Antecedentes, contrastes territoriales, conflictos y perspectivas
Alfonso Mulero Mendigorri Mundi-Prensa. Madrid, 2002.
La protección de Espacios Naturales en España
Antecedentes, contrastes territoriales, conflictos y perspectivas
El primer parque nacional del mundo se creo en Estados Unidos en Yellowstone en 1872. La filosofía de la conservación de la naturaleza impulsada por personajes como John Muir, que ya se consideran los precursores del ecologismo, consiguió hace ya más de un siglo que la figura de los parques nacionales se extendiera por casi todo el mundo. En España el primer parque nacional se declaró en 1916 para proteger los montes de Covadonga. En poco más de medio siglo la conservación de la naturaleza se ha convertido en una prioridad por parte de todos los gobiernos del planeta.
Pero esta es una obra que analiza la historia de los espacios protegidos en España a lo largo de los últimos treinta años. Sus inicios se remontan a la creación de un polémico Instituto de Conservación de la Naturaleza o ICONA. Sin embargo, y aunque hoy hace años que no existe sigue vivo en la memoria de todo el país, su labor. La llegada de la democracia y el consiguiente desarrollo de las Autonomías conllevó también un nuevo panorama para la conservación de la naturaleza. En su momento no faltaron los detractores del ICONA por su visión centralista. De todas maneras debemos aceptar que la proximidad de los gestores autonómicos no ha facilitado ni ha garantizado la protección de muchos de nuestros espacios naturales. Por ejemplo, la Costa Brava en el nordeste peninsular se ha urbanizado más en el período democrático que en el cacareado boom turístico de los años sesenta y setenta.
La protección de los espacios naturales en España aporta una detallada descripción de las claves y los conflictos que amenazan a muchos espacios vírgenes por todo el territorio. Aunque, como apunta la obra, están apareciendo nuevas posibilidades para fomentar la compra de suelo y superar así el tradicional lastre para la conservación de la naturaleza que supone la propiedad privada. No se trata de expropiar la tierra para protegerla sino que hay que buscar alternativas para que la propiedad privada no sea un predio que cuelga sobre una sola cabeza cuando en realidad las funciones sociales y ecológicas benefician a la comunidad. Estamos pues frente a un libro que analiza sin titubeos tanto las aportaciones científicas que en este ámbito se han dado como la demagogia prendada en los especuladores. Finalmente, la entrada de España en la Unión Europea supuso una profunda adaptación para planificar la protección de la naturaleza ibérica con criterios comunitarios y garantizar así la salvaguarda del espléndido catálogo de especies silvestres y hábitats que alberga la Península ibérica. Entre ellas destacan las figuras de las Zonas de Especial Protección para las Aves (ZEPA) y los espacios que deben integrar la llamada Red Natura 2000, una figura legal que pretende ser el mayor museo vivo al aire libre repartido por todo la Unión Europea. En definitiva, una obra que podría pensarse únicamente para un público experto, pero que a la luz de los contenidos que ofrece puede ser imprescindible para todas aquellas personas sensibles con la conservación de la naturaleza y que quieren profundizar en las raíces de uno de los hitos de la historia del siglo XX, la creación del concepto de espacio natural protegido. Se trate de un Parque Nacional o Reserva de la Biosfera, de un Paisaje protegido o Monumento natural necesitamos proteger nuestra biodiversidad en especies y habitats naturales. La protección de los espacios naturales en España es un trabajo exhaustivo que no pasa desapercibido.