Los conservacionistas, sin embargo, recuerdan que
sólo un 0,5 % de los mares y océanos se encuentran protegidos, en
comparación con el 12 % de la superficie terrestre. Por otra parte, los
arrecifes de coral están amenazados por el cambio climático, la
sobrepesca y la contaminación del litoral. De continuar el ritmo actual
de destrucción, se espera que el 60 % de los arrecifes de coral del
mundo desaparezca para el año 2030. Aunque nadie duda del interés de
proteger a la Gran Barrera Coralina, los expertos señalan que Australia
debería también aumentar la protección del Arrecife Ningaloo de la
costa occidental del país. También se espera que esta iniciativa sirva
para estimular nuevos enclaves marinos protegidos en el arrecife
mesoamericano en América Central o en el sudeste asiático, como el Mar
Sulu-Sulawesi.
La red de áreas protegidas del Gran Arrecife Barrera
constituye un hito mundial que sienta un precedente para el futuro de
la conservación marina. La nueva red de áreas estrictamente protegidas
va a aliviar la presión sobre la Gran Barrera Coralina y reforzará su
capacidad para sobreponerse a las agresiones a gran escala que sufre,
tales como la decoloración del coral, causada por el cambio climático.
La Gran Barrera Coralina es la mayor de las áreas
protegidas de la Lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO que abarca
2.000 kilómetros y cubre un área de 35 millones de hectáreas en la
plataforma continental del nordeste de Australia. Esta enorme extensión
discontinua de ecosistemas marinos abarca una superficie tan grande como
Italia. La gran diversidad de la Gran Barrera Coralina refleja la
madurez del ecosistema, resultado de una lenta evolución de centenares
de millares de años. Es el sistema más extenso de arrecifes coralinos
del mundo y una de las áreas más ricas del mundo en términos de
diversidad de fauna. En este laberinto de arrecifes hay más de 1.500
especies de peces y más de 300 especies de corales se apiñan en el
edificio pétreo del arrecife. Más de 4.000 especies de moluscos, unas
400 especies de esponjas, centenares de anémonas, gusanos marinos,
crustáceos (gambas, cangrejos, etc.) y equinodermos (estrellas de mar,
erizos de mar, etc.) colorean este nutrido ecosistema. Las praderas
extensas de algas y fanerógamas marinas constituyen la base de la
alimentación de especies en peligro de extinción, como el mamífero
marino conocido como la sirena marina o dugong. La Gran Barrera Coralina
es también el área de crianza para las ballenas Humpback, que vienen
del Antártico a dar a luz a sus ballenatos en las aguas calientes de
este sistema de arrecifes. Las islas y los valles apoyan varios cientos
de especies de pájaros, muchas de las cuales nidifican en colonias en
los mismos. |