Había oído hablar de una tienda especializada en bicicletas lujuriosas y chopperas, y también en alguna ocasión me había cruzado con algún modelo curioso que me recordaba a los moteros estiraos de algunas películas.
En Barcelona, cuando vas hacia el oeste, subes suave pero vas subiendo. Cuando inviertes el sentido, lógicamente, disfrutas de pedaleo comodón en bajada disfrutona. Pues precisamente hoy pedaleando contento y en esa dirección, he pasao frente a un establecimiento del que me han llegao los reflejos de unas bicis de colores metálicos que automáticamente me han hecho clavar el freno, y antes de observar el lugar con detalle ya he imaginado que se trataba del cuartel general de esas maquinas curiosas a pedales.
Pues bien, de un salto desde mi bici me colao en la tienda de las Low Rider (los jinetes bajos), de nombre D&DLOWRIDER. Al informarme sobre el fenómeno me he enterao algo más de esta historia rodante. El movimiento Lowrider se remonta a los años 60 cuando le dio a la gente por customizar carrocerías de coches. Al poco los lanzaos de la moda echaron ojo a la maquina más vacilona y sacaron a la calle algunos modelos de bicicletas tipo cruiser inspiradas en los coches de carreras. Le siguió la Familia Monster, aquella serie de TV, donde uno de sus miembros se montaba en unas peculiares bicis customizadas de forma adecuada para el entorno peliculero. Eran poco accesibles a los bolsillos pero al salir por la caja tonta se popularizaron, muchos jóvenes querían tener la suya, o sea que surgió un movimiento de artesanos bicicleteros tuneando (de tuning) como más les gustaba, a sus limpias máquinas rodantes. Desplazada la moda por las BBTs y BMX (la de los acróbatas), parece, como demuestra esta tienda, que quieren volver a tomar las calles, aunque sea lejos de donde nacieron como tendencia juvenil y hasta barriobajera.
Las características principales de estas ecomáquinas estriban en sus medidas de cuadro, las de 20 pulgadas son las más autenticas, aunque están las de 24 y 26 que son las cruisers, tienen también un amortiguador delantero, la característica horquilla delantera denominada spring fort, los 72 ó 144 radios de las ruedas y un pedaleaje corto en la conducción, también un montón de accesorios, destacando los clásicos retorcidos en las piezas, los denominados twister y más de 140, con los que los seguidores de estas bicis, gente de la modernidad urbana, coleccionistas, artistas, y paisanos normalillos, personalizan sus máquinas para lucirlas por las calles. Saludable afición siempre que desplace cualquier parecido con coches y motos pretoleras. Mira como son los bicielegantes que tienen una oferta increíble de tapones de válvulas de lo más variopinto, desde claveras, dados, bolas de billar. También hasta 12 tubos de escape decorativos, estilizados espejos retrovisores, al igual que la rueda de repuesto trasera, siguiendo estilos legendarios de tendencias pop.
Claro, con tanto vacileo y coquetería, te preguntarás si estas bicis sirven para todos los terrenos, pues no del todo, eso si, son ideales y muy adecuadas para pasear, con cierto aire moderno, aunque me comentan en la tienda que tienen clientes de avanzada edad pero joven corazón, sin duda. En definitiva, son bicis de culto para una minoría en aumento que igual nunca pensarías que tuviesen y marcharan en bici. Ah, los precios son relativamente accesibles pues van desde los 330 a los 650 euros. Hoy estas bicis salen en video clips de los empresarios musicales y en anuncios juveniles.
Los dorados, plateados, purpureados y sus reflejos desde cualquier punto de la bicicleta me han dejao impactao. Me las he mirao con detalle por curiosidad incontenible, ya que tienen una oferta de 11 modelos. Aun valorando su apreciable falta de ergonomía, el innecesario lujo de sus acabados y el sentido de ser que tienen, para mi, ciclista urbano de batalla, lo cierto es que he quedao el gusano de probar una de las máquinas en algún momento más sosegao. Desde la tienda coordinan salidas en grupo durante las temporadas más apetecibles. Me voy pensando en que aspecto y dinámica debe tener una salida de ciclistas jinetes bajos, todos ellos con sus mejores galas de cuero o tejano, botas de punta, pendientes de pirata, greñas rockeras, etc. Sin embargo, este es un movimiento que no escupe CO2 ni molesta socioambientalemente a nadie. Sin duda sus concentraciones deben sorprender a caminantes y cochinos (los que van en coche y ya no caminan) mientras ellos disfrutan por las calles del conducir airosamente la más verde de todas las máquinas.
Todo por la bici y oleeé, que más da color, forma, diseño y tendencia, siempre hará falta lo mismo en todas, energía renovable y ganas de desplazarse limpiamente. Chapó LowRiders. |