Ha comenzado la Semana de la Bicicleta Urbana en Barcelona. Fiesta
mayor para la promoción de la más suprema máquina verde y eficiente
como ella sola. Un montón de actos están a disposición de todos los
ciudadanos autóctonos o visitantes, que han encontrado o buscan en las
dos ruedas la acción más ecológica y saludable a su movilidad.
Eso
sí, lo mejor es venir en bici, aunque lógicamente se puede
también llegar a pie a las carpas que la Comissió Cívica del
Vianant (peatón) y de la Bicicleta han montando enla Plaza Catalunya. Hay
exposiciones, entrega de carnés ciclistas, Inspección Técnica de
Bicicletas, salidas nocturnas, juegos y talleres infantiles, reparto de
guías... Vamos todo un empacho saludable con el único objetivo de
generar el máximo posible de bicios@s sin remedio. Ya iré contando
porque no me quiero perderme nada de lo que ocurra.
He leído en
la prensa que el sábado los samberos fueron unos 400 mil. No he leído
en la prensa, nada sobre el acto lúdico del sábado, contra la ocupación
de Irak y Palestina. Allí éramos los mismos pero divididos por
mil. En fin, ojalá podamos seguir bailando siempre y en Paz.
Me
ha sorprendido saber, según la prensa, lo que puede llegar a costar una
boda donde no me han invitado. Resulta que hay quien para
casarse se gasta más de 21 millones de euros, y una enorme parte
procedente del erario publico. Y esto igual sin contar los anillos, que
por cierto quizás sean de oro y lleven algún diamante, ambos
lamentables símbolos de la destrucción social y ambiental del planeta.
Aprovecho para recordad el tamaño de la huella que dejan sobre la
tierra dos anillos de boda de oro. Un agujero de 3 x 1,8 x 1,8 metros y
en materiales removidos unas 20 toneladas y miles de litros de agua
contaminados. De la huella de los diamantes no tengo muchos datos, pero
no me hacen falta para imaginar que todos están manchados de sangre y
sufrimiento humano. En fin, no me pienso ecodeprimir, que si no me
ganan.
Pero
la boda que más me ha llamado la atención, a la que si me gustaría
rendir realmente mis honores y sobre todo a la que si me hubiese
gustado ser invitado, es a la de Wildman Steve Brill, un guía naturalista en los parques urbanos de New York. El evento fue todo un ejemplo
de frugalidad y vida simple. La carta del convite fue a bases de plantas
silvestres recogidas por ellos, bebidas caseras e ingredientes
vegetales. No dudo que hubo chistes vegetales y quizás mucha más
alegría y menos circo que en otras bodas más rancias y carentes de
esencia. ¡¡Un ecobrindis, que nunca es tarde, por la veterana pareja
frugal y auténticamente sostenible y mucho más real que algunas otras¡¡
Mientras, el fascismo reinante juzga a los trabajadores de la sostenibilidad en Miami. En Estados Unidos se ha iniciado el juicio contra Greenpeace para
ilegalizarla declarándola organización criminal. El motivo, la acción
de protesta pacífica contra un barco cargado de caoba talada
ilegalmente en el Amazonas. Ocurrió cerca del puerto de Miami y
colocaron una pancarta con el lema "Presidente Bush, detenga la tala
ilegal". El objetivo era poner en letra y que se viera lo que siempre
puede verse si preocupara y ocupara a legisladores y responsables
políticos. Ocurrió todo lo contrario y parece que esto irritó a los
aludidos. Talego de una semana y multa para los de la pazverde y
parecía que listo, pero no. El fiscal general del estado quiere
aniquilar a los que dicen la verdad, a los que defienden activamente el
medio ambiente de todos, a los que no cobran comisiones por ello y
siempre emplean armas de conservación masiva. Yo por lo menos estaré
atento estos días, la cosa es seria y preocupante, sumo y sigo. Y si te
animas, diles a Bush y al fiscal John Ashcroft que persigan a los madederos ilegales y no a los defensores del medio ambiente.
Por suerte he podido evadirme de esa sensación de impotencia que por
arte natural uno intenta reconvertir en argumentos para la resistencia.
Me ojeo, leo y disfruto una columna en el periódico La Vanguardia
escrita por un admirado trabajador del sector laboral de las acciones
sostenibles sin remuneración alguna. Jordi Miralles ha iluminado mís
visiones sobre el mastodonte energético centralizador, la llamada Pérgola Fotovoltaica plantada en el Forum de las Culturas. La pego aquí, para el fomento de la cultura energética limpia y combativa:
Un millón de soles
En 1915 en Sabadell se construyó la primera torre de cemento armado:
la Torre de l'Aigua, cuya finalidad era dar presión al suministro del
agua. Hoy, pese a ya no ser útil, es uno de los símbolos de la ciudad y
un ingenio que proporcionó durante décadas un bien preciado: agua a
presión. La pérgola fotovoltaica con sus 2.668 paneles y 3.372 m2 de
área y los 6.000 m2 que se instalarán en el centro de la plaza sumarán
un millón de vatios capaces de generar la electricidad que precisan
unas 1.000 viviendas. La vida operativa estimada de los paneles
fotovoltaicos de la pérgola del Fòrum puede ser de unos 30 años. Son un
símbolo de la necesaria era de la economía solar. Aunque es una
contradicción que nuestro país esté en la cola solar pese a ser de los
más soleados.
La energía solar fotovoltaica es una tecnología
cuya mayor eficiencia se alcanza en pequeñas instalaciones. Para hacer
una comparación, la pérgola del Fòrum es como el superordenador Big
Blue, que ha quedado obsoleto porque la potencia de los ordenadores
actuales está en su capacidad para interconectar pequeñas máquinas. La
pérgola fotovoltaica del Fòrum es un símbolo, pero hubiera podido
pensarse no tanto desde la espectacularidad como desde el pragmatismo.
Imaginemos que en lugar de una sola megapérgola fotovoltaica se
hubieran diseñado 200 girasoles solares (estructuras que siguen el sol
automáticamente) de 5 kWp plantados por todo el hormigón del recinto.
Cientos de soles que generan energía eléctrica y dan buena sombra
debajo de ellos. Cientos de girasoles que siguen el sol desde el orto
hasta el ocaso, que ilustrarían con mucha más contundencia las
posibilidades de esta tecnología. Cientos de girasoles que hubieran
podido ser construidos con aportaciones de la ciudadanía en forma de
cooperativa y que tras el Fòrum hubieran podido beneficiarse de las
primas para la energía solar. Cientos de girasoles fotovoltaicos que
simbolizarían la verdadera voluntad de implantar no tanto símbolos
arquitectónicos como máquinas energéticas para el siglo XXI.
El
“skyline” del Fòrum es solar, pero imaginen que todo el recinto hubiera
sido una selva solar que captase desde el amanecer hasta la puesta de
sol cada fotón. Traten de imaginar el inhóspito paisaje arquitectónico
de esta remodelación urbanística como un bosque energético. Eso sí
hubiera sido una revolución, aunque no hubiéramos cambiado el
“skyline”, que poco importa. |