La amenaza creciente de los transgénicos




La amenaza creciente de los transgénicos
  Econoticias 47

Internacional

La amenaza creciente de los transgénicos 


La soja transgénica lidera con el 60% del total mundial cultivado seguida del maíz


España, con 70.000 h de cultivo de maiz Bt es el país europeo con más implantación de transgénico





Enero, 2006.. El cultivo de  variedades transgénicas --organismos manipulados genéticamente (OMG)-- alcanzó a finales del 2005 un nuevo récord en el mundo con 90 millones de hectáreas (9 millones más que en el 2004), una superficie equivalente a casi dos veces España.

Optimismo frenético
El informe anual de la International Service for the Acquisition of Agri-biotech Applications (ISAAA), una ONG alimentada por la industria del sector, destaca que cuando se iniciaron las primeras cosechas ahora hace 10 años hasta la actualidad el número de agricultores clientes de las semillas transgénicas asciende ya a 8,5 millones de agricultores de 21 países, cuatro más que el año anterior. El incremento de la superficie cultivada fue del 11% con respecto al 2004. Los principales impulsores de las variedades transgéncias continúan siendo Brasil, China y la India, aunque al club le han salido nuevos socios no menos activos como la República Checa e Irán.  De los países europeos, España es el único país de la UE con una superficie notable dedicada a OMG. En nuestro país, según el ISAAA, se plantaron en el 2005 de 70.000 a 80.000 hectáreas de maíz Bt, el único OMG autorizado para ser cultivado. Sin embargo, sólo se cosecharon 48.000 debido a la grave sequía que afectó al cultivo de maíz en toda la geografía. El total de hectáreas en España de maíz Bt alcanzó el 11% del total de maíz cultivado. Las entidades ecologistas, no obstante, estiman que el sector tiene la necesidad de divulgar cifras cada vez más optimistas y de conquista por lo que consideran que se abultan las cifras. En el caso de España, afirman que la superficie plantada de maiz manipulado no superó las 55.000 hectáreas.

Los cultivos más implantados
El ISAAA dictamina que el cultivo más implantado es la soja tolerante a herbicidas que supone el 60% de los OMG cultivados en el mundo aunque esta cifra represente sólo un 10% del total de la soja. A continuación se sitúan el maíz (24 %), el algodón (11%) y la colza (5%) . En 2005, los cultivos de soja, maíz y colza resistentes a los herbicidas fueron los más cultivados con 63.7 millones de hectáreas (un 71%) seguidos de los que incluyen la toxina del Bt insect con 6.2 millones de hectáreas (18%).

Sin embargo, los expertos del sector de la biotecnología calculan que en pocos años serán las variedades de arroz las que tomarán el relevo. Recordemos que el arroz transgénico está en el punto de mira de las investigaciones biotecnológicas porque constituye el alimento básico (casi único) de 1.300 millones de pobres y porque argumentan que el arroz transgénico puede ser indispensable para combatir enfermedades especialmente en Asia. En este sentido, el arroz con pro-vitamina A es el más alabado por los biotecnológos, también llamado el “arroz dorado” porque produce una cantidad de beta caroteno (pro-vitamina A) 20 veces superior a la que contiene un grano normal. Sin embargo, nunca explican que para obtener la dosis de vitamina A saludable uno debería comer cada día 12 veces el consumo normal (300 g/dia) de arroz. La ingesta de los 300 g de arroz transgénico aportaría tan sólo un 8 % de la vitamina A diaria necesaria. En fin, puro espejismo de marketing y todo un contrasentido.  

Mientras las multinacionales de las semillas continúan alardeando de los beneficios para la humanidad de sus variedades no cesan en incrementar sus beneficios económicos a costa de amenazar a los agricultores que son reacios y a extorsionar para que la sabiduría ancestral en la selección local de semillas sea declarada ilegal.  

Contaminación creciente
Las organizaciones que luchan contra los transgénicos cuestionan las cifras del ISAAA y consideran que sus estimaciones han sido exageradas para crear una sensación de triunfalismo del sector. Cualquier experto en marketing sabe de la necesidad de este sector por intoxicar a la opinión pública y bajar la alarma social que crean estas semillas manipuladas. Lo cierto es que empiezan a detectarse casos de contaminación de plantas transgénicas a cultivos tradicionales. Algunas administraciones como la catalana pretenden regular la distancia mínima entre unos y otros y proponen que sean 50 m. Los ecologistas denuncian que esta distancia es un insulto dado que se sabe de contaminaciones a cientos de metros.  Sin embargo, el efecto de tanto cultivo manipulado emerge lentamente. Algunos agricultores ecológicos han empezado a detectar resistencias de las plagas a la toxina del Bacillus thuringensis que era uno de los pocos remedios de la agricultura ecológica cuando era atacada por una plaga voraz. El cultivo de transgénicos  constituye una amenaza  denunciada  por  activa y por pasiva. A medida que aumente la superficie plantada los problemas empezarán aflorar. Pero quizás para entonces no estemos a tiempo de frenar sus efectos.




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09/02/2017

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