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Programación
de la Semana dedicada al Agua y cambio climático anunciando el Taller
Botijos contra el cambio climático y, abajo, el foro lleno de visitantes
atendiendo a las explicaciones.
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Un taller práctico y ameno en el que se mostraban los efectos refrigerantes del botijo.
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Información, demostración y práctica dentro del mayor "botijo" arquitectónico del mundo.
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El
edificio El Faro, Pabellón de las Iniciativas Ciudadanas y cuatro de
los arquitectos bioclimáticos con
Ricardo Higueras al frente.
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Sor
Presa (Oh sorpresa!) (Presa animando en El Faro), un "feliz fastidio"
para los visitantes que notaban cómo las grandes presas o embalses
separan a las personas de su medio
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Sombreado de caña viva con formas orgánicas y un espacio para relajarse frente al río Ebro.
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Las
barquitas del pabellón de Alemania, una atracción singular para entrar
en un espacio de tecnología avanzada para el tratamiento del agua.
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Que la Expo Zaragoza 2008, aunque dedicada de forma temática al “agua”,
es como una inmensa galería comercial, nadie puede ponerlo en duda. Una
galería comercial de proporciones descomunales que a primera hora ya
acumula en la línea de entrada aglomeraciones humanas
desproporcionadas. Y es que hay algunos pabellones que requieren de
“cita previa” y conseguirla para el día puede no ser sencillo. Así que
a las 9,30 horas, una masa humana se lanza a pescar las mejores
posiciones para los pabellones que abren a las 10,00 h. El Aquario, el
pabellón de España, el de Alemania, Japón o Arabia Saudí son algunos de
estos que traen cola.
Pero más allá de los espacios divulgados
de la Expo, existe un programa menos conocido y que se oferta desde una
singularidad mundial en el panorama “Expos”: un pabellón que muestra
iniciativas ciudadanas y que ha sido coordinado por una pléyade de
ONG’s de todo el país bajo el liderazgo de un Consejo Director. Este
pabellón, además de ser singular en su planteamiento -pues no muestra novedades comerciales, ni es una invitación a turistear por el país-,
tiene también la excepcional característica de ser un edificio de
tierra y paja y estructura de madera. O sea, el único edificio de toda
la Expo que puede ser “reciclado” completamente al terminar el evento
para ser convertido en nutriente orgánico para restaurar una cantera o
incluso ajardinar algún espacio público. Eso sí, habrá que llevar antes
la panémona o "molino de viento” extractor del aire caliente acumulado en su interior al Museo del Viento
o a algún que otro edificio singular. El día del desmantelamiento de
este edificio bioclimático y orgánico debería ser en si mismo una
fiesta “colectiva”, pues pocas veces en el mundo rico puede demolerse un
edificio convertido en abono orgánico para reintegrarlo a la
tierra. Por cierto que tan singular edifico no tiene tampoco un
menos especial nombre: EL FARO.
El
Faro, el pabellón de las iniciativas ciudadanas, es obra del arquitecto
Ricardo Higueras, que ganó el concurso y contó con colaboradores de la
vanguardia de la arquitectura bioclimática, como Iñaki Urkía o
Gabriel Barbeta, entre un numeroso equipo de bandera. Como el mismo
autor pudo explicar en una sesión pública de presentación el día 30 de julio en el propio edificio, la existencia del mismo es
un reto arquitectónico sin parangón por las dimensiones, empleando paja
y barro. Pero también se lamentó que en la ejecución de las obras la
empresa constructora despreciara el consejo del equipo redactor del
proyecto. Mientras unas 150 personas escuchaban atentas, encima de las
cabezas de los conferenciantes varios operarios trabajaban en reparar
algunas zonas. De todos modos, la bioenergía de todo el edificio se
siente nada más entrar en El Faro y la climatización mixta entre una
bomba de calor geotérmica y una convencional otorga al edificio una
eficiencia 14 veces mayor. También se puede apreciar cómo la luz
natural es extraordinaria.
Además de todas estas peculariedades hay
que destacar dos puntos más: el primero es el extenso programa de
actividades, organizado en semanas temáticas. El programa de actividades
de El Faro constituye en sí mismo una gran recopilación de experiencias
sobre el tema del agua, atesoradas por ONG’s del país y del planeta.
Para que uno se haga una idea, las semanas temáticas del pabellón de iniciativas ciudadanas de El Faro han sido y serán…
-16/22 junio 2008 - Agua y educación. Educación sin Fronteras. -23/29 junio 2008 - Gestión pública y participativa del agua. Ingeniería sin Fronteras y Sustainlabour. -30 junio/6 julio 2008 - Grandes presas e infraestructuras. Fundación Nueva Cultura del agua. -7/13 julio 2008 - Agua y resolución de conflictos. Ecología y Desarrollo. -14/20 julio 2008 - Usos y abusos del agua. Ecología y Desarrollo y OCU. -21/27 julio 2008 - Rompiendo mitos: desastres ¿naturales? Ayuda en Acción y Manos Unidas. -28 julio / 3 agosto 2008 - Agua y cambio climático. Cruz Roja. -4/10 agosto 2008 - Agua y colectivos vulnerables. UNICEF. -11/15 agosto 2008 - Cine y medio ambiente. FICMA. -16/13 agosto 2008 - Agua e interculturalidad. Filosofía de la tierra y las culturas. -24/30 agosto 2008 - Agua y cuarto mundo. Cáritas -31 agosto/6 septiembre 2008 - Ecosistemas acuáticos. SEO / Birdlife. -7/13 septiembre 2008 - Derecho humano al agua potable y saneamiento. Intermón Oxfam.
Una de estas semanas estaba dedicada al “Agua y el cambio climático”.
A esta asistí y reporto a continuación mi aportación, no
sin antes destacar el segundo impacto que ofrece El Faro.
En la
mayor parte de los pabellones uno se cuela y se deja deslizar por lo
que ofrecen, a veces mucho, a veces menos, al ritmo de cada cual. El Faro
es diferente. Un equipo de animación (pero de la buena de verdad,
ingeniosa y asombrosa) se encarga de dar la bienvenida al
visitante y guiarlo por el pabellón. Se trata de La Promotora de Acción Infantil P.A.I., encargada de guiar todos los días las visitas al Pabellón de Iniciativas
Ciudadanas El Faro entre las 10´00 h y las 20´00 horas. Pero es que
esta compañía de teatro y animación, que es toda una referencia en el
panorama español, se ha empleado a fondo en su quehacer. Difícil es
olvidar a sus personajes….
La PAI ha personificaso las ochos señales de cambio que El Faro emite al mundo a
partir de unos personajes ataviados de forma extravagante, graciosa,
ingeniosa, sorprendente, etc. para explicar la filosofía del Pabellón y
orientar a la vez que implicar al público en conocer de forma activa los
contenidos de la exposición situada en El Faro o a firmar la
declaración del agua. Los 9 personajes que han creado no tienen
desperdicio y constituyen, sin duda alguna, otro de los tesoros de este
pabellón. Cada personaje es todo un rico mundo: desde el Cambio
climático, pasando por la Sequía, el Conflicto o las grandes Presas (Oh Sor Presa!!).
Además, a lo largo del día interactúan en formato espectáculo. Vaya, que
pasé unos ratos inolvidables viendo su agudo ingenio en este arte
difícil de "animar" de verdad.
En fin, con este panorama, aunque
esto de las Expos sea algo más que cuestionable a nivel ecológico, esta
de Zaragoza se salva algo in extremis. Los espectáculos, como El hombre vertiente o el Iceberg de
Calixto Bieito, situados en el lecho del río Ebro aportan también una
buena dosis de sacudida emocional para el espectador. La marea humana
que inunda cada día el recinto de la Expo Zaragoza 2008 es para un
observador de lo simple un fenómeno digno de estudio socioecológico.
Pero está claro que no vamos a entrar en un análisis del evento en sus
múltiples facetas, así que me limito a señalar lo positivo que seguro
deja en cuanto a concienciación sobre la conservación del agua y en
general de la preservación ecológica del planeta. La mayoría de los
pabellones de los países han respetado que el agua sea el eje conductor
de su interior. Unos lo han logrado mejor que otros y algunos, los
menos, simplemente han pasado de todo y son un escaparate turístico.
En
cualquier caso, la Expo hubiera sido para este ecologista algo ajeno a
no ser porque la Fundación Tierra fue escogida para participar en la
semana dedicada al Agua y el cambio climático, programada desde el 28 de julio al 3 de agosto de 2008 en el pabellón de
las iniciativas ciudadanas El Faro en la Expo Zaragoza y coordinada por
Cruz Roja Española. La campaña de la Fundación Tierra "Botijos
contra el cambio climático " en formato de taller fue invitada a ser mostrada en el espacio del foro de este pabellón los días 30 y 31 de julio y 1 de agosto de 11 a 13 horas.
Al
igual que en la presentación de la misma en el 2007, la Fundación
Tierra buscó la colaboración del Museu del Càntir y de la Asociación
Española de Ciudades de la Cerámica para preparar un folleto
explicativo, diversos carteles y un "colgador de botijos". Con todo
este material se diseñó un taller que duraba unos 25 minutos con un
formato informativo, demostrativo y práctico. Personalmente, me tocó el
papel de coordinación, pues el contenido corrió a cargo de las
compañeras Vero y Marta, técnicas ambientales de la entidad. Ante
nuestro asombro, nuestro tallercito diseñado para pequeño formato
resultó que se convertía en el centro del espacio foro de El Faro con
una capacidad para más de 250 personas. Superada la impresión de la
primera sesión y animados por el comentario elogioso de uno de los más
de 150 asistentes que se pasó adrede a felicitar al equipo por la
iniciativa, ya todo fue más rodado. La estimación de asistentes a lo
largo de las 12 sesiones superó las 1.500 personas y se repartieron más
de 2.000 folletos. Para la atención de esta actividad se contó con un
nutrido grupo de colaboradores del personal de voluntariado de El Faro
y de Cruz Roja Española.
La conclusión del taller de la campaña de Botijos contra el cambio climático
nos remitía a promover o recuperar el uso del botijo en verano, aunque
sea como símbolo, con el sistema de colgar el botijo con tecnología
moderna para que sea más manejable para cualquiera persona de la casa,
ya que lleno de agua pesa un poco. Se mostraba así el kit básico para
colgar el botijo: mosquetón, cuerda elástica, bridas y soporte para
colgar en el techo. A su vez se remarcaba que para aprovechar el
degoteo del botijo colgado puede colocársele una planta debajo para
que esta se vaya regando de forma automática. El taller terminaba
con una invitación a beber agua fresca de los botijos colgados en el
"expositor" diseñado para esta actividad, a la vez que se pudieran observar
en detalle las medidas de temperatura entre el agua del botijo y la del
barreño con agua del grifo del recinto de la Expo.
Mientras en
el interior de El Faro se impartían los talleres a favor del botijo,
algunos de los voluntarios que atendían el espacio expositivo de la Gota Exterior aprovechaban estas horas centrales del día con una
alta radiación solar para experimentar con diferentes recetas
culinarias en la cocina solar parabólica fabricada por alSol, expuesta y visitable durante todo el período de la Expo Zaragoza. Y es que
la cocina solar parabólica alSol 1.4, cuando ha sido atendida de forma
especial, ha generado una inusitada expectación. Aunque nada comparado
con las colas diarias de los pabellones líderes.
Al final, y
como privilegio de ser trabajador de Expo por tres días, pude en el
último día ponerme a la cola del pabellón de Alemania antes de la
llegada de los visitantes, puesto que los “trabajadores” debíamos entrar
antes que éstos. La espera fue provechosa, por la tecnología
puntera en el tratamiento del agua que mostraban y la forma de hacerlo
(unas barquitas flotantes que seducen al personal). Tras este verano de
aguador dejaré para después de la Expo visitar el Aquario (que como
táctica logística no tenía puestos los carteles con los nombres de los pececitos de agua dulce
para que la gente no se parara a leerlos) y, en fin, podré explicar a mis nietos
algún día esta experiencia en la primera Expo del planeta con
contenidos ecológicos, a pesar de las múltiples contradicciones que
afectan a este tipo de eventos…
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