15 noviembre 2001.
Desde hace milenios los humanos luchamos por los recursos naturales. En
los albores del siglo XXI, a pesar de ser uno de los momentos más
álgidos de nuestra civilización, continuamos peleando por la sinrazón.
Este es un planeta desigual por naturaleza y rico gracias a esta
diversidad. Incluso el Sol que amanece para todos cada día no luce las
mismas horas en todas las regiones. Nuestro planeta es un lugar ideal
para practicar la cooperación entre los pueblos, compartir la
tecnológica y aunar esfuerzos para fomentar la simplicidad vital. Sólo
la paz en un mundo sostenible, verde, puede liberarnos de la violencia
que nos asemeja a parásitos globales.