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Salimos
al Paseo Colón a toda pastilla bicicletera, esto de llegar tarde
siempre a las citas es un mal que arrastro y parece que ni con la edad
se arregla, pero en fin, la BICICLETADA con mayúsculas de la campaña CON BICI SIN CO2,
también con mayúsculas, comenzaba a las 11:00 en punto en el pintoresco
Arc del Triomf de BCN y sabedor de la ruta y de mi retraso, me realizé
el calculo de por donde debería pedalear el pelotón y... no fallé, mira
tú.
Imaginé que al ser domingo la asistencia sería importante, imaginé también que el buen funcionamiento del pásalo
por SMS tendría buenos resultados, imaginé que en otras aventajadas
ciudades del Estado también la alegría de participar en la primera gran
convocatoria estatal simultánea de la historia bicicletera urbana,
serviría para sumar un buen número de biciactivistas... pues bien,
FLIPÉ con mayúsculas al encontrarme a la vista con la cabeza del
ecopelotón a la espera en un semáforo, frené, di la vuelta y me busqué
el mejor ángulo para tirar un retrato. Que mogollón madre, de golpe me
di cuenta de que aquella primera visión desbordaba todos mis cálculos.
Y como suelo ser algo dao a tirar parriba números y volúmenes, le dije
a la compi, xiquilla que no son cientos, que son MILES, YUJU, YUJU...
Que
emoción ver a tanto humano de todas las edades sobre sus máquinas
verdes, sonriendo, gritando de alegría algunos y todos a velocidad
humana enfilando la ruta de una convocatoria histórica a favor de la
bicicleta como medio de transporte urbano, insuperable, más limpio
imposible, silencioso, molón y respetuoso.
Como un niño
emocionao comencé a ir palante y patrás, disfrutando de la buena
energía rodante del personal y observando lo valioso del momento, el
valor de la comunicación positiva para sorprendidos ciudadanos
caminantes y rodados a 4 ruedas, en paseo dominguero por la ciudad.
Toda la Rambla, llena en sentido subida fue gran noticia cuando me
encontraba en la cabeza, más contento imposible.
Desde allí vi
pasar al pelotón, y aproveché para observar los perfiles de la
diversidad humana que vibra con la bici. Mayores, escandalosos,
reivindicativos, chavales solos, chavales en sillita con papás
contentos, serios, alegres, tuneadores, destartalaos, elegantes,
bien vestíos, vestíos normales y que passa, hasta sexis. Todos
pedaleando sobre una ciudad cargada de normativas y que mira por donde
estos días lanza una confusa propuesta que afecta a los biciclistas y
no los valora como agentes ambientales diarios y valiosos, y los nombra
ciudadanos ilustres dignos de uso preferencial del asfalto barcelonés,
mírate si te interesa una opinión con la que estoy a favor superior.
Llegó
el pelotón más disperso imposible por fallo de coordinación de la
cooperante guardia urbana motorizada más la suma de todos los semáforos
del recorrido y lo mejor, el mogollón de biciactivistas. Todos bien
aparcaos delante de la histórica glorieta frente a la más fotografiada
cascada de la ciudad. Para mi éramos más de mil, y esas tantas cintas
colgaron de un árbol donde cada uno de los participantes
colocamos nuestra cinta acreditadora de que al haber sustituido a un
contaminante coche en el desplazamiento realizado en bici durante 5 km,
1,040 kg de ahorro en CO2 (por bicicleta), toma ya. Después de la lectura del manifiesto,
que aquí te enlazo, un cartel visualizó la estimación superada con
creces de que en Barcelona la bicicletada ahorró 1.140 kg de emisiones
de dióxido de carbono.
Sumada nuestra aportación a las otras 29
ciudades bicicolegas un total de 12.264 personas pedaleamos todas a
favor del entendimiento cultural y activo para evitar el cambio
climático, demostrando lo bueno que es para todos desplazarse sin
humos. Y atención 15.454,70 kg menos de CO2 ha sido el computo de la
gran familia CON BICI. No te pierdas la campaña, anímate y pedalea con más alegría.
Gracias gentes de Amics de la Bici y del BACC,
por apreciar y amar, hasta incluso más que yo, todo lo que tienen que
ver con el bien de la máquina verde, sus usos y servicios a la
humanidad y sus regalos al medioambiente.
Sentirme ciudadano
activo, respetuoso y poco sucio, me llena de satisfacción humilde, y
sentirme parte de un cada vez más grande colectivo de humanos que
tienen a la bici como herramienta personal de acción social y
ambiental, aumenta el nivel de dicha. Algo tan sencillo y accesible
como moverme con mi energía muscular por la ciudad donde convivo, sobre
una máquina maravillosa y que sólo ha hecho el bien desde que existe,
hace que todo lo pequeño sea poderoso ante ese futuro cada vez más
emocionante e incierto y sin dudarlo, lleno de bicis.
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