Aunque hoy en día se conocen más
de 24.000 especies de algas, solamente un reducido número son aptas
para usos culinarios o medicinales. Te presentamos las algas más
recomendables para añadir a tus platos favoritos y llevarte así el
sabor del mar a tu mesa.
Nori
De hojas finas, aromática y de sabor suave. El alga
nori contiene grandes cantidades de vitamina A, C y B1 y es muy rica en
proteínas. Contribuye, también, a reducir el nivel de colesterol.
Resulta ideal como guarnición en ensaladas, pasta, sopa o mezclada con
cereales o frutos secos. Con este tipo de alga se elaboran los típicos
rollitos de arroz japoneses.
Cómo prepararla: Tuéstala un par de minutos y desmenúzala sobre tus platos preferidos. También puedes tomarla cruda o al vapor.
Kombu
Es un alga con láminas gruesas y alargadas, de
sabor fuerte y dulce. Su dulzor proviene del ácido glutámico y de la
fructosa y el manitol, dos azúcares simples, que no aumentan el nivel
de azúcar en la sangre. Por este motivo, este tipo de alga sí es
recomendable para los diabéticos. El alga kombu es una de las más ricas
en yodo y se le atribuyen numerosas virtudes. Es idónea para usar en
caldos, sopas, estofados y condimentos.
Cómo prepararla: Tras unos treinta minutos en remojo, hiérvela durante otros 30, aunque, si lo prefieres, también puedes freírla.
Arame
Es muy parecida a la hiziki, de sabor dulce. Es
rica en yodo, calcio y fósforo y su equilibrio mineral la hace muy
recomendable para combatir la hipertensión y aliviar trastornos de los
órganos reproductores.
Cómo prepararla: Para añadirla a
ensaladas, pastas o verduras, basta con remojarla durante unos cinco
minutos. Si lo prefieres, puedes cocinarla ligeramente.