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Mi coche compartido y mi bici para compartir un mundo con menos CO2 |
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Media Distancia Renfe y bici en plataforma, perfecta pajera de viaje
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Vistas desde el cielo móvil con bici al lado
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Mi bici, el cuentakilometros solar y la carretera rumbo a un lugar donde reinventar el mundo
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Pista a La Sentiu, chino chano, bicicontento, slow desplazamiento, ósea tranquilo.
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Ecofaenas en Mas Lluerna
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| Gracias, biciamigos de ESPAIBICI por compartir la ilusió de pedalear por un mundo más límpio |
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Con
la ilusión de un infante ante su primera excursión sin los padres, una
sensación que me lleva al recuerdo sobre los preparativos y los
espacios de sorpresa me ha invadio esta mañana. Ya en la noche anterior
las escenas no distaban mucho de aquellos momentos tan lejanos, la
mochila con todo lo necesario y algo más en su sitio, la revisión total
a mi nueva flamante bicicleta y a todos los complementos, los horarios
de tren para llegar sobrao, el dinero necesario y la botella de agua
junto a documentos de ruta. Hoy el viaje excursión ha sido muy
especial, hoy he vivido como un chavalín en la mente y en el cuerpo de
cuarentón la ilusión por un viaje sustituyendo los medios y tiempos
habituales de transporte por una opción combinada de la más alta
sosteniblidad y decrecimiento energético. Pero antes te sitúo.
Llevo
varios años viajando desde BCN a Balaguer en Lleida con bastante
frecuencia y siempre en coche, solo y acompañado y siempre siguiendo
los hábitos de la conducción eficiente. Voy allá a vivir experiencias
de acercamiento a la tierra, a la vida natural, al vivir con poco y
mucha creatividad, voy a compartir y aprender con las personas amigas
que eso me otorgan, voy y vuelvo siempre agradecido.
Alguna
vez he ido en tren hasta Balaguer y con bici hasta mi destino a poco
más de 10 km. Pero siempre he tenido que buscar motivos para que mi
contribución al consumo unipersonal de energía para desplazarme tuviese
más argumentos que el único habitual, el servicio de la movilidad. He
cargado materiales reciclados desde BCN con bastante frecuencia (cuanto
se tira madre) he retornado con verduras y hortalizas en muchas ocasiones. He
llevado materiales y cacharros para ubicar en los proyectos en los que
participo, me he traído montajes realizados en el taller amigo.
Pero siempre, sobre todo cuando el viaje ha sido sin compañía y los
casi 1000 kg de acero y los 65 míos eran poco motivo de peso, salvo el
de comodidad y rapidez, no han sido actos irresponsables, siempre
pienso que si me muevo con petróleo contribuyo a complicar la vida
planetaria tirando al aire tóxicos y emisiones, quemando petróleo sucio
y prestando mi tiempo a la carretera y sus riesgos.
Ahora toca
que te presente a mi nueva flamante bici. Es nueva porque es una
elección de larga vida y servicio, esta adaptada a mi ergonomía al
dedillo, incorpora toda la tecnología que la hace un vehículo mas
seguro, estable y eficiente. Es mi particular inversión del 2007 para
hacer de una ilusión una realidad ya en marcha rodada.
Mi Phanter
Polaris (que bien el nombre en el Año Polar Internacional) tiene un
cambio interno de 8 velocidades, una dinamo de buje (saco las luces de seguiridad sin
casi rozamiento), un cuadro de aluminio muy estable, neumáticos antipinchazos
Champion, un sillín Aero que no toca los piiiiiiii... y del que cuelgan.... las bridas de ese grito-matrícula NO OIL. Para mis manos un manillar
confortable y unas empuñaduras más ergonómicas imposible. Un colega me
regalo en su día una cuenta kilómetros sin cable y alimentado por una
pequeña placa solar, pues bien, funciona de maravilla para ir contando
mi contribución a un mundo en movimiento con aire más limpio y menos CO2.
He
adquirido la máquina verde más guapa de mi mundo, en el templo
bicicletero de BCN, mira como es el tema de emocionante personal, que
unos días atrás cogí y nos hicimos unos retratos, yo con mi bici
y con los humanos de Espai Bici, el concesionario más chachi contra el cambio climático. Han sido 599 euros la inversión, que es poco para tanto. Ahora te doy algunos números.
Viaje en coche Manresa- Balaguer ida y vuelta 220
km, 3 horas, 15 litros de súper 95 sin plomo que más o menos es igual a
15 euros de combustible + unos 5 euros de gastos generales de
mantenimiento y riesgos del cochecito. La media de emisiones de CO2 por cada 100 km recorridos sobre 1000 kilos de acero y plásticos es de 12 kg, osea que dejo de vomitar unos 25 kg de gases de efecto invernadero por cada viaje sustituido por la combi bici tren.
Viaje en bici tren Manresa Balaguer ida y vuelta 230
km (52 km en bici), 7 horas (4 en tren y 3 en bici), casi pocos litros de
valor energético y 9 euros para RENFE. Cuatros horas en tren leyendo,
pensando, soñando y 3 horas en bici, flipando y ahorrando el gimnasio y
un montón de kilos de CO2 y otros venenos. La media de emisiones por cada 100 kilómetros recorridos sobre miles de kilos de acero y eficiencia es de 4 kg, ósea que con unos 170 km en tren me salen algo más de 6 kg de CO2 de contribucción personal al cambio climatico.Unos 20 kg menos que yendo más rápido y más sucio. Por poco valorable no cuento la energía que me cuesta en recursos nutritivos pedalear los 52 km, y es que no debe ser mucho.
Mi peculiar plan de amortización se basa en que los 11 euros que no gasto por trayecto cuando voy en bici tren me dan para que en unos 3 años pueda recuperar la inversión, aunque el benefico más ético serán los muchos cientos de kg menos de CO2 que evitaré vomitar a la Biosfera.
A RENFE debo confesar que la adoro a pesar de sus líos con Cercanías en BCN de los cuales soy afectado ocasional. El SLOW TREN
de este tramo de línea es una oportunidad deliciosa de frenar la
velocidad de la semana laboral y echar mano del relajo mental y unas
vistas diferentes sobre la altura del asfalto. Por cierto, no problem transporte de bicicletas en media distancias durante el fin de semana.
De
nada me sirvió el libro que me lleve para leer en el tren, eso no se
puede hacer cuando uno realiza el primer viaje por una nueva ruta.
Los 13 km de asfalto desde Mollerusa a Bellcaire han sido placenteros,
planitos y he ido mirando todo lo de interés, ajustando el trasero al sillín
saludable, sobre todo después de sentir pasar las balas de acero a poca distancia de mi tranquila pedalear. Aunque la sorpresa la he tenido cuando me encuentro en la pista que
une Bellcaire con La Sentiu de Sió (12 km) y que ha sido un motivo de
que me convierta en inversor bicicletero para superar con elegancia el
terreno. Vaya, comienzan a alfaltarlo en breve, ahora lo están
nivelando. Y es que en este mundo todo es cambio....Las vistas del Montsec me anunciaban que había llegado
al collado y que comenzaba la plácida bajada a la Sentiu atravesando
una reserva natural con algunas especies de aves que son de culto
ornitológico.
A la llegada al lugar amado, el colega Ricard
me recibe como si llegase a una meta especial, aparco mi máquina en la puerta,
comienzo a sentir el coste muscular de 27 km pedaleando en 1,25 horas
invertidas y me invade una sensación de paz con el mundo que hacia
tiempo no sentía. y es que, que poco me cuesta emocionarme.
El resto han
sido 5 horas de dale que dale a los cañizos perimetrales de la balsa de
la finca, que es la reserva de agua como espiritual del lugar, ha sido como
una barbería vegetal y hemos sacado materia orgánica con
rumbo a los campos de frutales mientras hablábamos de que las primeras
ranas ya comienzan a cantar en las noches que son cada vez más
templadas y nos hemos preocupado por ese hongo globalizado que se esta
cargando a esos tonos únicos que nos alegran las noches primaverales.
Unos
minutos antes de que llegara el tren he llegao yo a la estación, la
verdad que con bicicleta en ruta hay que calcular de forma más natural
los tiempos y es que no se puede apretar más allá de lo posible. Una
enseñanza especial sobre como decrecer en las prisas, las velocidades y
el tiempo, precioso recurso.
Atrás han quedao 52 km sin CO2 y
mucha energía positiva, vistas agradables y sensaciones como nuevas, la
velocidad media ha sido de 16 km/hora, la máxima 45, gracias a una
sorprendente bajada.
Ahora como adulto miembro de una
sociedad compleja con rumbo desconocido hacia el futuro, permíteme que
me haya explayado con las pequeñas cosas que cada uno de nosotros
podemos realizar para sentirnos parte de la solución y salir de esa zona como
de peligro que es la desesperanza socioambiental.
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