Econoticias 26, las centrales nucleares evaporan




20 mayo 2004. Las características torres de refrigeración de las centrales nucleares y térmicas evaporan decenas de hectómetros cúbicos de agua dulce de nuestros ríos y embalses. Este es uno de los impactos que raras veces se evalúa y que el Grupo de Científicos para un Futuro No Nuclear (GCTPFNN) ha denunciado. El agua dulce accesible para el uso humano es tan sólo de un 0,007 % de toda el agua existente en la Tierra. Actualmente, que unos 1.000 millones de personas no tienen agua para beber y que las muertes por enfermedades relacionadas por la insalubridad del agua supera los 4 millones anuales. Parece evidente, pues que el excesivo consumo de agua para refrigeración de las centrales eléctricas debería considerarse seriamente.

Una central nuclear consume hasta 3,2 litros por kWh(e) mientras que una central de gas natural o fuel con refrigeración directa es de 1,1 litros. Así el GCTPFNN estima que las centrales nucleares de Cataluña (con una potencia de unos 1.000 MW) generaron una producción el año 2002 de 8.796 i 8.152 millones de kWh de electricidad evaporaron 54.233.600 m3 (54,2 Hm3) del río Ebro. El año 2003 la producción fue algo menor, de 7.918 i 8.550 millones de kWh respectivament, y por tanto la evaporación de agua del río Ebro por parte de las dos centrales nucleares de Ascó fue ligeramente inferior (52,7 Hm3). También en Cataluña, la central térmica de Cercs (una de las primeras que fue denunciada y condenada por causar lluvia ácida sobre los bosques pirenaicos) con una potencia instalada de 160 MW (e) generó 961 millones de KWh de electricidad en el 2002 que evaporaron 2,5 Hm3. En cambio en el 2003, con una producción de casi la mitad con sólo 579 millones de kWh la evaporación de agua fue de 1,5 Hm3.

Para tener una escala de magnitudes y de comparación del agua que evaporan las nucleares antes mencionadas, recordemos que el agua que consume en todo un año la población de Barcelona es la que puede almacenar los 113 Hm3 del embalse de la Baells.

Estos datos corroboran la ineficiencia del actual sistema energético basado en los combustibles fósiles y nucleares. Todo ello sin contar las emisiones de partículas a la atmósfera y que la Organización Mundial de la Salud estima que causa unas 800.000 muertes anuales (un 1,4 % de la mortalidad mundial). Sobran pues razones para que nuestra sociedad abrace las energías renovables y la eficiencia energética. Claro que esto sólo puede lograrse con un estilo de vida más frugal.


Econoticias 26, vapor nuclear

 

 





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09/02/2017