- 1 kiwi - 1 limón (su zumo) - 2 cucharadas de sésamo tostado
- 100 g de chocolate para fundir - 8 brochetas de madera
Elaboración
Se limpian los fresones con un trapo humedecido, se
elimina su rabillo y se secan bien con papel absorbente de cocina. A
continuación, se pelan los plátanos y el kiwi, se cortan en rodajas y
se rocían con el zumo de limón para evitar que se oxide la vitamina C. Se
preparan entonces las ocho brochetas engarzando las frutas de forma
alternativa, pero procurando que haya una mayor proporción de fresones.
Es decir, un fresón, un trozo de plátano, un fresón, un trozo de
kiwi... Y así sucesivamente. Aparte, se trocea el chocolate, se
funde en un cazo al baño maría y, cuando esté a punto, se vierte en un
recipiente plano y alargado que esté algo caliente. Se cogen las
brochetas por un extremo y se hacen rodar, una a una, por el chocolate,
cubriéndolas casi por completo. Se espolvorean con el sésamo tostado y
se dejan enfriar en la nevera, sin que se toquen entre sí, hasta que el
chocolate se endurezca (una media hora, aproximadamente). El postre ya
estará listo para servir.