Mediante una selección de cinco ensayos –escritos entre 1983 y 1993– la física, filósofa y ecofeminista Vandana Shiva hace un amplio recorrido por las causas de la desaparición de la biodiversidad. Plantea el hecho de que tras la uniformidad en la manera de cultivar la tierra existe y se reproduce también una falta de diversidad en los modos de pensar y vivir. La idea principal es que los monocultivos, dado que acaban con las alternativas y que van ligados un control centralizado de los sistemas de producción y consumo, provocan escasez y aumento de la pobreza. Así, tienen mucho que ver con la política y el poder. Frente al “progreso” y el “crecimiento” a los que se supone que llevan los monocultivos (modelos universales), se sitúan los sistemas locales, que la visión globalizadora hace desaparecer calificándolos de “primitivos” y “no científicos”. Como explica la autora: “Se cree que el pensamiento científico moderno es ‘abierto’ y el conocimiento local ‘cerrado’, pero son los sistemas occidentales de conocimiento los que se ciegan a las alternativas, alimentando así su monocultivo de la mente, al crear un espacio en el que desaparecen las alternativas locales; algo muy parecido a la introducción de monocultivos de variedades vegetales, que destruyen la diversidad local”.
Vandana Shiva advierte que la diversidad –base de la estabilidad ecológica– está en peligro debido a la destrucción del hábitat, a los megaproyectos (autopistas, explotación forestal…) y la tendencia a homogeneizar las zonas de cultivo.
Biotecnología
Relacionado con el tema central, en Los monocultivos de la mente aparece el tema de la biotecnología, que se ha ido introduciendo en nuestras vidas, sin que la mayoría hayamos podido opinar nada al respecto. Ya ha encontrado su sitio en la agricultura, la minería, la alimentación, los medicamentos, la salud, la investigación… y su desarrollo es dominado por empresas transnacionales que, como se apunta en el ensayo, “se están diversificando en las distintas especialidades que usan organismos vivos como medio de producción. Esta integración, centralización y dominio implican desestabilización a nivel social, económico y ecológico”.
Destacados científicos y activistas llevan muchos años manifestando su temor a que los organismos creados por la ingeniería genética se suelten en la biosfera o se propaguen por sí mismos, ya que “el propio poder de la nueva tecnología sobrepasa nuestra capacidad de usarla con seguridad”. Ante las consecuencias ecológicas y epidemiológicas, “ni la resistencia de la naturaleza, ni nuestras propias instituciones sociales son una protección suficiente”.
Conservación de la biodiversidad
Hay una relación directa entre el deterioro ecológico y la destrucción de los medios de vida. El desplazamiento de la diversidad y el desplazamiento de las fuentes de sustento de la población provienen de una visión del desarrollo y el crecimiento basada en la uniformidad creada mediante el control centralizado. En Los monocultivos de la mente se apunta a que “únicamente se puede garantizar la protección de la diversidad biológica regenerando la diversidad como base de la producción en la agricultura, la silvicultura y la ganadería. Practicar la diversidad es la clave para conservarla”.
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