Todos los inventos humanos son el resultado de intentar satisfacer una necesidad. Aunque, a veces, la falta de ingenio o la falta de tecnología, puede no permitirnos una determinada satisfacción. También se dan casos en los que los inventos aparecen como evolución de lo que inicialmente era un divertimento intelectual. La bicicleta no empezará a desarrollarse como tal hasta finales del siglo XVIII.
Empezó como un juego
Lo que sí está claro es que la bicicleta es el resultado de la evolución de un juguete, en concreto del Célérifère que venía a ser un chasis macizo de madera con forma de animal y con dos ruedas con el que sólo se podía ir en línea recta. Como indica su nombre este juguete nació en Francia y en concreto en París el 1791 en plena revolución francesa de la mano del conde Mede de Sivrac. La idea genial de Sivrac fue colocar las dos ruedas en tandem en lugar de una lado de otro como se venía haciendo desde antiguo. Este juguete de niños ricos y que los ingleses plagiaron creando su propio Dandy Horse permaneció inalterado por 20 años antes de que alguien le colocase un artilugio para cambiar de dirección.
Será en 1817 el ingeniero alemán Karl Von Drais quien aplicando la ingeniería de la época aplicada a los vehículos le adaptará una dirección. Estas modificaciones darán origen a la llamada draisiana la cual, sin embargo, aún pareciéndose más a las bicicletas actuales se manejaba como un patinete, o sea, impulsada por el arrastre de los pies sobre el suelo. Pasarán unos 20 años para que el escocés Kirkpatrick Macmillan en 1839 incorporase unos cigueñales que a través de dos bielas permitían girar la rueda trasera de forma rudimentaria.
Un vehículo para audaces
Los pedales (pédivelle como lo bautizaron los inventores) como mecanismos para impulsar una rueda son obra de Pierre Michaux y su hijo Ernesto en 1861 que crean un velocípedo con tracción delantera mediante unas bielas fijas en el eje de la rueda. De esta manera permitía alcanzar 5 km/h haciendo 30 vueltas de pedal por minuto, inalcanzable con la draisiana. Este nuevo vehículo fue bautizado como velocíped y dio comienzo a la industria de los velocípedos. Los cambios acaecidos durante los años siguientes fueron básicamente agrandar la rueda delantera ya que al ser una transmisión directa cuando más grande era la rueda más se avanzaba a cada pedaleada. A su vez, la rueda trasera era cada vez más pequeña para quitarle peso al velocípedo.
Los ingleses avanzando con la idea entre 1865 y en 1870 agrandaran la rueda delantera hasta crea la llamada BI o “High Wheeler". El objetivo es conseguir más velocidad con menos peso, pero también con un menor equilibrio. Sin embargo, con una rueda de 1,40 m de diámetro se avanzaba 4,40 m por pedaleada y si era de 1,70 m la distancia recorrida subía a 8,40 m. En esta loca escalada el récord lo ostenta Victor Renard quién colocó a 2,50 m de altura sobre el suelo al ciclista en una rueda que permitía avanzar 12,25 m por pedaleada. La inestabilidad debida a la altura no facilitó que fuera usada como vehículo de desplazamiento, aunque si como deporte. Los fabricantes para homogenizar estas bicicletas estandarizaron la rueda delantera a un diámetro de 1,2 metros y las traseras de 40 centímetros Hacia 1880 en el Reino Unido ya circulaba la palabra bicycle para denominar este vehículo y que los franceses tradujeron por bicyclette.
Las primeras carreras
El 31 de mayo de 1868 podemos mencionarla como una fecha básica para la popularización del ciclismo. Los hermanos Olivier, asociados de la fábrica de Michaux organizaron una carrera de velocípedos en el parque de Saint Cloud de París con 1.200 m de recorrido en la que tomaron parte 7 ciclistas con los velocípedos de Michaux. El ganador fue el británico James Moore que hizo el recorrido con su velocípedo en 3 minutos y 50 segundos. A esta carrera le seguirá en 1869 la Paris-Rouen con 123 km que nuevamente ganará James Moore tras 10 horas y 40 minutos. La fiebre del ciclismo había nacido. El primer Tour de Francia se disputará en 1903 con un recorrido de 2.428 kilómetros.
Los inventos que perfecionaran la bicicleta tal como la conocemos
Otras mejoras importantes que se incorporaron a la bicicleta fueron el rodamiento con neumáticos. Así en 1888 John Boyd Dunlop sustituyó las bandas de caucho macizo de las ruedas por el neumático hinchado que facilitaba un rodaje más cómodo y rápido. Mientras en Francia, los hermanos Michelín crearon un neumático desmontable, en Italia Giovanni Battista Pirelli hizo lo propio. Con el neumático de caucho y unas cuantas cámaras de recambio se podía ir a todas partes. Las bicicletas pesaban para entonces entre 18 y 20 kilos. Los frenos de zapata para detener las ruedas aparecerán en 1893.
El invento que comportará el lanzamiento de la bicicleta como vehículo para desplazarse será la transmisión por cadena entre dos engranajes (el plato y el piñón). Esta nueva incorporación es obra del francés Guilmet y del británico Harry John Lawson aproximadamente en 1879, aunque no se producirá como modelo hasta 1884. En esta fecha también aparece la primera bicicleta con transmisión a cadena con las dos ruedas iguales obra de John Kemp Starley conocida como Rover Safety Bicycle. Sin duda, este modelo debe considerarse el precursor de la forma de la moderna bicicleta, y fue bautizada como “bicicleta segura”.
Toda la evolución de las bicicletas actuales se debe a la Rover de 1885 y, sin duda, J.K. Starley debe considerarse el padre de la moderna producción de bicicletas desde su compañía The Rover Company creada en 1877 junto a William Sutton. El fenómeno bicicletero había tendría a finales del siglo XIX un gran auge en todos los países. El siglo XX tan sólo conseguirá añadir algunas mejoras en la bicicleta. Una de ellas es el cambio de marchas que permite adecuar la velocidad y esfuerzo del ciclista a cada terreno. Lógicamente, la evolución de nuevos materiales cada vez más ligeros y resistentes también serán esenciales para diseñar bicicletas robustas como las “mountain bikes” o versátiles como las plegables.
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