La entidad Ecologistas en Acción ha lanzado una advertencia para esta navidad: para el cultivo de los langostinos tropicales se emplean químicos que causan un grave impacto ambiental y empobrecen a comunidades locales. En esta sociedad opulenta (aunque esté en "crisis") las ventas navideñas de langostinos tropicales, porque es un producto cada vez más "barato".
Son pocos los consumidores que saben que estos mariscos provocan el empobrecimiento y conflictos en comunidades locales, además de la destrucción de fondos marinos y manglares. La mayoría de las personas ignoramos que, junto a esos langostinos tropicales, se están comiendo químicos y antibióticos.
Evitar los langostinos tropicales congelados es una medida saludable para el medio ambiente y la salud de las personas.
El langostino cultivado se ha convertido en términos de valor socioeconómico (tiene la imagen de producto de lujo, aunque ahora sea barato gracias a las técnicas de la piscicultura) en el principal producto del comercio internacional de la pesca. Pero fuera de las técnicas de cultivo que envenenan los ecosistemas y amenaza la salud de las poblaciones locales, en el mar se captura con técnicas de arrastre que arrasan los fondos marinos.
La pesca del langostino se practica con artes muy poco sostenibles que por cada quilo de langostino capturada van casi diez veces más de pescado que se tira. Su producción en piscifactorías también afecta gravemente a las costas de países tropicales en vías de desarrollo como Ecuador, Honduras, Tailandia o Vietnam. Allí se instalan grandes piscinas, que provocan la deforestación de bosques y la contaminación de ríos estuarios. En muchos lugares están desapareciendo los manglares, unos ecosistemas costeros de alto valor ambiental y social porque se talan para convertirlos en piscifactorias.
Y más allá del medio ambiente, los langostinos tropicales no benefician a las poblaciones de los países donde se cultivan, sino todo lo contrario. Muchos pueblos se han visto obligados a abandonar sus territorios ancestrales y se acumulan las injusticias ambientales y sociales, incluyendo graves violaciones sobre los derechos humanos. Los langostinos tropicales, que llegan a los supermercados congelados y a veces enmascarados con etiqueta “ecológica”, están además llenos de sustancias químicas.
Los langostinos congelados que se venden se les inyecta en muchos casos antibióticos y conservantes para mantenerlos con una apariencia fresca ya que deben realizar un largo viaje hasta llegar a nuestros mercados. Ecologistas en Acción nos recuerdan las consecuencias del consumo de langostinos tropicales, especialmente, en estas fechas y apostar por los productos procedentes de las pesquerías de bajo impacto ambiental de nuestro litoral.
Un vídeo y una canción explican las razones para que en estas fiestas navideñas se busquen menús alternativos:
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