En un mundo interdependiente, en un mundo lleno de seres humanos, en un mundo en el que lo artificial se impone sobre la naturaleza de forma contundente, recordar la biodiversidad que nos acompaña es imprescindible. Celebramos el 40 aniversario del Día de la Tierra en el Año Internacional de la Biodiversidad.
Cartel conmemorativo del Día de la Tierra 2010, obra de la artista Jody Hewgill producido por el Gobiernode los EE.UU.
La naturaleza, esconde a nuestro conocimiento secretos capaces de cambiar nuestra percepción sobre la Vida de forma radical. La naturaleza contiene fuerzas suficientes para apear a la humanidad de sus máquinas. De hecho, un simple volcán ha dejado en tierra decenas de miles de aviones en toda Europa. Y el cambio climático es la advertencia a aceptar la invitación a practicar la prudencia y a cambiar radicalmente nuestro estilo de vida.
Por un lado podemos juzgar la realidad. La pérdida inexorable de especies, algunas desaparecidas antes de que pudiéramos conocerlas. La destrucción de hábitats naturales, no sólo de increíble belleza sino irreproducibles, como los arrecifes coralinos o los bosques húmedos tropicales. La persistente contaminación del aire, el agua y la tierra que incorpora en los ciclos de la naturaleza y también en nuestro cuerpo, sustancias químicas tóxicas de efectos impredecibles y letales radiaciones nucleares. En definitiva, realidades que invitan a la acción.
Por el otro lado tenemos miles de científicos y personas preocupadas porque sus descendientes no terminen en un planeta estéril o emigrando al espacio desconocido. Disponemos, como en ningún momento de la historia de la humanidad, de los conocimientos y la tecnología apropiada para dar un golpe de timón a nuestra nave con la proa a escasa distancia de un témpano letal. Y, sobreviven civilizaciones humanas indígenas que conservan el conocimiento ancestral para comprender el porque nos hemos equivocado con la soberbia tecnológica.
Tenemos una obligación ética con el presente para que haya futuro. Una responsabilidad moral para que la lujuria consumista no devore hasta el último oso polar por extraer petróleo de la tundra ártica y acabe con las aves del paraíso todavía por descubrir extrayendo uranio de las profundidades de la última selva virgen. Tenemos una obligación ética con nosotros mismos, con la familia humana, sin distinciones de género, razas ni creencias. Una responsabilidad moral para cambiar definitivamente hacia la autonomía solar. Preservar nuestro planeta es un compromiso con nosotros mismos que exige ser radical.
El Día de la Tierra no es un día más del año, ni un día perdido en el periplo de la Tierra alrededor del Sol. Es un día que debe ser de celebración para renovar nuestro compromiso de convivir en armonía con nuestro entorno como consta en el contrato que firmamos el día que nacemos en este planeta. El Día de la Tierra no es un día sólo. El Día de la Tierra es una actitud que debemos alimentar en nuestro corazón. El Día de la Tierra es una ocasión para pasar a la acción. Muchas organizaciones en todo el planeta nos invitan a participar en actividades a favor de la conservación de la biosfera. No te quedes en casa. Defiende tu único hogar, tu planeta; el tuyo, el nuestro, el de ellos.
Jordi Miralles, presidente de la Fundación Tierra
Actos conmemorativos por el Día de la Tierra 2010
Fira per la Terra. Barcelona. Parc de la Ciutadella, 24 y 25 de abril. Evento especial: Domingo 25 de abril en el Parc de la Ciutadella a las 13 h: cerremos las nucleares. Invitación a participar TODOS CONTRA EL CEMENTERIO. BASTA DE NUCLEARES.
Manifestación cambia de vida no de clima, por la Tierra. Madrid. 24 de abril. Plaza de Jacinto Benavente a la Plaza del Museo Reina Sofía