plantas embotelladoras, los magnates de la construcción o los espacios de ocio y lujo). 

 

 

 

Contribuir en nuestro día a día a disminuir el gasto de agua. Proponemos al respecto 10 MEDIDAS muy sencillas de aplicar en casa:  

 

 

 

  • Apagar el grifo mientras nos cepillamos los dientes o nos afeitamos. 
  • Proceder a duchas cortas, considerando que de promedio y por minuto ya gastamos entre 10 y 15 litros de agua. 
  • Prescindir de las bañeras de manera habitual (su volumen medio no suele bajar de los 200 litros).
  • Guardar en un cubo el agua que se desperdicia mientras se calienta y darle uso a posteriori para fregar suelos o verter directamente al inodoro.
  • Concentrar la ropa en los lavados y usar siempre el programa más corto. 
  • Servirse del sol para secar la ropa y evitar así el gasto indirecto de agua (por la conversión en la energía eléctrica que se precisa).
  • Enjabonar bien los platos antes de derramar agua para lavar la vajilla a mano. 
  • Llenar hasta el límite preciso la olla para hervir los alimentos (evitando despensa de gas y de agua al mismo tiempo)
  • Regar plantas, en el caso de tenerlas, por la noche y sin excesos.  
  • Observar la carga de agua en las comidas (contando que por ejemplo un bistec de ternera puede tener ya una huella hídrica superior a 10 litros) y optar siempre que sea posible por carne, fruta y verdura de procedencia ecológica.   

 

 

 

Imagen
Fuente seca

 

 

 

ENLACES DE INTERÉS: 

 

 

 

CONFERENCIA “Clima y agua: los retos en materia de información del clima”, INSTITUTO DE GEOGRAFÍA, MÉXICO (Dr. Víctor Orlando, 22-03-2023): 
https://www.youtube.com/watch?v=B3pdo4fIarI&t=1675s

 

 

 

CONFERENCIA “Towards assessing and predicting the impacts of climate change on our water resources” (World Meteorological Organization, 16-11-2022): 
https://www.youtube.com/watch?v=VTPUvmeI3uA

 

 

 

ÚLTIMO INFORME SOBRE EL ESTADO DEL CLIMA “State of the Global Climate” (Word Meteorological Organization, 21-04-2023): 
https://storymaps.arcgis.com/stories/6d9fcb0709f64904aee371eac09afbdf
https://public.wmo.int/en/media/press-release/wmo-annual-report-highlig…

 

 

 

DECLARACIÓN “Get serious about water” realizada por una comisión de expertos en agua y clima en la COP-27 de Egipto (World Meteorological Organization, 08-11-2022): 
https://public.wmo.int/en/media/press-release/%E2%80%9Cget-serious-abou…

 

 

 

INFORME DEL IPCC sobre existencias de AGUA y previsiones (18-10-2019): 
https://www.ipcc.ch/report/ar6/wg2/downloads/report/IPCC_AR6_WGII_FOD_C…

 

 

 

ARTÍCULO EXTENSO con las consecuencias que provoca el cambio climático en Estados Unidos en relación al agua (Columbia Climate School, 23-09-2019) 
https://news.climate.columbia.edu/2019/09/23/climate-change-impacts-wat…

 

 

 

WEB DEL OBSERVATORIO EUROPEO DE LA SEQUÍA (European Drought Observatory): 
https://edo.jrc.ec.europa.eu/edov2/php/index.php?id=1000

 

 

 

SITUACIÓN de los EMBALSES en España: 
https://www.embalses.net/

 

 

 

NECESIDADES DE AGUA EN LA GANADERÍA POR ESPECIE y prevenciones en la Agricultura Ecológica (Agroecología.net, 2004): 
https://www.agroecologia.net/recursos/adge/articulos/agua%20ganaderia1%…

 

 

 

EJEMPLO DE UN CONFLICTO CON LAS PLANTAS EMBOTELLADORAS DE AGUA (El Salto Diario, 05-08-2020):
https://www.elsaltodiario.com/agua/luchas-contra-plantas-embotelladoras…

 

 

 

EPISODIO  DE ABUSO DEL AGUA PARA LA GENERACIÓN ELÉCTRICA POR PARTE DE IBERDROLA (El Confidencial, 22-10-2021):
https://www.elconfidencial.com/economia/2021-10-22/datos-certifican-vac…

 

 

Changed
02/05/2023

Sign up for Terra Bulletins

We’ll keep you up to date with Terra news

Help us to find solutions for the #climateemergency

Please donate now

 

Facebook Twitter YouTube LinkedI