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Equipo
con recuperación de agua ofrecido por H20point, la mejor alternativa
para evitar el agua de rechazo que supone esta tecnología.
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La osmosis inversa requiere de un equipo de calidad para su buen funcionamiento y ahorro de agua.
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Detalle de la membrana de un aparato de osmosis
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El
agua embotellada se ha convertido en algunos casos en objeto de diseño.
El sabor del agua del grifo no mejora, aunque tratada y embotellada
constituye casi el 40 % del agua envasada.
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| Depósito de 200 litros para un sistema de osmósi en una oficina que alimenta las cisternas del váter. |
Recupera el agua del osmotizador
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Nuestro consejo por puede ser otro, si escoges un sistema de agua
osmotizada que sea con recuperación total del rechazo, a partir de
aquí, podemos brindar con ella.
Recuerda que en la Unión Europea se bebieron 50.300 millones de litros
de agua embotellada lo que supone una gran presión para los manantiales
así como los efectos del impacto ambiental en el transporte y la
fabricación de envases de plástico.
En España se gastó en el 2006 una media de 50,8 euros en agua de botella.
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El agua, no siempre tan clara...
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La
calidad del agua de bebida no la valoramos sólo por que no es
perjudicial para la salud (está libre de microoganismos patógenos y
sustancias nocivas sino también por su sabor. La mayor parte del agua
de consumo de la red pública de agua proviene del tratamiento de agua
de los ríos, pozos de acuíferos subterráneos o desalación. La calidad
del agua ha disminuido drásticamente debido a la gran carga de
contaminantes y otras substancias que hay que depurar. El agua del
grifo sale microbiológicamente libre de patógenos, pero es más difícil
de garantizar que no contenga un exceso de sales minerales y otras
substancias (nitratos, etc.). Excepciones a parte, existe una estricta
normativa gubernamental sobre la calidad con la que el agua debe
suministrase a la red pública. Sin embargo, algunas aguas de forma
natural contienen una elevada proporción de cal. El propio cloro gas
que se emplea para higienizar el agua pueden reforzar este sabor duro
que caracteriza el agua del grifo de muchas zonas de España.
En algunas regiones, especialmente en aquellas con aguas duras, o sea,
ricas en cal, el sabor de esta agua puede no ser suficientemente
agradecido. Cuando comparamos su sabor con el del agua envasa
procedente de un manantial, pues nuestras papilas gustativas lo tienen
claro. Las aguas con un menor contenido de carga mineral (suponiendo
que no se detecte el sabor del cloro) las preferimos. El hecho que no
se suministre el agua con menos carga mineral en aquellas zonas
caracterizadas por un alto contenido de cal es una cuestión de costes.
Se prioriza la calidad sanitaria frente a la calidad organoléptica. A
partir de este punto, uno puede hacerse a la idea del interés de que
existen tecnologías de uso casero para reducir el contenido de sales y
otros elementos del agua. Entre las más utilizadas está el filtraje con
carbón activo, la destilación y la osmotización.
Vamos a abordar el de la osmotización por la presión mediática que
están empezando a ejercer determinados fabricantes de productos para
que haya un osmotizador en cada hogar. La ósmosis inversa, o sea la
tecnología para osmotizar el agua, no es más que un sistema que
mediante la presión del agua provoca que esta atraviese una membrana
que sólo deja pasar las moléculas del agua (hidrógeno y oxigeno) y
retiene la mayor parte de las sales disueltas que contenga con un
importante volumen de agua. Los materiales para fabricar la membrana de
osmosis han evolucionado en este último lustro y finalmente han dado el
salto para distribuirse como si de un enser más de cocina se tratara.
Los pequeños útiles para obtener agua osmotizada de calidad en el hogar
suponen ya un pingüe negocio a juzgar por las páginas enteras de
publicidad que copan en los medios de comunicación.
La publicidad de algunas de las empresas que venden equipos de osmosis
domésticos no puede ser más truculenta. Una de estas, por ejemplo,
asegura que “La Tierra es un gran osmótic” y que su equipo no hace otra
cosa que reproducir lo que la madre Naturaleza hace: recibir el agua,
filtrarla y depurarla por los más avanzados medios naturales (físicos).
Si la Tierra fuera un “gran osmótic” los humanos ya habríamos sido
rechazados de la biosfera por perniciosos. En fin, que la publicidad no
tiene en este caso ética ni decoro. Otras marcas defienden que ofrecen
agua pura y para ello envían a sus representantes con un simple
conductímetro, aparato que permite medir la cantidad de sales disueltas
y un reactivo para hacer precipitar la cal y demostrar así la “baja
calidad del agua” que uno está tomando. Frente a estas percepciones que
el usuario identifica como poco saludable facilitan la tarea del
vendedor. A partir de ahí ya es sólo una cuestión de precio y diseño el
que a uno le coloquen el aparato de osmosis en casa.
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El principio físico de la osmosis |
Sin
duda la tecnología de la osmosis inversa se explica por el fenómeno de
invertir el proceso natural por el que dos soluciones acuosas separadas
por una membrana semiimpermeable tienden a equilibrar sus
concentraciones difundiendo líquido a través de las mismas. Para
provocar la inversión se aplica presión para que el agua atraviese la
membrana contra gradiente, de manera que queda un volumen de agua sin
sólidos y un volumen con los sólidos concentrados. Dado que la medida
del poro de la membrana osmótica es de 0,001 micras las sustancias del
agua quedan retenidas entre un 93 y un 98 %. La realidad es que esta
tecnología permite que una agua dura o calcárea común con una
concentración de sólidos disueltos totales (TDS) de 1000ppm quede
reducida a 100 ppm con lo que el sabor “sin sabor” del agua es casi
absoluto. Las aguas minerales, muchas de ellas con concentraciones
mayores de TDS superiores a 150 ppm tienen un sabor más fuerte.
Este principio era hasta hace poco sólo utilizado en la industria y en
medicina dado el elevado coste de las membranas osmóticas. Sin embargo,
los avances en nuevos materiales han permitido fabricar membranas
osmóticas de calidad razonable con fibras sintéticas como la poliamida
aromática. Pero tampoco debemos olvidar que el proceso exige unos
mínimos para dar durabilidad a la membrana. Muchos de los nuevos
equipos de osmosis inversa que se presentan al público en formato casi
de una “fuente” para la cocina en realidad se ofrecen con prestaciones
bajas y el bueno precio de entrada lo pagaremos con los consumibles o
recambios de los filtros.
Un proceso de osmosis de calidad dispone de cinco pasos. En primer
lugar hay un microfiltro para eliminar los sedimentos de hasta 5
micras. En segundo lugar un filtro de carbón activo reduce las
sustancias químicas presentes y mejora el olor y el gusto. Un tercer
filtro de carbón activo y fosfatos se añade como función esencial lade
evitar que el cloro llegue a la membrana y la perjudique por efecto del
poder oxidante de este elemento. De ahí que estos filtros precedan al
paso del agua a través de la membrana de osmosis. Finalmente, se somete
a un quinto proceso de filtraje con carbón activo para eliminar
posibles problemas de sabor u olor por el proceso de osmosis
inversa.
Para funcionar correctamente, el sistema necesita una presión superior
a 3 – 4 bares que si no la disponemos en la red hay que obtenerla de
una pequeña bomba. Los filtros deben cambiarse cada año más o menos y
la membrana cada 3 años en función de la calidad del agua de entrada.
Una menor presión provoca una pérdida de eficiencia del sistema. Sin
embargo, lo que no se explica del agua osmotizada es que para obtener
agua rica debemos desechar entre el 65 y el 85 %. En otras palabras que
estamos despilfarrando agua.
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Agua osmotizada con recuperación |
Quizás
hay que insistir que por cada litro de agua que pasamos por el
osmotizador sólo menos de un vaso pequeño es agua osmotizada y el resto
se desperdicia por la red. Cualquier instalación de un sistema de
osmosis se conecta al agua de la red a la vez que dispone de una salida
que se conecta al bajante del fregadero para evacuarla. Este 60 a 85 %
de agua que se vierte no es mala sino simplemente con un alto contenido
en sales tipo carbonato cálcico y otras. Esta agua puede ser útil para
fregar suelos o para la cisterna del WC. Aunque el consumo de agua
osmotizada se reduce al agua de bebida o para cocinar y lavar frutas y
verduras al final de un día en una familia media podemos estar tirando
alrededor de más de 10 litros diarios.
Resulta irónico que para beber agua de mayor calidad y ahorrar agua
mineral a la vez que envases plásticos acabemos desperdiciando ingentes
cantidades de agua aprovechable. Es importante huir de la publicidad
que nos ofrece a bajo precio sistema de osmotización del agua. La
tecnología de osmotización está actualmente muy estandarizada por lo
que las variaciones de precios están esencialmente entre dos rangos: el
barato y el convencional. En el primero pagaremos por la baja calidad
de las membranas y del sistema en general. Con el segundo nos
aseguramos la eficiencia del sistema. Buscar instaladores o tiendas que
nos puedan ofrecer un sistema de recuperación del agua de rechazo de la
osmosis es la mejor inversión ambiental. Ya son numerosas las
experiencias de recuperación centralizada con desvío a cisternas o la
recogida diaria del agua de rechazo en un recipiente preparado para
ello y con destino al uso de limpieza del hogar o riego de plantas.
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Beneficios de la tecnología de la osmosis |
La
osmosis inversa elimina el cloro (y, por tanto, el sabor y olor
desagradables que provoca) y las típicas sales disueltas de
sulfatos y cloruros. Así mismo retiene o impide el paso de
contaminantes como el arsénico, el asbesto, la atrazina, pesticidas,
herbicidas, fluor, plomo, mercurio, nitratos, benceno, tricloroetileno,
trihalometanos e incluso algunos radionucleos. Evidentemente, el agua
osmotizada tiene suficiente calidad como para que nos desenganchemos de
la garrafa de agua mineral y, por tanto, pasemos a ahorrar las
emisiones por el plástico no consumido y el transporte evitado. Pero
debemos insistir nuevamente que de no aprovechar el agua de rechazo
todos estos beneficios pierden fuelle por el despilfarro de agua que
implica.
En zonas donde la contaminación por nitratos (habitualmente debido al
uso excesivo de fertilizantes en suelos agrícolas) el agua osmotizada
puede ser una de las pocas soluciones para evitar los perjuicios de
estos residuos disueltos en el agua de boca. Aunque quizás tampoco es
la panacea puesto que a pesar de lo que diga la publicidad, dado que
son iones muy pequeños no siempre (en función de las condiciones de
partida del agua y la presión), no pueden reducirlos más allá del 50 %.
Es evidente que la administración debería tomar cartas en el asunto
para que el suministro de agua potable tenga todas las garantías para
la salud. Pero, claro está que nadie quiere pagar el agua más cara aun
cuando luego compremos 1,5 litros de agua mineral al mismo precio que
1.000 litros de agua del grifo.
Un sistema de osmosis inversa puede amortizarse rápidamente si lo
comparamos con el precio de las botellas agua envasada. Sin embargo,
tampoco podemos olvidar que si implantamos esta tecnología sin el
correspondiente interés por la salud ambiental de nuestro entorno
quizás sea peor el remedio que la enfermedad.
Sea como sea, una alimentación saludable no puede desvincularse de tomar
agua (rica) con baja mineralización. Aunque no faltan voces de expertos
que argumentan la necesidad de una mayor educación sanitaria respecto a
la calidad de las aguas potables puesto que según ellos la baja
mineralización puede ser contraproducente. Hoy disponemos de la
tecnología para lograr la mejor calidad del agua, pero también es cierto
que sin la necesaria conciencia uno no puede aplicarse en el uso
sostenible del agua en casa. Lamentablemente, a algunas empresas de
estas que llaman a tu puerta para ofrecerte agua osmotizada lo de la
conciencia ambiental o respeto por el agua les importa poco.
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